MONTERREY, N. L.- La víspera del 10 de marzo, el día en el que Roberto Flores Treviño compareció ante el Congreso estatal para aclarar una serie de adeudos adquiridos 20 años atrás con un casino de Las Vegas, Jaime Rodríguez Calderón fue al encuentro con un grupo de empresarios, indignados por el pasado nebuloso del procurador general. En síntesis, buscaban saber de propia voz del gobernador si sería destituido.
“Si ustedes conocen a alguien dispuesto a vivir con amenazas, a que su esposa y sus hijos no puedan salir con libertad a la calle, a que anden con escolta todo el día y que tenga los huevos suficientes para no ser sometido por los elementos corruptos y por el crimen organizado, sino al contrario, que los someta, adelante, lo corro”, les dijo. “Aquí no necesitamos a un letrado impecable, sino a alguien que entienda el sistema y sepa cómo manejarlo sin convertirse en delincuente”.
Antes de ello, en menos de cinco meses, el gobierno encabezado por Jaime Rodríguez sumaba otros escándalos, como la renuncia de seis de sus principales colaboradores, entre ellos el subsecretario de Administración, Rogelio Benavides Pintos, sorprendido en la adquisición presumiblemente alterada de 200 000 cobertores por los que se pagó casi el triple de su valor. La crisis mayor sobrevino la madrugada del 11 de febrero, con un motín en el que murieron 49 internos en el penal de Topo Chico.
Todo ello se conjuga con la percepción de que nada de lo que prometió en campaña se ha cumplido, comenzando por el tema central de su cruzada: la investigación con propósitos penales en contra del exgobernador Rodrigo Medina y de su primer círculo de colaboradores, a quienes acusó una y otra vez de cometer actos de corrupción.
“Me parece que la percepción sobre el desempeño de Jaime Rodríguez es la de un gobierno con un arranque incierto, con poca estrategia y con pobres resultados”, dice el analista y consultor político Mentor Tijerina al evaluar los primeros seis meses de gestión. “Una encuesta de SABA a los 100 días de gobierno mostraba una caída en la percepción de 20 puntos, de estar en 57 por ciento de aprobación en septiembre de 2015, cayó a 37 por ciento en enero de 2016. ¿Qué ha provocado la caída en las encuestas del primer gobierno independiente? Es obvio que la razón es no haber cumplido con las expectativas de la gente que votó por él”.
El Bronco se convirtió en el primer candidato en alcanzar un gobierno estatal por la vía independiente. Militó durante 33 años en el PRI, al que renunció en septiembre de 2014 para iniciar la estrategia que finalmente lo condujo a una victoria aplastante en las elecciones del año siguiente, en las que ni la suma de votos obtenidos por el resto de los contendientes alcanzaba para vencerlo.
Su irrupción en el ámbito electoral generó una “broncomanía”, primero en Nuevo León y luego en el resto del país. El triunfo, lo mismo que el de otros candidatos independientes (dos legisladores y tres alcaldes), provocó cambios en las legislaturas locales, cuyo propósito fue desalentar la búsqueda de puestos de elección popular al margen de los partidos políticos. La fiebre, sin embargo, creció para los comicios de 2016, en la que se disputan 965 alcaldías, 149 diputaciones de representación popular y 12 gobiernos estatales.
Hasta marzo, el INE tenía registro de 30 candidatos independientes. Decenas más, entre ciudadanos, exmilitantes de partidos políticos y empresarios, mantienen sin resolver su estatus. Deberán contar con entre el 2 y 3 por ciento de firmas de acuerdo con el listado nominal de cada entidad, municipio o distrito electoral, antes del plazo fijado por la ley para cada caso.
El fenómeno está influido, principalmente, en el logro del gobernador de Nuevo León, y en la forma en la que tanto él como el resto de los independientes se conducen en el poder.
“Es grandioso que en el municipio más retirado haya alguien que quiera ser candidato. Eso no lo ha logrado ningún partido político”, dice sobre ello el Bronco. “Hoy una persona tiene la libertad de ir a buscar las firmas del ciudadano, y si el ciudadano se las otorga puede ser candidato. No quiere decir que pueda ganar o que pueda bien gobernar, pero al menos ya es un ciudadano. Que a lo mejor militó en un partido o que a lo mejor es empresario o agricultor, o que a lo mejor es académico o doctor o farmacéutico, no sé, pero es la libertad que se tiene hoy en México”.
