Los jornaleros del Valle de San Quintín rechazaron que
exista una acuerdo para que las empresas de la región les paguen un salario de
entre 150 y 180 pesos, como aseguró ayer
el secretario federal del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida.
Fidel Sánchez, vocero de los jornaleros explicó que el 4 de
junio se acordó formar una comisión con la Secretaría del Trabajo, el IMSS y la
Alianza de Organizaciones Nacional, Estatal y Municipal por la Justicia Social,
para asignar a las empresas de San Quintín una categoría y, a partir de ésta,
fijar el salario que deberían obtener los jornaleros.
Sin embargo dijo que aún no los han llamado por parte de
esta comisión y desconocen el supuesto acuerdo que expuso Navarrete Prida, en
entrevista con Magda González en Milenio Televisión.
Y es que Alfonso Navarrete dijo que se habían inspeccionado
y categorizado 122 empresas y que uno de los acuerdos alcanzados era el rango
del monto ya mencionado.
Fidel Sánchez acusó que en marzo algunas empresas aumentaron
un poco los salarios , pero aumentaron también la carga de trabajo.
Sobre la filiación del IMSS, señaló que el instituto “decía
que tenía 9000 jornaleros afiliados al Seguro Social, pero no están reconocidos
por ninguna de las empresas existentes en la región.
El vocero de los jornaleros anunció que ante el
incumplimiento de los acuerdos, el jueves iniciarán un boicot internacional en
California, en Sacramento, Los Ángeles y San Francisco “si no se resuelve el
problema, ningún producto del Valle de San Quintín se estará comprando”.
Hijos de jornaleros
de San Quintín con epilepsia y trastorno motriz
La epilepsia ha afectado a hijos de jornaleros del sur de
Baja California en años recientes, sin que alguien les explique el porqué. Sólo
saben que no pueden sostenerse en pie. Ningún médico ha aclarado las causas del
padecimiento
Y es que sus padres han laborado en ranchos donde se fumigan
cultivos con sustancias prohibidas, documentó La Jornada sobre la población en su mayoría agrícola.
En la delegación San Vicente, hombres y mujeres despiertan
cada madrugada para trabajar en campos agrícolas de San Quintín, unos 100
kilómetros al sur, en algún rancho donde no ganan más de mil pesos semanales.
En el lugar hay una escuelita hecha de madera, que atiende a unos 15 niños.
Manuel Solano, representante del Frente Indígena de
Organizaciones Binacionales en San Quintín, indicó que la escuelita en realidad
es un refugio para hijos de campesinos diagnosticados con epilepsia en los
dispensarios del rancho. Ninguno puede hablar ni caminar, pero tienen cama,
comida y sillas de ruedas.
En San Quintín hay muchos niños que tienen este problema,
pero no todos tienen un carrito que los lleve a San Vicente con los hermanos,
dijo Solano. Los hermanos son una pareja de voluntarios cristianos extranjeros
que llegaron al sur de Ensenada hace años. Construyeron un pequeño salón donde
reciben niños con alguna discapacidad, entre ellos los diagnosticados con
epilepsia.
Andrés, padre de la ya fallecida Lucía, de Rosalba y Rocío,
todas con epilepsia, llevó a una de sus hijas al refugio.
Los menores, de entre cinco y 14 años, comparten cuartos
pero cada uno duerme en su cama. Reciben tres comidas al día, un espacio para
jugar, realizan actividades con los voluntarios y reciben medicamentos
anticonvulsivos.
Rosalba no duró ni una semana en el refugio. Sus padres iban
a verla todos los días al salir del trabajo, pero un día su auto se averió y
pasaron tres noches antes de que volvieran por ella. En la última visita la
vieron triste. A pesar de tener su silla prefería quedarse en un solo lugar.
Regresaron a casa con ella.
