Cuando era muy pequeña, Isabella Springmühl diseñaba la ropa de las muñecas con las que jugaba. Lo hacía al lado de su madre mientras esta pintaba. “Mi mamá me cuenta que yo hojeaba sus revistas, y después con retazos de tela les hacía vestidos a mis muñecas”, narra la diseñadora guatemalteca a Newsweek en Español.
Isabella trae el diseño en la sangre, pues cuenta que su abuela materna tuvo un taller de costura en donde elaboraba “hermosos vestidos” con tejidos guatemaltecos, la marca se llamaba Xjabelle. “De ahí nació mi marca, Down to Xjabelle. ‘Down’, por mi condición, y ‘Xjabelle’, en memoria del taller de mi abuela”, explica.
Para las personas con síndrome de Down no siempre es fácil recibir una educación escolar adecuada. Isabella cuenta que asistió a un colegio regular en el que era acompañada por una “maestra sombra”, adaptaciones que le permitieron ser una más entre los compañeros que la trataban como “una chica normal”, y así se graduó del bachiller en ciencias y letras.
“Al graduarme tuve que preparar mi proyecto de vida, en él pude definir mis metas a corto, mediano y largo plazo. Lo más importante para mí era entrar en la universidad a estudiar diseño de modas”, recuerda.
ISABELLA SPRINGMÜHL FUE RECHAZADA
Sin embargo, y pese a aplicar a distintas universidades en Guatemala, Isabella fue rechazada debido a su condición. “Eso fue un golpe muy duro, me sentí triste y devastada, era la primera vez que por mi condición me cerraban la puerta, en ese momento la más importante para mí”, recuerda quien ahora, y después de mucho esfuerzo y pasión, es una reconocida diseñadora de modas.
“Aprendí que puedo cambiar un NO por un SÍ. Mi mamá me inscribió en una academia de corte y confecciones y así me preparé. Pero es doloroso saber que aún hay tanto desconocimiento sobre nuestra condición y que nos cierran las puertas sin darnos siquiera una oportunidad”, confiesa.
El no haber asistido a la universidad orilló a Isabella a desarrollar su propio proceso creativo. No tiene un ritual específico para comenzar a diseñar, pero dice que disfruta mucho de iniciar sus días con música y escuchar música mientras trabaja.
“Todo el tiempo estoy viendo revistas de moda. Hago recortes y, más tarde, junto con mi equipo, seleccionamos los tejidos y textiles que vamos a utilizar. Me encanta mezclar colores, texturas y estilos”, explica, y agrega que disfruta mucho de añadir accesorios a las prendas, como borlas y flecos que simbolizan el amor y la alegría con la que ella disfruta de vivir.
TEJIDOS MUY ESPECIALES
Ahora, esta exitosa diseñadora crea prendas inspiradas en los colores, la naturaleza y los tejidos tradicionales guatemaltecos. Isabella, orgullosa de su trabajo y de su cultura, explica que “Guatemala es muy rico en tradiciones y las mujeres artesanas hacen un trabajo increíble en trasladar eso a sus tejidos: en ellos bordan historias, cuentan experiencias familiares, celebraciones y honran a sus ancestros.
“Todos los tejidos guatemaltecos que utilizo en mis prendas son hechos a mano —continúa—. Son únicos y muchos de ellos son tejidos elaborados especialmente para ceremonias mayas. Eso los hace muy especiales”.
No siempre es sencillo encontrar prendas de vestir que se adapten a los cuerpos de las personas con síndrome de Down. Por eso, los primeros diseños de Isabella fueron realizados especialmente para personas como ella. “Gracias a eso mi marca se hizo conocida y hoy elaboro piezas convencionales que he logrado exhibir y vender en muchos países del mundo”.
Actualmente, Isabella labora en “Mi corazón”, la colección que presentará en marzo en la Semana de la Moda en Guatemala: “Mi pueblo lo sabe, pero para los que me van conociendo quiero que sepan que cada pieza que hago lleva un pedacito de mi corazón”.
Además, está trabajando en los últimos detalles de un cortometraje que contará su vida y con el que busca “inspirar a todas las personas para que luchen por sus sueños: ya sea la discapacidad o cualquier obstáculo con el que se tengan que enfrentar, si tenemos el amor y el apoyo de las personas cercanas ¡nada es imposible!”.
Las piezas de Isabella son creadas en Guatemala, pero pueden adquirirse desde cualquier parte del mundo a través de distintas distribuidoras y la página de Instagram de la diseñadora. N