La duda de fondo es si alguien como Jaime Rodríguez podía conducir un gobierno sin contar con asideros políticos. Él dice que sí, y que lo hará mejor que sus antecesores.
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El día que rindió protesta como gobernador, Rodríguez prodigó uno de los discursos más encendidos de la política reciente. Durante la campaña había señalado sin florituras la corrupción del gabinete encabezado por Rodrigo Medina. Aun así, pocos esperaban la rudeza del mensaje emitido la noche del 3 de octubre, con el gobernador saliente y el secretario de Gobernación sentados a su izquierda.
“Hemos encontrado la casa sucia, las columnas derruidas, fugas por muchas partes, el techo cayéndose en otras y, para acabarla de fregar, hipotecada. Pero no es el tiempo el que castigó nuestra casa, sino la corrupción sin llenadera y el delirio de muchos que se creyeron reyes y no gobernantes”, dijo, y su voz fue acallada por la fuerza con la que los asistentes estrellaban sus palmas. “En donde había dinero público veían botín. Hoy les digo claro y fuerte: se les acabó la fiesta a los bandidos”.
—Aquel discurso fue durísimo. Pero al final de cuentas los hechos no parecen corresponderle.
—Las consecuencias son el cambio total —dice el Bronco—. El que ya no es el gobierno el papá de los pollitos y ya tienes que destetar a la mayoría de los políticos del gobierno. Obviamente hay rechazo, hay resistencia, no les agrada a esa franja del círculo rojo mi manera de ser, mi manera de decir las cosas.
Hay ataques al gobierno, dice, “y hay mala leche de algunos que no están de acuerdo porque dejaron de ser quienes opinan y deciden. Pero perdieron y se tienen que aguantar.
“Cuando hablé de que se les terminó la fiesta a los bandidos, es cierto. Y también debemos estar sujetos a la crítica cuando hacemos las cosas mal. No estamos solamente diciendo de la boca para afuera, sino también tenemos que estar del oído hacia adentro. Estoy sujeto a eso. Para poder hablar tienes que tener la cola corta. Por eso cuando nombré un gabinete dije que me podía equivocar al nombrarlos, pero no al quitarlos. Ninguno de los que son miembros de este gabinete tiene la certeza de ser dueños del espacio y del tiempo. Tienen que hacer las cosas bien”.
—La expectativa a partir de aquel discurso, que fue también el centro del mensaje de campaña, fue enorme. Más allá de la crítica al incumplimiento de otras promesas realizadas, persiste el ánimo de la impunidad, sobre todo en un tema: el proceso en contra de Rodrigo Medina.
—Voy bien con eso.
—¿Hay investigación?
—Claro. Es una responsabilidad de nuestro gobierno. [Pero] yo no he hablado de personas. He hablado del gobierno.
—Pero la sociedad habla de una persona muy concreta.
—Claro. Pero para eso hay que demostrarlo y hay que trabajar para hacerlo. Yo estoy trabajando. Para ello nombramos la Fiscalía Anticorrupción que encabeza Ernesto Canales. Aldo Fasci [exsubprocurador de justicia] es uno de los agentes del Ministerio Público. Y hay tres agentes más del Ministerio Público en el caso.
Rodríguez presume lo acumulado hasta hoy: “Más de 100 casos —20 ya muy avanzados— que espero que pronto tengamos resultados de responsabilidades. Muchos de ellos se están armando bien. Queremos hacer las cosas bien. Por eso cuando a los ciudadanos les digo: ténganme paciencia, es porque cinco meses no son suficientes.
“No queremos hacer una demanda ante un juez mal armada para luego tener solamente el hecho periodístico, como una nota de que ya hicimos algo y a los dos o tres meses resulta que no era cierto. No quiero cometer ese error. Prefiero recibir la crítica ahorita de que no lo estamos haciendo. La gente cree eso, pero ya se los he dicho muchas veces, que tengan paciencia.
