El
grafeno se ha convertido en el maná científico de los
últimos años, gracias a estudios que prometen, entre otras cosas, pantallas
computarizadas táctiles y flexibles, baterías de larga duración, desalinización
del agua y celdas solares superpotentes; todo construido con lo que se
considera el material más delgado (y potencialmente más fuerte) del planeta.
Por ello, hacia fines de 2014, en todo el mundo se habían patentado más de
veinticinco mil aplicaciones basadas en grafeno.
Un
inesperado beneficiario de este milagro es el arte. Investigadores de un
proyecto llamado INSIDDE están desarrollando un escáner de grafeno que —dicen—
penetra capas de pintura y mugre para revelar rasgos hasta ahora desconocidos
de obras de arte bi y tridimensionales, pero sin poner un dedo sobre los
delicados artefactos.
Es
lo último en el creciente arsenal de tecnologías de imágenes que los
conservadores pueden utilizar para investigar pinturas y otras creaciones. Por
ejemplo, las radiografías penetran la superficie de una pintura e identifican
ciertos pigmentos ocultos que tienen metales de número atómico elevado, como el
plomo del color blanco, explica Jennifer Mass, científica del Museo Winterthur,
en Delaware, quien en 2014 fue parte del equipo que utilizó una tecnología radiográfica
de punta en “La habitación azul”, de Picasso (1901), investigación que reveló
la pintura “oculta” de un hombre barbado con corbata de moño.
No
obstante, hay limitaciones: los pigmentos de número atómico bajo, como azul de
ultramar, no aparecen en las radiografías y las imágenes infrarrojas —otra
herramienta utilizada a menudo en investigaciones artísticas— se limitan a
revelar los trazos del dibujo. En cambio, el dispositivo de grafeno utiliza
radiación de terahercio, que cae entre la radiación infrarroja y las microondas
en el espectro electromagnético; y según sus inventores, es capaz de alcanzar
las capas intermedias de la pintura, donde no puede acceder la radiación
infrarroja.
Tal
vez su adopción general no sustituya por completo el estándar de oro en la
ciencia de la conservación: una minúscula muestra de pigmento, encapsulada en
resina, cortada transversalmente, y sometida a experimentos. Pero no significa
que las imágenes en terahercios no cumplan un propósito. “Cada nueva técnica no
invasiva nos acerca a la información que proporciona una muestra de corte
transversal”, afirma Mass.