“Espero que tenga éxito”. Al igual que David, refugiado en un campo de Puerto Príncipe, los haitianos desean que su nuevo primer ministro, Garry Conille, saque al país de la profunda crisis que sufre, aunque mantienen la cautela ante la magnitud de la tarea que le espera. En Haití la violencia se observa y se vive: los grupos armados están conformados por niños.
Tras semanas de conversaciones, el consejo presidencial de transición nombró este martes 28 de mayo a Conille como primer ministro interino de Haití. Este médico de formación, que ya fue primer ministro durante un breve periodo, entre 2011 y 2012, era hasta ahora director regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Conille debe hacer frente a una tarea monumental: tratar de sacar a Haití, asolada por las pandillas, de su profunda crisis política, de seguridad y humanitaria para allanar el camino para la organización de elecciones, las primeras desde 2016.
“Tiene mucho trabajo por delante. Y una responsabilidad hacia la nación porque debe servir a un consejo presidencial que no fue elegido por el pueblo, sino impuesto por la comunidad internacional”, resume el antropólogo Vermont Saintyl.
Saintyl se refería a las negociaciones entre funcionarios haitianos y varios países y organizaciones, en particular la Comunidad del Caribe, que resultaron en el establecimiento de autoridades de transición tras la renuncia del controvertido primer ministro Ariel Henry. Para el profesor James Innocent, Conille tiene la ventaja de “conocer” el cargo y de “tener mucha experiencia internacional”. “Ahora debe luchar para salvar el país”.
“Apoyo a todos aquellos que tienen algo positivo para el país porque yo no puedo vivir así. Oímos disparos todos los días”, dice el comerciante Mylove Similka en referencia a la violencia que perturba la vida de los habitantes de la capital, donde las bandas controlan 80 por ciento del territorio.
“ES UN CIUDADANO HONESTO”
Nerette Celisca, residente en Puerto Príncipe, considera que Conille es “un ciudadano honesto” que luchará contra la corrupción. El primer ministro interino dijo el miércoles que se sentía “muy honrado” por el cargo y agradeció su nombramiento a la sociedad civil, a los partidos políticos y a los miembros de la diáspora.
“Juntos trabajaremos por un futuro mejor para todos los niños de nuestra nación”, escribió en criollo en X (antes Twitter).
Estados Unidos acogió con satisfacción el jueves el nombramiento de Conille e instó al consejo de transición presidencial y al propio primer ministro a “actuar rápidamente para nombrar un gobierno inclusivo, responsable y creíble, así como un consejo electoral provisional para permitir elecciones libres y justas”.
El presidente de Kenia, William Ruto, cuyo país encabezará una fuerza multinacional para apoyar a la policía haitiana, felicitó a Conille y calificó su nombramiento como un “paso importante”. El mandatario africano prevé que el despliegue de la fuerza de intervención comience en tres semanas, una vez se haya realizado “la evaluación acordada con la policía haitiana y los líderes haitianos”, dijo recientemente a la BBC.
LOS NIÑOS EN LOS GRUPOS ARMADOS DE HAITÍ GENERAN PREOCUPACIÓN INTERNACIONAL
Haití se encuentra sin presidente desde el magnicidio de Jovenel Moïse en 2021. El mandato del consejo presidencial de transición finalizará a más tardar en febrero de 2026. Sin duda, la violencia armada sigue deteriorando la situación del país y prueba de ello son las cifras arrojadas por Unicef: el Fondo calcula que entre 30 y 50 por ciento de los miembros de los grupos armados son infantes sometidos a coacción, abusos y explotación.
La agencia de la ONU también estima que 90 por ciento de la población haitiana vive en pobreza y 3 millones de niños continúa necesitando ayuda humanitaria urgente, en medio de una persistente fragilidad social, económica y política.
“Los niños de Haití están atrapados en un círculo vicioso de sufrimiento. Se ven empujados a unirse a los grupos armados por pura desesperación, que incluye una violencia espantosa, la pobreza y el colapso de los sistemas que deberían protegerlos”, declaró la directora ejecutiva del organismo, Catherine Russell.
A tenor de la directora, los grupos armados utilizan a los niños para diferentes tareas, como cocineros, limpiadores, esposas o vigías. Y algo en común que comparten estos menores es la pérdida de la inocencia y de la conexión con sus comunidades. Según un comunicado de Naciones Unidas, las últimas estimaciones muestran que más de medio millón de niños en Haití viven en barrios controlados por grupos armados, que los expone a un mayor riesgo de violencia y reclutamiento infantil.
“Con frecuencia, los niños se ven obligados a unirse a los grupos armados como medio para mantener a sus familias o debido a amenazas contra ellos mismos o sus allegados”, indica Unicef.
El reclutamiento y la utilización de menores por parte de grupos armados constituye una grave violación de sus derechos, y el alistamiento de infantes de cualquier edad es una clara violación del derecho internacional, apunta Russell.
En estos primeros meses de 2024, la violencia se ha intensificado con más de 2,500 personas muertas, heridas o secuestradas. La ONU ha verificado más de 400 violaciones graves contra niños. Al mismo tiempo, las familias siguen siendo desplazadas por la violencia; más de 180,000 menores se encuentran ahora desplazados internamente. N
(Con información de AFP)