La mayoría de los niños que padecen epilepsia en esta zona
no reciben atención. En la manzana donde vive Andrés otras tres familias de
campesinos tienen hijos con la misma enfermedad. Ninguno habla, camina ni va a
la escuela. Y nadie le ha dicho a sus padres por qué.
Una de las empresas donde, según los jornaleros, se usan
agroquímicos prohibidos es el rancho Los Pinos, ubicado en San Quintín, 200
kilómetros al sur de Ensenada y a 300 de la frontera. Produce fresa y tomate
para Estados Unidos y es propiedad de una familia de agroindustriales mexicanos
vinculada con dirigentes del Partido Acción Nacional.
Según jornaleros, en ese rancho se usan pesticidas
prohibidos –entre ellos bromuro de metilo y cloropicrina– que afectan su salud.
Uno de los propietarios es Antonio Rodríguez, diputado de la
legislatura local 2004-2007 y después secretario de Fomento Agropecuario en el
gobierno de José Guadalupe Osuna Millán (2007-2013). Rodríguez apoyó a Felipe
Calderón Hinojosa para que llegara a la Presidencia y acuñó la frase de Los
Pinos a Los Pinos.
Durante su campaña, Calderón estuvo en San Quintin y volvió
como presidente. En ese sexenio la empresa se benefició con la construcción de
una planta desalinizadora con recursos provenientes de Europa. El agua se
utiliza sólo para el rancho, sin beneficio para la comunidad.
80 por ciento de los
habitantes son jornaleros
Como lo retomamos en Newsweek en Español, el Valle de San
Quintín cuenta con el 30.5 por ciento de la marginación total de Ensenada, el
municipio más extenso de México. Esto implica un alto grado de exclusión
social, estructural, geográfica e institucional, en donde existen cuarenta y
siete áreas geoestadísticas básicas (Ageb) en las que está dividido el
municipio como zonas de atención prioritaria (ZAP). No es difícil entender por
qué en 2012 se llevó a cabo una consulta ciudadana en la cual se propuso la
municipalización de San Quintín como entidad independiente de Ensenada,
tratando de crear con ello el sexto municipio de Baja California.
Según el Inegi, al menos el 80 por ciento de los habitantes
son jornaleros originarios del sur de México y el 15 por ciento de ellos habla
alguna lengua indígena como el triqui, el mixteco, el náhuatl o el zapoteco.
Estas comunidades migrantes han construido casas y barrios enteros, a los que
han bautizado con los nombres de sus lugares de origen: la colonia Triqui
también es conocida como San Juan Copala en honor a la región oaxaqueña oriunda
de sus habitantes.
Una red de
funcionarios y empresas es dueña de la industria agrícola
Por encima de las hectáreas de cultivos, sobre los cerros
separados de los barrios precarios del populacho, resaltan varias casas de
lujo, algunas casi pequeños palacetes, con acabados de diseño, mármol y
materiales de primera, alberca, jardín y juegos para niños, cristaleras, portón
y enormes carros del año aparcados entre los muros o frente a ellas. Se trata
de las residencias de los patrones, construidas tan cerca de los campos que
parece que están ahí para recordar “quién manda”.
Ello también juega en contra de los propietarios. Los
trabajadores están tan cerca que conocen muchos detalles de las vidas de estas
familias. Saben quiénes entran y quiénes salen, qué construyen y qué compran.
Por eso también circulan por todo el Valle algunas historias difíciles de
corroborar, aunque totalmente creíbles por cuanto se conoce de la industria en
la zona. “Felipe Calderón estuvo aquí, en el rancho Los Pinos, para cerrar su
campaña electoral”, afirma un habitante de El Vergel, la pequeña colonia
construida por estos empresarios para albergar a su mano de obra. “Peña Nieto
también ha dormido en ese rancho”, asegura.
(Con información de Milenio y La Jornada)
http://nwnoticias.com/#!/noticias/alianza-de-jornaleros-de-san-quintin-el-nacimiento-de-un-sindicato