QUEREMOS tener una ascensión de autosuficiencia energética, pero al tener una contracción en la inversión directa extranjera en los últimos años, principalmente en el sector de energía, cómo podremos lograrlo si las empresas del Estado no tienen los suficientes recursos para generar una mayor producción y para compensarlo ha incrementado la importación, convirtiéndose en un Trader que influye en los precios en mercados controlados.
México es importador de gas licuado, de petróleo, gasolina, diésel, turbosina y gas natural, entre otros, y su balanza cada día está ampliando respecto a la producción.
Cuando un país decide importar se indica que no produce o no cuenta con el producto, servicio, insumo o cualquiera para realizar alguna actividad dentro de los mercados internos para el desarrollo económico.
Gas LP. La empresa productiva del Estado ha dejado de ser parte garante para la demanda del mercado, por medio de su producción, y pasando esta actividad en su mayoría a la iniciativa privada, la cual importa en su mayoría. El descenso de la producción radica principalmente ante la baja eficiencia de los centros procesadores de gas, y la salida de productos de refinerías y petroquímicas de este combustible. Del total de la demanda Pemex solo aporta entre el 40 y 50 por ciento del requerimiento de este producto entre lo producido e importado.
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Gas natural. En 2015 a Pemex dejaron de invertirle y redujeron en más de 100,000 millones de pesos su presupuesto de inversión por una decisión de la SHCP. Sin haber establecido que el negocio no solo era la extracción de crudo, disminuyó en 50 por ciento la explotación de los campos de gas. Convirtiéndonos en importadores netos de esta materia prima, para usar en gran parte en la generación de electricidad.
Ahora dependemos de las interconexiones con nuestro socio comercial en el T-MEC, y sabiendo que este reducirá el uso del carbón y será sustituido por esta materia prima, y cuyo objetivo es la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Esto nos pondrá en un dilema, en el futuro: cuándo y cuánto tendremos este gas para nuestro consumo. En la resiente consulta pública realizada por parte de CENAGAS se indica que requerimos “sí o sí” tener más volumen ante la demanda que fue mostrada incrementalmente. Además de poner en evidencia el requerimiento a corto plazo de almacenamientos estratégicos, lo cual actualmente no tenemos hoy en día, solo contamos en el empaquetamiento en los ductos. Nuestro socio comercial tiene entre 35 a 40 días respecto al consumo diario que tiene. Importamos el 70 por ciento del total de la demanda.
Gasolina. El talón de Aquiles, y la ascensión que queremos en el presente actual, pero no para el futuro. En 2000, del total que la empresa productiva del Estado ponía disponible al mercado, el 80 por ciento lo producía, y hoy en día solo el 30 por ciento. Parte de esta caída ha sido propiciada por la baja utilización de las refinerías, y esto por los paros continuos no programados, bajo presupuesto y, como consecuencia, un menor volumen de salida.
Ante esta situación, Pemex, para no perder parte del mercado a partir de 2015 a la fecha, ha visto que el negocio está en las terminales de almacenamiento y reparto, donde tienen el control de la producción nacional e importación. Además, en poder controlar el tipo y calidad de la gasolina en función de las mezclas.
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Diésel. Recordemos que, a partir de 2024, en toda la republica mexicana deberá haber solo diésel de bajo azufre (UBA), y ante esto Pemex deberá invertir en poder obtener este tipo de combustible, y en el dado caso de que no pueda tendrá que incrementar la importación. Este combustible representaba en 2000 el 90 por ciento de la producción, a lo que la empresa situaba de su total en el mercado, y actualmente es del 50 por ciento.
La construcción de Dos Bocas no será la solución para poder ser autosuficientes, a menos de que las seis refinerías lleguen en conjunto a una utilización del 85 por ciento (actual 45 por ciento), y en tener una producción de cuando al menos de 2.5 millones de barriles diarios de crudo para mantener una exportación de 1 MBD, recordando que esta variable es usada en el presupuesto calculado en forma anual.
Respecto al gas natural, sabemos que en esta administración no habrá inversión en petroquímica ni para la extracción de gas en las diferentes cuencas, que dejaremos para el siguiente gobierno. La pregunta es: ¿estaremos en el tiempo adecuado para el futuro?
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La realidad es que, en el corto y largo plazo, será imposible la autosuficiencia debido a que la principal empresa, que podría ayudar a poder reducir la codependencia de las importaciones, actualmente tiene dificultades en sus finanzas públicas, al haber incrementado su deuda de corto y largo plazo en los últimos años y tener pérdidas en el sector de transformación.
Imaginemos: si Pemex no importara cómo estaría el mercado, colapsado. N
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.