Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH) patrocinaron un estudio de reciente publicación, el cual sugiere que las alergias alimentarias contribuyen a evitar la infección por covid-19.
Divulgado en mayo de 2022 en la revista Journal of Allergy and Clinical Immunology, y con el título “Human Epidemiology and Response to SARS-CoV-2 (HEROS)” (Epidemiología y respuesta humana al SARS-CoV-2), el estudio revela que las alergias alimentarias autodiagnosticadas y confirmadas médicamente se asocian con una probabilidad de contagio 50 por ciento inferior respecto de la población general.
Dado que existen informes que afirman que el asma, las alergias del tracto respiratorio superior y el eccema no parecen ser factores de riesgo para adquirir la infección por covid-19, el objetivo inicial de HEROS fue determinar si había algún tipo de asociación entre los individuos asmáticos o alérgicos, y la infección por SARS-CoV-2 o la transmisión familiar.
Bajo los auspicios y con subsidios del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas (NIAID, parte de los NIH), el estudio hizo un seguimiento de la infección por covid-19 en 4,000 personas. Esta población representó unos 1,400 hogares que incluían, por lo menos, un individuo de 21 años o menor.
Implementado antes de que el público general tuviera acceso a las vacunas, el monitoreo de la población de estudio se llevó a cabo entre mayo de 2020 y febrero de 2021. Abarcó 12 ciudades estadounidenses.
Según la metodología, cada dos semanas el cuidador de cada familia tomaba muestras nasales de los participantes para realizar la prueba rápida de covid-19. Y respondía los cuestionarios semanales.
VOLUNTARIOS DE INVESTIGACIONES EN CURSO
Si un miembro de la familia manifestaba síntomas compatibles con la enfermedad por covid-19, el responsable de la atención doméstica practicaba pruebas adicionales. Y, en caso necesario, obtenía muestras de sangre que enviaba a un laboratorio.
Los NIH informaron que los voluntarios de HEROS fueron seleccionados de otras investigaciones en curso. Esas también subsidiadas por la dependencia y enfocadas en el estudio de las alergias.
De dichas investigaciones derivó casi 50 por ciento de los niños, adolescentes y adultos participantes que padecían de alergias alimentarias, asma, eccema o rinitis alérgica.
En una declaración para Newsweek, el Dr. Max Seibold, profesor de pediatría en el Centro para Genes, Medioambiente y Salud, división de la clínica National Jewish Health de Denver, Clorado, explicó que NIAID lo contactó en marzo de 2020 para pedirle que encabezara el estudio.
“Había mucha incertidumbre sobre el riesgo [de covid] para las personas con asma, así como en cuanto a la susceptibilidad de los niños asmáticos y los mecanismos de transmisión intrafamiliares”, comentó Seibold.
Como investigador que recibe subsidios de los NIH, Seibold ya contaba con cohortes de niños asmáticos o que padecían de otras alergias. De modo que él y sus colegas solo tuvieron que pedir voluntarios para el estudio HEROS. Y precisaron que el seguimiento tendría una duración aproximada de siete meses.
El laboratorio de Seibold se especializa en el análisis transcriptómico de las vías respiratorias. Para ello los investigadores obtienen muestras nasales que les permiten precisar lo que ocurre en los individuos asmáticos a nivel de los genes.
GENERAR ANÁLISIS EPIDEMIOLÓGICOS
Fue por ello que los NIH seleccionaron dicho laboratorio para procesar las pruebas de covid-19 y generar análisis epidemiológicos de los datos obtenidos, proceso que obligó a emprender varios estudios sobre infecciones virales.
“En ese momento no anticipábamos un hallazgo específico ni teníamos respuesta para la ideología de la observación”, reconoció Seibold, refiriéndose al nexo entre las alergias alimentarias y la reducción significativa del riesgo de infección por covid-19.
El científico señaló que había el antecedente de un estudio de 2020. Este analizó los patrones de inflamación en las vías nasales de los niños. Eso determinó que quienes presentaban mayor inflamación (tipo 2) expresaban niveles más bajos del gen ACE2. A este receptor se liga el SARS-CoV-2 para entrar en las células y desencadenar la infección.
Al respecto, la Dra. Tina Hartert, colíder de la investigación HEROS, directora del Centro de Investigación de Ciencias Ambientales y Asma, y profesora de medicina y pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad Vanderbilt, en Nashville, Tennessee, explicó:
“Especulamos que el asma y otras enfermedades alérgicas podrían reducir el riesgo de infección. Hemos observado que hay ciertos tipos de inflamación alérgica en que las células superficiales de las vías aéreas tienen menos receptores ACE2.
“En teoría — detalló Hartert—, esto se traduciría en una menor carga viral para las células de las vías respiratorias de individuos asmáticos o que padecen otras alergias. Sin embargo, para nuestra sorpresa descubrimos que el riesgo disminuía solo en personas con alergias alimentarias”.
RESERVORIOS DE INFECCIÓN ASINTOMÁTICA
Más allá de las alergias alimentarias y el asma, los investigadores también determinaron que los niños desempeñan una función crucial como reservorios de la infección asintomática y la trasmisión doméstica.
De hecho, Seibold y Hartnet afirmaron que hasta 75 por ciento de los niños infectados son asintomáticos, de modo que —en palabras de Hartnet— la asistencia escolar presencial “conlleva el mayor riesgo de introducir [el virus] en el ámbito familiar”.
“Debido a la cantidad de infecciones asintomáticas existentes —sobre todo en individuos jóvenes—, creemos que el virus circula mucho más de lo que se pensaba”, interpuso Seibold.
Por último, la investigación demostró que el incremento en el índice de masa corporal (IMC) se asociaba con un mayor riesgo de infección. En esencia, “a mayor IMC, mayor riesgo de infección”, según la expresión de Hartnet.
Seibold añadió que, aunque se ha observado que la obesidad es un factor de riesgo para la presentación de un cuadro grave por covid19, el estudio HEROS permitió determinar que “los individuos obsesos o con mayor sobrepeso suelen ser los más afectados”, pues existe una relación lineal entre el IMC (en específico, el aumento en la composición de grasa) y el incremento de infecciones.
El Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas, declaró: “Los hallazgos del estudio HEROS subrayan la importancia de vacunar a los niños. Así como la de implementar medidas de salud pública para evitar que se infecten con el SARS-CoV-2″.
“SIGAMOS INVESTIGANDO”
“Estas acciones brindan protección contra el virus no solo a los niños, sino también a los miembros vulnerables de sus familias. Por otra parte —prosiguió Fauci—, es importante que sigamos investigando la asociación entre las alergias alimentarias y el riesgo de infección por SARS-CoV-2. Así como entre ese riesgo y el índice de masa corporal”.
Finalmente, Hartert resaltó que el equipo científico tenía una deuda de gratitud con las “extraordinarias” familias que tomaron parte en un estudio efectuado completamente a distancia.
Por esa razón, puntualizó, “no solo fueron participantes. También fungieron como investigadores” al obtener sus propias muestras nasales antes, durante y después de la infección.
“Es importante confirmar nuestros hallazgos. Porque, una vez que precisemos los mecanismos que disminuyen el riesgo de infección en personas con alergias alimentarias, o que incrementan el riesgo de manera proporcional con el IMC, podremos desarrollar estrategias para prevenir esta infección”, concluyó la investigadora.
Otro estudio, realizado en la Universidad de Kansas, encontró que los “mensajes de conversión” eran muy eficaces para persuadir a los individuos que rechazan las vacunas contra el covid-19. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek).