Sin señas particulares, de Fernanda Valadez, obtuvo hace unas semanas el Ariel de Oro a la mejor película de 2021. Newsweek México conversó con la cineasta mexicana.
RECLUTAMIENTO FORZADO. Desapariciones forzadas. Identificación genética de personas. Familiares en búsqueda de sus desaparecidos. Estos son fragmentos que la cineasta Fernanda Valadez presenta en su primer largometraje, Sin señas particulares, un filme que en septiembre obtuvo el Ariel de Oro a la mejor película del año, premio que entrega anualmente la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.
La trama de la película, según Valadez, es parte del reflejo social que vive México debido a la desaparición forzada consecuencia de la llamada “guerra contra el narcotráfico”, que desde 2006 fue declarada por Felipe Calderón.
De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, del 1 de septiembre de 2006 al 5 de octubre de 2021 se cuentan 91,019 personas desaparecidas y no localizadas. En concordancia con estas cifras, Sin señas particulares, un largometraje de ficción, plantea preguntas respecto a cómo y dónde se llevan a los desaparecidos en México y qué sucede con el reclutamiento forzado de jóvenes por parte de organizaciones criminales.
Ante este cuestionamiento, Valadez señala que estas preguntas comenzaron a plantearse cuando se empezó a saber de matanzas y eventos de exterminio que conmocionaron al país, como sucedió con la masacre de 72 migrantes en tránsito en San Fernando, Tamaulipas, en 2010.
“Las respuestas serán específicas a cada uno de los eventos, pero debajo de estas situaciones, que son como la punta de un iceberg, lo que vemos es que son campos de entrenamiento, reclutamiento forzado y una esclavitud de facto”, señala Fernanda Valadez en entrevista con Newsweek México. “Tenemos que investigar y comprender para evitar; porque es una crisis humanitaria que, conforme pasen los años, vamos a empezar a entenderla como eventos de genocidio”.
400 MALETAS
Sin señas particulares es una película que nació siete años después del cortometraje 400 maletas, un trabajo de Valadez en el que la actriz Mercedes Hernández interpretó a Magdalena, una madre mexicana que sale a buscar a su hijo desparecido en su trayecto rumbo a Estados Unidos.
400 maletas fue producido por el Centro de Capacitación Cinematográfica y tiene una duración de 22 minutos. Este proyecto se inició con Fernanda Valadez en la dirección y guion. La edición, producción y música fue parte de Astrid Rondero.
Para Valadez y Rondero, reescribir la historia de Magdalena y su hijo implicó el reto de no repetir en Sin señas particulares lo que ya se había contado en el cortometraje, sino continuar con la historia que habían iniciado y profundizar en la crisis humanitaria que en México se ha vivido con la desaparición forzada y con casos como los de Tlatlaya, en el Estado de México, y Ayotzinapa, en Guerrero.
“Nos hicieron sentir que era una realidad que nos interpelaba y que debíamos continuar. Nos pusimos la regla de que había que reescribir una historia más humana y que esta es una crisis que atraviesa por todas las clases sociales en México”, reflexiona Valadez.
En tanto, para la directora y guionista Astrid Rondero, tanto 400 maletas como Sin señas particulares son proyectos que se vuelven cercanos al contexto actual de violencia que en México aún se vive: “Sentíamos que esto que parecía lejano se iba acercando, y eso habla del nivel de descomposición en que está México”.
Además de narrar la crisis de la desaparición forzada, Rondero añade que en el filme quisieron describir, también, el reclutamiento forzado, un tema del que no se ha investigado lo suficiente, que solo se podrá comprender tras unos años y que afecta sobre todo a los jóvenes.
LA ESPERANZA DE NO DEJAR DE BUSCAR
De acuerdo con Astrid Rondero, Sin señas particulares refleja mucho lo que ha pasado en los últimos años en el país en materia de derechos humanos. Sin embargo, es a partir del cine que con un proyecto honesto y respetuoso también se muestra la esperanza y la fuerza de los familiares de personas desaparecidas, particularmente de las madres.
De la misma manera, la actriz Mercedes Hernández retoma la tesis que la directora Fernanda Valadez ha adoptado al señalar que la violencia genera violencia y, aunque esta frase llega a desgastarse, no deja de ser verdad.
“No nos queremos dar cuenta de que la violencia y la crisis estructural va a terminar por tocarnos; por eso hay que contar estas historias y ser empáticos, no solo por el miedo a resultar afectados, sino porque formamos parte de un colectivo, de una comunidad”, añade.
Con nueve estatuillas de oro, Sin señas particulares resultó ser la película más galardonada durante la entrega número 63 de los Premios Ariel. Entre las categorías en las que destacó se encuentran mejor dirección (Fernanda Valadez), mejor actriz (Mercedes Hernández), mejor coactuación masculina (David Illescas), mejor guion original y mejor edición (Astrid Rondero). N