“Como ejemplo está el caso de [la automotriz] KIA, no de la empresa, sino que así se llama el caso. La forma en cómo el gobierno [encabezado por Medina] se condujo para traer una inversión —que si bien es cierto podrá venir a darle economía al estado— se hizo mal. Les dimos muchos beneficios que el estado no puede cumplir”.
—¿Hubo sobornos?
—Es lo que estamos investigando. Va por buen camino ese tema.
—¿Eso significa que habrá responsabilidad penal?
-Claro. [Pero] tampoco queremos acusar a nadie para hacer de ello un acto político, de escarnio público. No debo actuar así. Fui electo para hacer cumplir la ley y la debo cumplir. Cuando te digo que vamos por buen camino es porque hemos avanzado muy fuerte.
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El auditorio principal de la cabecera municipal de Marín, en el noreste de Monterrey, está colmado por estudiantes del sistema básico, profesores y funcionarios locales. El gobernador llegó para iniciar allí un sistema de protección integral para los derechos de los menores de edad. Es un acto protocolario sin mayor trascendencia. Aun así, un par de camionetas oficiales fueron dispuestas para trasladar a reporteros de medios locales.
El triunfo electoral de Jaime Rodríguez sorprendió por un hecho inédito: la conducción de una campaña al margen del sistema dominante de medios de comunicación, a los cuales no sólo desdeñó, sino que los acusó de formar parte del entramado de corrupciones oficiales. Prometió no darles un solo peso y hasta ahora se ha sostenido en esa línea.
En una esquina del auditorio, el cuerpo de colaboradores del Bronco dispuso de un espacio para colocar barreras, como en la fila de los bancos, en donde al término del acto ofrecerá una rueda de prensa, los periodistas de un lado y él del otro. “Tuvimos que implementarlo así, aunque no le guste al gobernador”, dice Diana Adame, la encargada del área de comunicación estatal. “Pero ya vas a ver cómo se ponen los periodistas. Son demasiado agresivos”.
De las preguntas formuladas por los reporteros, ninguna tocó el tema de los derechos humanos para infantes y adolescentes. Durante media hora todos preguntaron sobre las triquiñuelas del procurador y sobre la supuesta devastación financiera que dejará KIA en caso de que decida marcharse ante lo que ellos mismos juzgan como una cerrazón del gobernador. Es el tono tirante con la prensa desde el primero de los días.
—¿Puede gobernarse sin el respaldo de los medios de información? —le pregunto al día siguiente.
—Claro, con otro medio de comunicación, que es el individual: las redes sociales. Desde mi punto de vista, es más poderoso que cualquier medio masivo de comunicación. Para darte un ejemplo, ahorita vino a visitarme el alcalde de Laredo, Texas. Hicimos un recorrido de información aquí, y nada más en diez minutos transmitiendo por Facebook motions logramos una audiencia de 90 000 personas.
“¿Qué quiere decir esto? Que la gente se interesa, que le gusta saber cosas que el gobierno o que su gobernante hace todos los días. Lo hicimos en el momento. Los medios de comunicación tienen noticiarios, horarios: seis de la mañana, diez de la mañana, 12 del día y siete, ocho de la noche. La gente hoy no tiene tiempo de ver noticiarios. La gente hoy no tiene tiempo de ver spots. Ese es dinero tirado.
“Pero los medios de comunicación siguen creyendo que tienen influencia en la población y no la tienen, porque si la hubieran tenido no hubiéramos ganado nosotros; si la tuvieran en este momento, los ciudadanos no estarían conmigo. Y los ciudadanos siguen estando con nosotros en el gobierno, porque lo siento en la calle”.
Rodríguez ofrece un dato que, a su juicio, respalda lo dicho. En cinco meses, su gobierno obtuvo recaudaciones superiores a los 1000 millones de pesos, comparado con el ejercicio del año anterior, lo que traduce como sinónimo de confianza. Y todo sin campaña en los medios.
“El anterior gobierno presupuestaba más de 1300 millones de pesos al año en medios de comunicación; hoy presupuestamos 260 millones, más o menos. Vamos a hacer convenios obviamente con blogs de información, usando el internet, quizás algunos spots de televisión, pero para promover alguna acción de emergencia, como la vacunación contra la influenza. Campañas, pero no para enaltecer al gobernante, sino para informar a la población”.
