Después de que el lunes, Nicolás Maduro, presidente de Venezuela decidiera la noche del lunes cerrar otro tramo de la frontera con Colombia; decretando estado de excepción en tres municipios y ordenando la movilización de 3.000 efectivos militares. El exsecretario de la OEA señaló a periodistas en Sao Paulo que “la única posibilidad es que finalmente el gobierno de Venezuela acceda a abrir la frontera y se pueda establecer con Colombia un diálogo para resolver los problemas que estén pendientes”.
“Esa frontera es una de las más concurridas de América Latina. Hay un tránsito muy frecuente, la gente va y viene, ese cierre debe haber provocado una disfunción en mucha gente. Y yo hasta ahora no he visto ninguna justificación real de por qué ocurrió esto”, manifestó Insulza.
La acción de Maduro pone en una situación complicada a, Juan Manuel Santos, presidente de Colombia.A pesar de que Santos ha tratado de arreglar la crisis de la manera mas diplomática posible, las cosas van de mal en peor. La diplomacia colombiana, ante la acción de Maduro, transmite la sensación de andar sin rumbo más de 20 días después de haberse iniciado la crisis: la reunión de cancilleres celebrada en Cartagena de Indias una semana después del cierre de la frontera trajo consigo la llamada a consultas de los embajadores un día después; Colombia no logró siquiera que la Organización de Estados Americanos (OEA) convocara un encuentro de cancilleres para abordar la crisis. Para evitar otra derrota diplomática, desistió de acudir a Unasur, el organismo de integración sudamericano impulsado en su día por el fallecido Hugo Chávez.
La nueva crisis bilateral entre Colombia y Venezuela estalló el 19 de agosto cuando el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, decretó el cierre de una parte de la frontera tras un ataque a militares venezolanos durante una operación anticontrabando, que el mandatario atribuyó a “paramilitares colombianos”.
La tensión aumentó cuando ambos países llamaron a consultas a sus embajadores hace unos diez días.
Según la ONU, la crisis ya afecta a unos 20.000 colombianos, entre ellos 1.467 deportados y más de 18.000 que han huido por temor a ser expulsados.
Ambos vecinos comparten una frontera de 2.219 km, en la que denuncian la actividad de grupos irregulares que lucran con el contrabando de combustible y otros productos altamente subsidiados por el gobierno venezolano.
“Siempre hay quejas, críticas, problemas. Hay contrabando, es una frontera donde siempre existe contrabando pero creo que esto está muy influido por la situación electoral” en Venezuela, que acogerá comicios legislativos el próximo 6 de diciembre, comentó Insulza.
“En Venezuela la democracia está golpeada”, enfatizó.
Las elecciones son consideradas cruciales para Maduro, que muestra bajos índices de popularidad en medio de una fuerte crisis económica, según los sondeos. La jornada electoral podría marcar el fin de la mayoría chavista tras 16 años.
Insulza lamentó también que la Organización de Estados Americanos no pueda enviar una misión de observación electoral para los comicios, al asegurar que un informe de la entidad daría “más solidez” al proceso. Hasta ahora, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) es el único organismo internacional convocado por la autoridad electoral venezolana como “acompañante electoral”, con limitadas funciones. Cabe recalcar que el líder de la oposición Henrique Capriles, meses atrás se había reunido con Luis Almagro para invitare a que se insistiera en una observación electoral, a pesar de que la OEA acepte la última palabra la tiene Maduro, quien considera que el organismo tiene 67 años de existencia y “no sirve para nada”.
“No niego su importancia, pero no es lo mismo que una misión de observación electoral”, insistió Insulza.
(Con información de AFP y EL PAÍS)