Como parte de su estrategia de expansión y para incursionar en el mercado de combustibles de Estados Unidos, la paraestatal Pemex abrió la primera de cinco gasolineras de un programa piloto. En un comunicado, la empresa detalló que las estaciones operarán bajo esquema de franquicia con inversión de terceros.
“Esta etapa piloto permitirá medir el impacto de la marca Pemex contra otras e identificará oportunidades de negocio como parte del proceso de evaluación para una potencial entrada a mercado externos”, añadió la empresa.
Se eligió a Houston para abrir estas cinco estaciones, que venderán gasolina estadounidense a precio del mercado, por su importante población de origen mexicano y por ser el mercado “más competido del mundo”, en el que participan las principales firmas petroleras. Por ello, asegura la paraestatal mexiacana, “se trata de un sitio ideal para probar la penetración de la marca” dado que “participan un número importante de los futuros competidores en México”.
Pemex es la mayor empresa del país y la principal fuente de ingresos del gobierno. Operó por 76 años en el marco de una ley que establecía un monopolio del Estado sobre la explotación y comercialización energética.
Pero a partir de la reforma constitucional que Enrique Peña Nieto introdujo al sector energético, aprobada en 2014, se abrió la explotación del crudo a capitales privados y extranjeros y asimismo se aprobó la entrada en operación en 2016 de gasolinerías foráneas en el país.
La apertura de este sector prevé que en 2018 se libere el precio del combustible, hasta ahora controlado por el gobierno.
Ante la fuerte carga que por muchos años representó el subsidio gubernamental a la gasolina, las autoridades impusieron desde 2009 a los consumidores un pesado incremento a los precios que continuará hasta 2018. Pese a que México es un importante productor de petróleo carece de suficientes refinerías para producir su propia gasolina, lo que obliga a Pemex a importar cerca 52 por ciento del combustible que consume el país, según cifras oficiales.
De acuerdo con la petrolera, a partir de 2018 las empresas privadas nacionales e internacionales podrán invertir en refinerías.
Sector energético reformado, pero en déficit; menos productivo e igual de corrupto
Con todo y su apertura a la inversión privada, el sector energético de México enfrenta graves lastres, entre el desplome internacional de los precios del petróleo y su mala administración reflejada en la caída de la productividad, millonarias pérdidas y problemas de corrupción. Los focos rojos crecen en Pemex y la CFE.
A escala global Pemex se cuenta entre las compañías más lucrativas del sector energético. Este año Forbes la enlistó como la número 9, en un rankingcuya primera posición la ocupa la Saudi Aramco, seguida de la rusa Gazprom y la National Iranian Oil. Co., pero es la misma posición que ocupaba antes de la reforma energética.
El gobierno de Peña prometió que, con la entrada en vigor de dicha reforma, la industria repuntaría y que sus efectos se traducirían en el menor precio de los energéticos para los ciudadanos, la generación de empleos y la inyección directa de grandes capitales, entre otros. Hasta ahora nada de ello se vislumbra.