El maestro Wolfgang Amadeus Mozart, compositor, pianista y director de orquesta, considerado uno de los músicos más influyentes y destacados de la historia, decía que, “en una ópera, la poesía por fuerza ha de ser hija obediente de la música”.
La ópera es el género musical que combina música sinfónica a cargo de una orquesta y una historia de corte dramático —creada en un libreto—. En su conjunto, este género es interpretado vocalmente por cantantes de diversa tesitura.
Jacopo Peri fue un compositor y cantante italiano del periodo de transición entre el Renacimiento y el Barroco. Es considerado el inventor de la ópera. Compuso, en 1600, la primera pieza operística que se conserva: “Eurídice”. Y también creó la considerada primera ópera de la historia: “Dafne”, aproximadamente en 1597, cuyo libreto fue escrito por Ottavio Rinuccini.
La ópera es música, canto, danza, escenografías, teatro, interpretación, maquillaje, vestuario, peluquería y otras disciplinas artísticas. Todos son elementos que la componen.
“La ópera es un fenómeno donde muchos factores se involucran”, comenta el maestro Elías Morales Cariño, catedrático de la Facultad de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde dirige el taller de ópera. Este género “intercepta aspectos artísticos con lo musical, lo teatral, lo escénico. Pero, a su vez, se relaciona con aspectos económicos, sociales y políticos”, explica en entrevista con Newsweek en Español.
“Todo lo artístico que se observa en el escenario es igualmente importante, como lo es la comercialización y la mercadotecnia que giran en torno a la ópera”, añade el experto.
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Las tramas que se presentan en la ópera expresan emociones humanas que casi siempre cautivan al espectador. El amor, el odio, los desengaños, las traiciones, la muerte, los crímenes, la alegría, la tristeza acompañan a villanos, héroes, reyes, princesas, cortesanas y plebeyos que viven o padecen una serie de acontecimientos.
Por esta combinación de diversidad de elementos, la ópera es para todos, añade Morales Cariño: “La ópera es para críticos, músicos, melómanos y expertos. Pero también está otra vertiente donde se puede ir a la ópera desde otra visión. No se tiene que ser especialista, ni siquiera se tiene que estar familiarizado con un tipo de arte escénico”.
En ese sentido, “es perfectamente posible para cualquier ser humano asistir a la ópera, sentarse allí, observar lo que ocurre en el escenario y tener una reacción hacia ella”, comenta Morales Cariño, quien también ha centrado su musicológica en el estudio de la música mexicana decimonónica.
Para el maestro, el punto esencial de este género artístico es que el espectador puede asistir a este sin saber absolutamente nada. Asimismo, puede tener un momento en el que uno se permite dejarse conmover, experimentar y vivir lo que allí pasa.
Y, por supuesto, añade, puede producir una gama inmensa de reacciones de gusto y de disgusto. “Simplemente no se tiene que tener contacto mínimo con el arte para ir a la ópera. Se puede asistir y se puede entender, disfrutar y relacionarse con ella. Cualquier persona es bienvenida”.
¿LA ÓPERA ES “ABURRIDA”?
Con frecuencia se piensa que la ópera “es aburrida”. El maestro Morales Cariño explica que esta idea ocurre generalmente con todos los fenómenos artísticos. “Suele haber una barrera donde se prefiere no saber qué es y de qué trata. Parece aburrido por ser desconocida. Sin embargo, a veces la culpa no está en el espectador, sino en lo que ocupa el escenario, y cuando hablamos de ópera hay muchísimas personas involucradas.
“A veces lo que ocurre es aburrido —agrega—. No necesariamente el espectador no entiende o es inculto, a veces afecta lo que está en el escenario y es aburrido”.
El catedrático de la UNAM también indica que el ser humano debería romper con la ecuación de que ópera es igual a aburrido: “Podemos acercarnos a ver qué pasa allí. Podemos acercarnos a conocer y probar la ópera. Probemos. A lo mejor gusta o a lo mejor no. Pero puede ser una gran experiencia”.
A lo largo de 400 años de ópera, entre la gran cantidad de historias famosas sobresalen: “Madama Butterfly” de Puccini; “Aída”, de Verdi; “Carmen”, de Bizet; “Otello”, de Verdi; y “El anillo del nibelungo”, de Wagner.
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La trama se inicia con el “Oro del Rin”, que Wagner presenta como una masa aurífera que descansa en el fondo de un río. Cuando alguien logra robarla se forja un anillo mágico. Este concede a su portador el poder de dominar al mundo. Sin embargo, debe aceptar con ello una maldición que lo obliga a renunciar por siempre al amor. La música y el libreto de “El anillo del nibelungo” fueron creados por Richard Wagner en un tiempo aproximado de 26 años.
“Gracias a las aplicaciones y páginas de internet todos podemos tener acceso a cualquier cantidad de óperas completas o partes de una obra. En estos espacios las óperas ya tienen subtítulos integrados. Con esta ventaja se puede conocer también cualquier cantidad de libretos, incluso en español.