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El despacho privado del gobernador era una zona casi prohibida en administraciones pasadas. Ahora parece corredor de museo. Estudiantes, campesinos, empresarios, políticos. De todo entra y lo recorre, guiados por Jaime Rodríguez. Las cosas han cambiado desde la forma misma en que se conduce el mandato, según dice.
Un cambio de comportamiento tan simple tiene reflejo en los números. El Bronco revela que su antecesor [“que se comportaba como rey”] gastaba entre 3 millones y 5 millones de pesos semanales en comidas. Durante los primeros cinco meses, cuando “se dejó de gastar en sonseras”, se ahorraron 1750 millones de pesos. “Nada más en la oficina del gobernador hemos ahorrado 70 millones de pesos”, dice. Eso incluye viajes privados y renta de helicópteros.
Rodríguez toma un puñado de cacahuates y almendras de un tazón colocado sobre su escritorio, en donde más tarde comerá. “Recibimos un gobierno desordenado —resume—. Venía preparado, mental y emocionalmente, para asumir el reto de la adversidad. Sigue siendo adverso, es un trabajo cuesta arriba”.
El problema radica en la cultura del disimulo. Se explica: “La experiencia de los partidos políticos era patear el bote y patear el bote, transferir las decisiones. En este caso, como gobernador, tomé la decisión de no patear el bote, de no transferir las decisiones, y debes tomar decisiones duras, estrictas, y vas forzando al equipo para que funcione de esa manera.
“Sabía que teníamos que emocionar a
86 000 burócratas, que no es algo simple. Estar más metido, trabajar más tiempo, dedicarle no solamente tiempo, sino talento, inteligencia, atrevimiento. Pero es grandioso porque no tienes el peso de ningún partido; nadie te presiona para la toma de decisiones. La libertad con la que hoy se trabaja en el gobierno, o al menos en mi caso, me permite tomar las decisiones por más duras que sean, o por más simples, sin la presión de nadie, ni del equipo. Decidimos dedicarle seis meses a la ordenación y a la organización del gobierno. Decidimos no hacer ninguna obra pública en los primeros seis meses, para no hacer ocurrencias. Decidimos ahorrar, bajar el gasto, y lo estamos logrando”.
—La corrupción es un sello del gobierno, y todo indica que hasta hoy no cede.
—Hemos tenido todavía algunos desórdenes en ese tema. Encontramos un gobierno así. Ahorita estamos investigando todo lo que… no investigando, ya hay denuncias interpuestas —espero que pronto tengamos los resultados de responsabilidades, no vamos a parar sobre ese tema—, pero también debo tener el control en nuestro gobierno para no contaminarnos de esos temas.
Ha habido dudas sobre algunas licitaciones que se han hecho en su gobierno, dice, “pero hemos tomado decisiones y asumido responsabilidades sobre el tema. Han sido las mínimas, pero tampoco quiero que haya ninguna y para ello tomo decisiones estrictas. Hoy todo lo licitamos de manera pública”.
Ante ello, anuncia una reestructuración en el organigrama estatal. “Vamos a quitar todas las áreas de administración de las dependencias porque ahí es donde está la corrupción. Todo está muy disperso, entonces quiero tener el control porque si el tema de la corrupción lo tenemos descontrolado, pues más se nos va a dar”.
—¿Cómo es la relación con el Congreso, con quien debes tratar este tipo de reformas?
—Ha sido ríspida en algunos momentos. Sin embargo, todas las decisiones que se han aprobado han sido por unanimidad, hemos llegado a acuerdos. No tengo que estar de acuerdo con ellos ni ellos conmigo en algunas decisiones; es una nueva manera de hacer las cosas. No es pelearme con el Congreso, es no estar de acuerdo en algunas cosas y se los planteó o ellos me lo plantean. Estamos en el tira-tira. Es normal. Es una nueva cultura.
—¿Qué tanto pesa la condición de independiente en esta relación?
