En Estados Unidos se ha puesto sobre la mesa
de discusión un tema que ha causado polémica entre los ciudadanos estadounidenses acerca de a qué baños deben ir los transexuales. En California ya se ha aprobado
una ley para que los sanitarios públicos no hagan divisiones de género.
La discusión ha llegado también a las
escuelas estadounidenses donde cada vez es más frecuente encontrar niños y
niñas que viven “atrapados” en un cuerpo que no concuerda con su verdadera
identidad sexual.
Los padres de familia de una niña que asiste
a una escuela primaria del oeste de Los Ángeles han decidido difundir en los
medios la historia de su hija que es transgénero para que la gente conozca cómo
es que ellos manejan esta situación y que su experiencia sirva para otras
familias que pasan por una situación que cada vez es más común encontrar en las
escuelas.
El Departamento de Educación de California publicó
el viernes pasado una guía para ayudar a las escuelas a entender cómo es que la
ley federal protege a los niños y niñas transgénero y cómo deben tratarse temas
como el uso de los baños.
La experiencia de la niña a quien han
decidido identificar como “T” para proteger su privacidad un buen número de
lecciones acerca de cómo tratar con este tipo de personas entre las que destaca
cómo entrenar a los empleados de las escuelas y designar a las personas en las
que estos estudiantes se pueden apoyar.
La ley en California refuerza los derechos
de los estudiantes transgénero para que sean tratados de acuerdo al género que
ellos asumen, con el que se identifican y no al que biológicamente pertenecen, esto
es llevado a la práctica tanto en los baños como en los equipos de deportes.
No hay un registro oficial del número de
niños y niñas transgénero en las escuelas de California, sin embargo existe una
conciencia entre los especialistas en temas de género de que en la actualidad cada
vez más personas asumen este tipo de identidad sexual que antes.
La década anterior, los doctores del
Hospital Infantil de Los Ángeles atendían alrededor de cuarenta jóvenes
transgénero o que no estaban conformes con su identidad sexual. Hoy en día esa
cifra ha aumentado a 600 casos de pacientes entre los 3 y 25 años de edad.
Cuando “T” nació todos sus papeles decían
que era un niño, pero conforme fue creciendo se dio cuenta que se identificaba
más con todo lo que usualmente se relaciona con el sexo femenino, sin embargo en ese momento
no había pensado en la posibilidad de hacer un cambio físico en su cuerpo, pero
asumió su identidad en todo lo demás. Fue hasta que se hizo más grande en que
la posibilidad de un cambio de sexo apareció en su vida. Desde los cuatro años
T asumió que quería ser una niña y no un niño como biológicamente había nacido.
Los papás de T ante esta situación
comenzaron a informarse acerca de lo que significaba ser transgénero, principalmente
a través de Internet donde encontraron materiales como videos que enseñaron a T
para acompañarla y juntos entender a lo que se estaban enfrentando.
A partir de ese momento los padres de T la han
acompañado en su transición para que sea respetada también en su escuela y en
todos los espacios públicos a los que asiste. Después de un largo camino
recorridos sus padres y T han logrado que tanto maestros como compañeros de
aula se refieran a su hijo como ella y sea tratado como una niña.