A finales de febrero, guardabosques del Bosque de Cobos identificaron desecho de escombros al nororiente del ecosistema, en el sendero conocido como “Malacate – Cobos”, actividad recurrente que sigue golpeando a este espacio pese a la ilegalidad del acto, narra uno de los voluntarios, Miguel Vázquez Sánchez.
Tras presentar la denuncia ante la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (PROESPA), y con la evidencia rescatada, se identificó que se trataba de desechos producto de trabajos de remodelación en el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
“Lo tiraron a plena luz del día, se identificaron materiales que procedían de alguna remodelación de oficinas. Posteriormente encontramos otro tiradero con las mismas características al interior de la comunidad del malacate, en un arroyo. Al ubicar el tiradero, identificamos señaléticas que nos daban el origen de procedencia de estos materiales” narró.
Entre lo encontrado, se identificó plafón, aislantes, plásticos y material de construcción en general, el cual, fue retirado hasta esta semana por parte de quienes inicialmente lo tiraron, quienes ya fueron plenamente identificados.
Ahora, la PROESPA lleva a cabo trabajos, conforme a sus facultades, para determinar responsabilidades tanto del INEGI como de la empresa contratada para hacer las remodelaciones, por tirar sus residuos en un área natural protegida.
Finalmente, el guardabosque exhorta a la ciudadanía y a la iniciativa privada a entender la relevancia de este ecosistema, y hacer lo que está en sus manos para evitar que material contaminante siga arrojándose al Bosque de Cobos, donde ya se presentan estragos por estas acciones ilegales.