—Los diputados han sido responsables en algunas decisiones, en otras no he estado de acuerdo con ellos. Hemos vetado algunas decisiones del Congreso, pero eso ha sido respetando la ley, tengo la facultad para hacerlo y creo que eso hace que el Congreso tenga respeto hacia el Ejecutivo en la toma de decisiones.
—¿Dices entonces que no ha habido malas intenciones, que te dejan gobernar de acuerdo a tu plan?
—De repente sí. De repente el Congreso politiza todo. Hay un Congreso que no avanza en las iniciativas, se la pasa grillando, se la pasa cuestionando las decisiones del Ejecutivo. Pero cuando he realizado propuestas, he recibido el beneplácito de la mayoría de ellos.
“Hablo de las acciones del gobierno, no les gustan algunas acciones porque saben que han perdido el poder y que lo pueden perder de manera absoluta en la próxima elección. Entonces, obviamente privilegian más el tema político que el de su razón de ser”.
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Una encuesta reciente difundida por El Universal coloca a Jaime Rodríguez como el ideal para una candidatura independiente en la contienda presidencial de 2018. El Bronco dice no entibiarse con eso. “Tengo los pies bien puestos sobre la tierra. No me dejo llevar por el canto de las sirenas”. Lo cierto es que las críticas en contra tienen su centro en la falta de resultados y en la campaña política que se supone realiza desde ahora.
“Lo que he hecho es recorrer el país cibernéticamente, haciendo precisamente una campaña para impulsar a los independientes. Eso lo voy a seguir haciendo”, se defiende. “Creo que los partidos políticos dejaron de ser dueños absolutos de la participación en la política y hoy tienen un gran competidor que se llama ciudadano independiente”.
Cita como ejemplos los casos de Tamaulipas y Chihuahua. En el primero, ciudadanos sin partido obtuvieron las firmas requeridas para contender en 24 de los 44 municipios, mientras que en el segundo se tiene una candidatura independiente sólida en busca del gobierno y otra para la alcaldía de Ciudad Juárez, el principal municipio del estado.
“Ahora tenemos un candidato a gobernador en Tamaulipas. ¿Que quién es? Pues el que sea, pero lo logró. En Chihuahua, [José Luis] Chacho Barraza logró de una manera impresionante el apoyo popular. Esto va a crecer en 2018 y va a crecer en 2021 y va a crecer en lo sucesivo porque ya es algo que no puedes parar. Estoy seguro de que muchos militantes de muchos partidos se van a salir para ser candidatos independientes”, vaticina.
—Al juego han entrado intereses de poderes fácticos, eso es un hecho también.
—Hay mucha gente que puede ser criticado o quizá no bien vista, pero esos no van a ganar. Como sea tienen la libertad y el derecho de participar, cosa que se les niega en los partidos políticos. Y cuando un país es libre puede ir transitando a una mejor condición. Creo que los partidos políticos dejaron de ser dueños absolutos de la participación en la política y hoy tienen un gran competidor que se llama ciudadano independiente.
—¿Se puede gobernar o legislar sin partidos políticos?
—Totalmente.
Y CORRUPCIÓN:
INALCANZABLES DEL GOBERNADOR INDEPENDIENTE
En mayo de 2015, el consultor político Mentor Tijerina hablaba sobre las posibilidades de triunfo de Jaime Rodríguez Calderón a partir de dos bases: el implacable manejo de redes sociales y el discurso fincado sobre la corrupción del gobierno encabezado por Rodrigo Medina.
La combinación de ambas terminó por darle una victoria abrumadora, como nunca en la historia de Nuevo León. Pero sobre todo, el Bronco se convertía en el primer gobernante en llegar por la vía independiente, no sólo del estado, sino del país.
Seis meses después de asumir el cargo, Tijerina es de los que cree que Rodríguez no cumple aún con las expectativas enormes que generó.
En primer lugar, dice, con el combate a la corrupción.
