La reciente preocupación sobre las deportaciones masivas de migrantes desde Estados Unidos podría representar una crisis para muchos, pero también una oportunidad de oro para varias regiones de México, especialmente en Aguascalientes. La presidenta del Clúster Automotriz GIRAA, Mónica Mendoza, afirmó que la mano de obra que, de ser deportada, podría tener un impacto positivo en sectores estratégicos como el automotriz, la construcción y la manufactura, los cuales actualmente enfrentan una grave escasez de personal calificado.
La idea de que los migrantes deportados aporten con su experiencia y capacidad a la economía local no es descabellada, explicó. Durante años, miles de migrantes han trabajado en Estados Unidos, adquiriendo habilidades y conocimientos que podrían ser sumamente valiosos en un mercado laboral que pide a gritos trabajadores cualificados. Aguascalientes, como parte del dinámico y creciente corredor industrial del Bajío, tiene una oportunidad única para aprovechar ese “talento migrante” que regresa con una combinación de habilidades técnicas y experiencia en procesos productivos de gran nivel, dijo.
El desafío, sin embargo, es cómo estructurar una integración efectiva de estos migrantes al mercado laboral local. Es vital que los empleadores y las autoridades trabajen de manera conjunta para diseñar programas de capacitación y certificación que permitan a estos trabajadores adaptarse rápidamente a los estándares de la industria local.
“Además, se debería impulsar un enfoque de inclusión que considere no solo la mano de obra, sino también el bienestar social de los migrantes, quienes en muchos casos, después de haber vivido por años en Estados Unidos, deben adaptarse nuevamente a una realidad mexicana que en ocasiones se les presenta diferente”
Por otro lado, es importante que esta “apuesta” no se haga bajo la premisa de que los migrantes son una solución fácil a una crisis de mano de obra, sino que debe ser un proceso colaborativo que reconozca su valor. Estos trabajadores no son solo un número más en las estadísticas de deportados; son personas con historias, habilidades y sobre todo, una gran disposición para contribuir al desarrollo económico del país, subrayó la empresaria.
Las autoridades locales, los empresarios y las organizaciones sociales deben estar preparados para canalizar este potencial humano de manera eficiente, respetuosa y, sobre todo, humana. Si Aguascalientes logra integrar exitosamente a estos migrantes al mercado laboral, no solo resolverá una parte de su problemática de mano de obra, sino que también enviará un mensaje claro de que la adversidad puede ser transformada en una oportunidad de crecimiento y bienestar colectivo.
“En definitiva, Aguascalientes no debe ver la posible deportación masiva como una amenaza, sino como una oportunidad estratégica para aprovechar el talento de aquellos que, por diversas circunstancias, regresan al país”
La clave será cómo se gestione este proceso, explicó, y si realmente logramos ver en los migrantes deportados no solo una necesidad, sino una invaluable fuente de capital humano.