Crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad, incluso “genocidio”, como declaró el martes por primera vez el presidente estadounidense Joe Biden refiriéndose a los actos de Rusia en Ucrania, son nociones de derecho internacional bien precisas.
Surgieron tras la II Guerra mundial, al mismo tiempo que se implementó el Tribunal internacional de Nuremberg para juzgar los crímenes nazis.
Esas nociones están en el corazón de las competencias de la Corte Penal Internacional (CPI), que abrió el 3 de marzo una investigación sobre la situación en Ucrania.
Pueden depender asimismo de jurisdicciones nacionales cuando estas tienen competencias en materia de justicia universal, como es el caso en Alemania, Bélgica, España, Francia o Suiza.
Los “crímenes de guerra” se definen como graves violaciones del derecho internacional cometidas contra civiles o combatientes en un conflicto armado, y que generan las responsabilidad penal individual de sus autores, según el Alto Comisionado de la ONU para los derechos humanos.
HOMICIDIO, TORTURA, SECUESTROS…
Estos crímenes corresponden a violaciones de las Convenciones de Ginebra, adoptadas en 1949, tras la II Guerra mundial.
Su codificación más reciente se halla en el artículo 8 del Estatuto de Roma de 1998, fundador de la CPI.
Este artículo define más de 50 ejemplos de crímenes de guerra. Entre ellos el homicidio. La tortura. Los secuestros. El uso de niños soldados. Las deportaciones ilegales. Los ataques intencionales contra civiles. Las violaciones. Los saqueos o los ataques intencionales contra misiones de ayuda humanitaria o de mantenimiento de la paz.
También son crímenes de guerra el uso de armas prohibidas, que “causen sufrimiento inútil” o golpeen de forma “indiscriminada”.
La CPI, cuya sede está en La Haya, nació en 2002, y está encargada de juzgar estos crímenes así como los crímenes de lesa humanidad y los genocidios.
JUICIO A CRIMINALES NAZIS
La noción de crimen de lesa humanidad fue creada y definida el 8 de agosto de 1945 por el artículo 6 de los estatutos del Tribunal internacional de Nuremberg.
Este crimen se define como “el asesinato, la exterminación, la reducción a esclavitud, la deportación o cualquier otro acto inhumano cometido contra cualquier población civil. Esto antes o durante la guerra, o bien las persecuciones por motivos raciales o religiosos”.
Fue creado a posteriori para juzgar a los criminales nazis cuyos crímenes no habían sido imaginados anteriormente.
Ahora esta noción ha sido codificada en el artículo 7 del Estatuto de Roma. Se determina que los crímenes contra la humanidad son actos como el asesinato, la violación, la persecución y otros actos inhumanos. Todos ellos cometidos “en el marco de un ataque generalizado o sistemático lanzado voluntariamente contra cualquier población civil”.
El término “genocidio” ha sido utilizado desde el punto de vista jurídico por primera vez en el proceso de Nuremberg para designar la exterminación de los judíos.
Luego se volvió parte integrante del derecho internacional en 1948 en virtud de la convención de la ONU para la prevención y la represión del crimen de genocidio.
Describe el genocidio como un “crimen cometido con la intención de destruir en todo o en parte a un grupo nacional, étnico, racial o religioso”.
EJEMPLO DE CONDENAS POR GENOCIDIO
En noviembre de 1994, la ONU crea el Tribunal penal internacional para Ruanda (TPIR) basado en Arusha (Tanzania). Cuatro años más tarde el TPIR pronuncia las primeras penas de reclusión a perpetuidad, que constituyen un primer reconocimiento del genocidio contra la minoría tutsi ruandesa.
La masacre de Srebrenica en el este de Bosnia fue reconocida en 2007 como genocidio por la Corte internacional de Justicia (CIJ).
Los exjefes político y militar de los serbios de Bosnia, Radovan Karadzic y Ratko Mladic, fueron condenados a perpetuidad.
En diciembre de 2017, los 123 países miembros de la CPI (los que ratificaron el Estatuto de Roma, Estados Unidos y Rusia no lo han hecho) agregaron el “crimen de agresión” a la competencia de la jurisdicción internacional. Este crimen tipifica el ataque a la soberanía de un país por otro país, y permite perseguir a sus dirigentes. N