“Hay sectores de la opinión pública que piensan, incluso, que ya no habrá llamado a cuentas a Rodrigo Medina y la gente que se enriqueció en el gobierno anterior. A esto hay que agregar que en dos indicadores fundamentales para la buena percepción de todo gobierno no ha habido grandes avances, todo lo contrario. En seguridad, por ejemplo, las estadísticas delictivas muestran incremento en algunos delitos como robo a casa habitación, extorsiones y asalto a bancos. Por lo que toca al tema económico, el gobierno ha estado rodeado de la polémica generada en torno al cumplimiento del convenio realizado por el anterior gobierno con la empresa KIA. El secretario de Desarrollo Económico no ha sabido manejar este tema, y queda la percepción de que el gobierno independiente no tiene una línea clara en torno a la creación de empleos.
“En cuanto a anuncios para la raza, seguramente la eliminación del metro gratis los domingos también incidió en la caída del Bronco ante la opinión pública, en especial porque esta medida le pega a la gente de estratos populares que votaron por él”.
—La masacre en Topo Chico parece que desnuda el gran cabo suelto que significa para el estado el sistema penitenciario. Más allá de ello, ¿qué lectura profunda merece lo sucedido?
—En términos de opinión pública confirma el arranque incierto del gobierno independiente, que no termina de tomar el control sobre el tema de la seguridad pública, incluyendo enfrentar un problema que no es nuevo para nadie, como es el control de los penales por miembros de la delincuencia organizada. El gobierno y su aparato de inteligencia fueron reactivos, cuando pudieron haber intervenido antes de que estallara la crisis del Penal.
“Es claro que una vez que se dio la masacre en Topo Chico, la respuesta del gobierno fue acertada, hubo un buen manejo de crisis, pero a muchos nos quedó la pregunta de si esto se pudo haber evitado con un buen trabajo de inteligencia”.
—Hay hechos que suscitaron escándalo mayúsculo, como el llamado cobijagate, y en el ánimo adverso persiste la confrontación abierta con el Congreso. ¿Es todo ello producto del comportamiento político ante un “independiente”, o de malos oficios de gobierno?
—El llamado cobijagate puso al descubierto que bajo el gobierno independiente siguen existiendo muchas de las prácticas corruptas de los anteriores gobiernos de la partidocracia. La compra de cobijas al triple de su valor a una empresa fantasma es la otra cara de la moneda de la falta de resultados en combatir la corrupción del anterior gobierno.
“Me parece que los enfrentamientos tanto en el interior como en el exterior del primer gobierno independiente obedecen más a una falta de estrategia política que a la naturaleza independiente del gobierno. Desde luego que no tener mayoría en el Congreso es un factor de enfrentamiento entre el Congreso y el Poder Ejecutivo, pero lo que no se ha visto es una estrategia para sumar esfuerzos de los partidos y de otros grupos de la sociedad civil en torno a un proyecto de transformación de mediano y largo alcance.
Otro de los enfrentamientos que seguramente mina la efectividad del primer gobierno independiente es el que se da en el interior del gobierno entre el equipo del Bronco y el equipo de Fernando Elizondo. La cohabitación entre estos dos equipos ha sido más conflictiva de lo que se esperaba.
—El Bronco encabeza las simpatías ciudadanas fuera de NL cuando se menciona la posibilidad de una candidatura presidencial. En este sentido, ¿adviertes manipulaciones para encumbrarlo y así contrarrestar fuerza a López Obrador? ¿Qué otra lectura te merece el fenómeno?
—Esto no lo digo yo, lo dice Jorge G. Castañeda en su libro Sólo así.El proyecto de las candidaturas independientes rumbo a las elecciones presidenciales de 2018 cumple con varios objetivos, uno de ellos es evitar a toda costa que AMLO llegue a la presidencia. Respecto a la candidatura de Jaime Rodríguez en 2018, el mismo Castañeda señala que, según Diego Fernández de Cevallos, la agenda del Bronco está muy supeditada a los grupos de poder empresarial.
—Aun así, ¿alcanza para concluir que en México está dada la plataforma para gobiernos de corte independiente?
—No creo que, a seis meses de gobierno, el Bronco haya sentado algún precedente que se pueda exportar a escala nacional como sello de los gobiernos independientes, salvo el haber eliminado el pago de millonarias partidas de publicidad a las televisoras. Tal vez sea demasiado pronto para esperar resultados de estos casos de gobiernos independientes. Yo no pierdo la esperanza de que antes de que concluya el primer año de su gobierno, el Bronco actúe en el combate contra la corrupción.