Marwan es un cantautor y poeta español que en días pasados visitó México para presentar su más reciente libro, Todos mis futuros son contigo (editorial Planeta, 2015). La acogida que el libro ha recibido en España ha sido cuando menos sorprendente, sobre todo si se piensa que el autor es un músico independiente que hace quince años recorría los bares de Madrid presentando sus canciones ante auditorios de no más de cien personas. Ahora bien, vender más de veintisiete mil libros de su primer poemario, La triste historia de tu cuerpo sobre el mío —el cual publicó en su propia editorial y se distribuía sólo en sus conciertos y en su página web—, no es un dato menor para un poeta, especialmente en estos tiempos en los que la información que trasciende en ocasiones mide solo ciento cuarenta caracteres.
—¿En qué se distingue tu último libro?
—En comparación con el primero, este nuevo libro es más sosegado. Hablo de amor, desamor, emociones, poesía social, pero es más reflexivo.
—¿De tus composiciones y tu literatura ¿cuáles son las últimas en las que has descubierto algo muy íntimo?
—Precisamente es el nuevo disco que estoy lanzando, Apuntes sobre mi paso por el invierno. Es íntimo y universal a la vez. Incluye un libro en el que realmente hago un desnudo emocional y una pequeña autobiografía que intenta sacar cosas de mí, para que la gente se refleje en ellas. Yo sufrí mucho en la infancia y en la adolescencia, era un niño muy sensible. Es lo que conté, porque pienso que mucha gente pasa por lo mismo y nunca tuvimos alguien para explicarnos qué nos pasaba.
—¿Cuándo fue la última vez que te sentiste ese chico adolescente?
—Siempre; tengo una canción que precisamente se llama “Adolescente”. Desde que la compuse, hace diez años, pienso que nunca lo voy a superar y lo cierto es que lo he superado por los años, pero siempre hay algún momento de conflicto en el que uno vuelve a sentirse inseguro, aunque sea una semana o un tiempito.
—¿Cuál es el último hecho social de tu país que te ha sorprendido?
—La crisis que ha conllevado tantas caras. En primer lugar ha habido grandes recortes sociales. Hasta hace ocho o nueve años había un estado de bienestar con servicios públicos bastante fuertes, educación pública muy buena, sanidad pública universal, incluso para gente que viniera de fuera. Se ha desmantelado ese estado de bienestar con la “excusa de la crisis”. Lo cierto es que yo siento que es una excusa para golpear a las clases menos pudientes, para empobrecer a la clase pobre y para enriquecer a las élites, y todo eso lo reflejo en un poema dedicado a España. Reflejo también la sociedad dual muy separada: por un lado la izquierda, por el otro la derecha, y esa polarización de la sociedad que sigue y que mantiene una lucha ya tan encarnizada y tan de egos, que hace que desaparezca incluso la política, que sea todo destrucción. El hecho principal de lo que está sucediendo en España es el abandono a los más necesitados.
—¿Cuál es el hecho que más te ha indignado?
—Que el Partido Popular está lleno de corruptos; cada semana aparece un escándalo de corrupción y nadie dimite. Es tan brutalmente descarado, tan constante y tan indignante que se haga política para empobrecer más a las personas y que estos tipos estén repartiendo todo el dinero, con sus amigos de las grandes corporaciones. Te das cuenta de un modo tan fehaciente de que la política no es independiente, sino que tiene sus acreedores que son los que ponen el dinero para que los partidos puedan hacer sus campañas políticas, a cambio de que se les devuelvan los favores. Se pierde toda la credibilidad. Es muy fácil que la política sirva para cambiar el mundo y para mejorarlo, pero esta gente está haciendo todo lo contrario, gobiernan para servirse y no para servir a la gente.
—¿Cuál ha sido el último hecho que te ha dado esperanza?
—Que nació el 15M hace cuatro años como un movimiento en el que la gente salió a las plazas a reclamar. Poco a poco esto fue creando un tejido en los barrios donde se hacían asambleas, se decidían cosas; comenzó un movimiento muy esperanzador contra el desahucio: la gente se ponía contra las puertas para enfrentarse a policías antidisturbios (…) Es muy esperanzador que, más allá de izquierda o derecha, haya gente que quiera devolver a los ciudadanos el protagonismo y la riqueza. Estamos encantados, por lo menos la gente que tiene una sensibilidad social y que siente que la ética tiene que formar parte del poder.