“Entonces, ya hay manera de conocer, a partir de una sinopsis, de qué trata una obra. A su vez, no se tiene que intentar ver una ópera de cinco horas, afortunadamente se puede ver en fragmentos. La ópera está al alcance de todos y hay muchos elementos que nos pueden hacer incursionar en ella”, comenta el maestro Elías Morales.
QUÉ ESCUCHAR
Escoger y recomendar óperas es una decisión sumamente complicada, sentencia el experto en música: “Cuando uno habla de la historia de la ópera está hablando de 400 años. Además, hay cualquier cantidad de estilos diferentes. La ópera se encuentra en distintos idiomas.
“Hay óperas que tienen texto integrado hablado que se intercala con partes cantadas. Existen óperas donde solamente se canta. Hay óperas que tienen interludios orquestales. Hay óperas que tienen danza. Así que hay una gran cantidad de posibilidades”.
Dado lo difícil de la decisión, el maestro Morales nombra solo a algunos de los autores de óperas que lo han cautivado. “A mí me gusta la ópera de Händel —del siglo XVII—. Él tiene aproximadamente 60 óperas, hay muchísimas posibilidades con este autor. Pero también me gusta mucho la ópera de Puccini, un compositor de finales del siglo XIX. También me agrada la ópera de Benjamin Britten, compositor inglés de la primera mitad del siglo XX”.
La revista internacional Opera World recomienda cinco piezas para adentrarse en este género. Con una lista cronológica sugiere comenzar con “Die Zauberflöte” (La flauta mágica, de Mozart). Luego, continuar con “Il barbiere di Siviglia” (El barbero de Sevilla, de Rossini), y seguir con “La Traviata” (Verdi); “Carmen”, (George Bizet), y “La bohème” (Puccini).
LA ÓPERA EN MÉXICO
Cuando los españoles llegaron a América ni siquiera había ópera en Europa. Sin embargo, las culturas precolombinas ya tenían manifestaciones musicoescénicas, comenta en entrevista con Newsweek en Español Enid Negrete, doctora en Artes Escénicas por la Universidad Autónoma de Barcelona.
“Lo que los españoles se encontraron en la Nueva España fue una población entrenada vocal, musical y artísticamente. Las manifestaciones eran sofisticadas y complejas. No quiere decir que hayan sido óperas como tal, pero para el mundo náhuatl no había diferencia entre poesía, canto, danza y música.
“Estos elementos los consideraban un todo. Esta idea nos recuerda mucho lo que es la ópera. Sí, el desarrollo europeo del género es completamente distinto, pero es lógico porque son culturas distintas con contextos distintos”.
Enid Negrete también fue coordinadora del primer diplomado en ópera mexicana, realizado en 2020 y 2021 por la Fundación Arte Contra Violencia y la Escuela Superior de Música Fausto de Andrés y Aguirre.
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Producto de este diplomado surgió Ópera de México, un libro con los más recientes estudios sobre el ámbito operístico nacional.
La doctora Negrete añade que actualmente los mexicanos no conocen ni se interesan en los compositores de ópera de este país. Sin embargo, “hemos encontrado estrenos de óperas mexicanas en países como Italia y Bruselas desde el siglo XIX. Esto indica que nuestros compositores tenían un nivel bastante alto, aunque en México ni siquiera se han transcritos sus partituras.
“Algunas partituras están siendo recuperadas. Esto evidentemente nos quita la historia emocional de nuestro país. Al final de cuentas la ópera va a corresponder musicalmente con una evolución emocional de México”.
La experta añade que la ópera mexicana contemporánea se ha vuelto contestataria: “La ópera se ha vuelto activista. Tenemos mujeres compositoras que están tratando temas como el feminicidio, el narcotráfico. Tenemos otros compositores trabajando sobre migración y otros temas sociales que por desgracia son parte de la realidad mexicana”.
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En el orden internacional, en la época contemporánea, comenta el maestro Elías Morales, se sigue creando ópera.
“Se hace muchísima. Diría que una buena parte de las producciones de las casas de ópera alrededor del mundo son a partir de ópera de compositores contemporáneos —del siglo XX o XXI— que están vivos.
“En algunas ocasiones estas casas de ópera comisionan a los compositores para crear este género de música y casi todos ellos tienen un lenguaje contemporáneo. Esto sucede en nuestro país y en muchas partes del mundo”, indica Morales Cariño.
ÓPERA EN BREVE…
- Siete minutos es lo que dura la ópera más corta, “La liberación de Teseo”, de Darius Milhaud.
- Mozart escribió su primera ópera, “Bastien und Bastienne”, cuando tenía siete años.
- Beethoven tiene una lista de óperas muy corta. Tan solo escribió una: “Fidelio”.
- Gioaccino Rossini escribió una de las óperas más famosas del mundo: “El barbero de Sevilla”. Solamente tardó dos semanas en crearla.
- “La flauta mágica” fue la última ópera de Mozart escenificada antes de su muerte, a los 35 años. N