La leche materna ofrece numerosos beneficios tanto para el bebé como la madre, por ejemplo, reduce el riesgo de infecciones respiratorias, otitis, estreñimientos, cólicos y enfermedades crónicas como asma, obesidad y diabetes tipo 2. Y ahora un nuevo ensayo clínico arrojó que alimentar a un bebé nacido por cesárea con leche que contiene una pequeña cantidad de heces de su mamá introduce microbios beneficiosos en su intestino.
“Los resultados preliminares confirmaron la hipótesis de los investigadores de que un pequeño trasplante de materia fecal es suficiente para tener un efecto positivo en el microbioma del bebé”, comenta Otto Helve, director del departamento de salud pública del Instituto Finlandés de Salud y Bienestar en Helsinki, Finlandia, e investigador principal del estudio.
Algunos estudios muestran que los bebés nacidos por cesárea, en lugar de por parto vaginal, tienen un mayor riesgo de asma, inflamación del sistema digestivo y otras enfermedades asociadas con un sistema inmunológico disfuncional.
Los científicos creen que estas diferencias surgen porque los bebés nacidos por cesárea no están expuestos a los microbios de las vaginas y los intestinos de sus madres, ni son rápidamente colonizados por ellos.
El estudio que se dio a conocer durante la IDWeek, una reunión de especialistas en enfermedades infecciosas y epidemiólogos en Los Ángeles, California, y retomado por la revista Nature, refiere que se ha intentado compensar este problema con experimentos que consisten en tomar microbios de la vagina de la madre en bebés nacidos por cesárea o administrarles estos microbios por vía oral, una práctica conocida como “siembra vaginal”.
CÓMO FUE EL ESTUDIO
Sin embargo, esta técnica ha tenido un éxito limitado, porque los microbios vaginales, como han descubierto los científicos, no pueden colonizar eficazmente los intestinos de los bebés, según Yan Shao, un científico especializado en microbioma del Instituto Wellcome Sanger en Hinxton, Reino Unido.
En ese sentido, en el último ensayo de estos autores, en el que participaron mujeres que iban a tener una cesárea en el Hospital Universitario de Helsinki, los investigadores mezclaron un líquido que contenía 3.5 miligramos de heces de la madre con leche y le dieron la mezcla al bebé correspondiente. Hicieron esto con 15 bebés durante su primera toma. Otros 16 bebés recibieron un placebo.
“Un análisis de las muestras de heces de los bebés mostró que los dos grupos tenían una diversidad microbiana similar al nacer, pero a partir del segundo día de vida hay una marcada diferencia entre los dos grupos, que persistió hasta los seis meses de edad, aproximadamente cuando los bebés comienzan a comer alimentos sólidos”, pormenoriza la revista académica Nature.
“NADIE DEBERÍA INTENTAR ESTE MÉTODO DE LECHE CON HECES”
Al final, los investigadores descubrieron que los microbiomas de los que recibieron un trasplante fecal materno se desarrollaron de manera similar a los de los bebés nacidos por parto vaginal.
No obstante, los científicos apuntan que nadie debería intentar este método en casa. Las participantes del ensayo se sometieron a un exhaustivo cribado. “Hay que estar seguro de que la materia fecal que se da al recién nacido no contiene patógenos que puedan causar una enfermedad”, afirma Helve.
Para Shao, un próximo paso importante en este campo sería identificar los microbios intestinales maternos específicos que tienen más probabilidades de transmitirse a los intestinos de sus bebés y colonizarlos. N