Desde 1993, cada 17 de febrero, se reconoce el trabajo de los inventores mexicanos que han impulsado la ciencia y el desarrollo tecnológico en México.
El científico mexicano Guillermo González Camarena, uno de los inventores más reconocidos a escala mundial, construyó su primer radiotransmisor cuando tenía ocho años. A los 12 creó su primera radio de aficionado. Luego, a los 23, patentó un sistema tricromático de secuencia de campos, que años más tarde perfeccionó y dio al mundo la televisión a color. A su vez, fue un astrónomo que construyó sus propios telescopios.
La conmemoración del Día del Inventor Mexicano se estableció en honor a González Camarena, cuyas invenciones científicas trascendieron a todo el mundo.
“Desde González Camarena la ciencia ha evolucionado sobremanera. Somos muchos más científicos y hay mayor impacto de la ciencia en la vida nacional. Hay otros impactos importantes en la educación, en la industria y en la salud”, asegura Remy Fernand Ávila Foucat, doctor en Ciencias, en entrevista con Newsweek en Español.
El científico agrega que la ciencia cobró gran auge en México con la creación del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). “Sin embargo, estos han ayudado más a la ciencia básica que a la aplicada. No está mal, las dos son necesarias. Sin embargo, ha habido un cierto desdén hacia la aplicación de la ciencia y hacia el apoyo a la relación entre la industria y la ciencia.
“Se nota en las patentes. Del número de patentes que solicitan en su mayoría son del extranjero, posiblemente más del 60 por ciento. Eso significa que no tenemos tanto entrenamiento en hacer patentes”.
El doctor Ávila Foucat señala que en México se está mucho más entrenado para generar artículos investigación. “Lo cual está bien porque se genera conocimiento que es indispensable, pero también en algún momento es útil y es necesario para el desarrollo aplicar esos conocimientos”.
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Añade que, aun cuando hay apoyo para ciencia básica y generación en conocimiento en ciencias sociales, lo cual es indispensable, no sucede lo mismo con los inventores mexicanos. “Existe un desdén hacia la aplicación científica, y eso afecta el desarrollo de México”.
Como ejemplo cita la situación de la pandemia por covid-19. A escala mundial, los científicos se centraron plenamente en el desarrollo de una vacuna contra el virus. Sin embargo, aunque “estoy convencido de que la capacidad de conocimiento para crear una vacuna existe, la capacidad de reacción es difícil”.
De acuerdo con el experto, en México tenemos trabas cuando nos toca competir en el desarrollo de la vacuna contra covid-19: “Esta se desarrolló en tiempo récord y se colocó en el mercado de inmediato. Ese tipo de situaciones nos saca de la competencia. También estamos fuera de la competencia en la publicación de artículos especializados de gran impacto mundial”.
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La problemática para los científicos mexicanos, señala, es que hay temas que están siendo investigados por expertos de todo el mundo. “Es muy difícil que uno de nuestros artículos tenga el primer impacto. Siempre van a salir primero los resultados comprobados en países de primer mundo”, comenta.
“En el mundo de la ciencia en México la lentitud está en todos lados, desde dentro de las universidades, las relaciones con el Conacyt, todo es extremadamente lento y burocrático”.
Según Remy Fernand Ávila Foucat, se podrá observar un avance real en la ciencia cuando el discurso oficial no vaya en contra de los científicos. “También debe haber mucha divulgación de la ciencia desde la educación básica. Se debe convertir a la ciencia como algo alcanzable. En México hay un déficit de calidad en la educación. Hay una palabra que importa mucho y que en el discurso oficial ha perdido importancia: ‘calidad’”.
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Ávila Foucat recomienda, a su vez, reforzar la enseñanza en los niños a través de las matemáticas. “No es para que todos sean matemáticos, pero les servirá para tener un pensamiento estructurado en muchas otras disciplinas”.
El científico asevera que en México sí se puede hacer ciencia, pero no es fácil. Hay mucho que avanzar, pero no es imposible, indica: “Se debe preparar a las generaciones que están desarrollándose con una verdadera educación de calidad. Ello implica una reforma educativa real y no una reforma laboral en el medio educativo”.
Ávila Foucat también pide a los medios de comunicación tener mayor interés en el quehacer de los inventores mexicanos, así como en las noticias de lo que la ciencia mexicana está desarrollando actualmente.
A su vez, añade, se necesita un financiamiento más amplio: “Tomemos como ejemplo a Corea, un país emergente que ahora es de los que mayormente publican patentes en el mundo. Tiene un producto interno bruto muy elevado y una calidad y nivel de bienestar también muy elevados.
“Esto lo logró financiando fuertemente a la ciencia y el desarrollo científico de su país y generando patentes, comercializándolas. Hacen que la publicación de patentes sea más rápida y tienen ayuda de parte de las instituciones de gobierno y de las universidades. En México lo anterior es complicado y lentísimo”.
Todo se resume a que falta una verdadera voluntad política en México. Lo anterior, indica, viene desde hace décadas. “Se necesita una auténtica voluntad política de generar tecnología aplicada en México y que además genere riqueza”, concluye. N