Irlanda del Norte vive estos días una de las peores olas de violencia en la región en años.
Más de 50 agentes de policía han resultado heridos y al menos 10 personas han sido detenidas por las protestas de los últimos diez días en varias ciudades y pueblos norirlandeses.
Los primeros ministros de Reino Unido e Irlanda condenaron la violencia y el gobierno de Irlanda del Norte mantuvo una reunión este jueves para exigir “el fin total e inmediato” de los disturbios, según explica el periodista de la BBC Michael Hirst.
La Casa Blanca se unió a los gobiernos británico e irlandés para instar a la calma.
El Departamento de Estado de Estados Unidos advirtió que el Acuerdo del Viernes Santo, el pacto que trajo la paz a la región en 1998, no debe convertirse en “una víctima” del Brexit.
Pese a estos llamados, los choques continuaron este jueves por la noche, con la policía autónoma (PSNI) respondiendo con cañones de agua a ataques de los alborotadores -algunos de 12 años de edad- con bombas de gasolina, piedras y ladrillos.
Todos los grandes partidos políticos de uno y otro signo en Irlanda del Norte han condenado los disturbios, aunque están divididos sobre las causas.
Te presentamos algunas claves para comprender lo que está sucediendo.
1. ¿Dónde se está produciendo la violencia?
La violencia callejera, protagonizada principalmente por grupos de unionistas leales a la corona británica empezó el 29 de marzo en una zona de Londonderry.
Desde entonces, ha habido protestas y disturbios prácticamente cada noche en una serie de ciudades, incluidas Belfast, Carrickfergus, Ballymena y Newtownabbey.
El miércoles por la noche el enfrentamiento escaló a choques sectarios en las llamadas “líneas de paz” que separan a comunidades predominantemente protestantes lealistas, que defienden que Irlanda del Norte siga siendo parte de Reino Unido, de comunidades predominantemente católicas unionistas, que quieren que sea un territorio independiente o se una a la vecina Irlanda.
Esa noche se alcanzó el punto álgido de los choques con el secuestro e incendio de un autobús urbano en Belfast y la agresión a un fotógrafo de prensa, cuenta Hirst.
Partes de Irlanda del Norte siguen divididas por líneas sectarias, 23 años después de que el Acuerdo de Viernes Santo pusiera fin en gran medida a los Troubles (problemas), un conflicto que duró al menos 30 años y se cobró la vida de más de 3,500 personas.
El acuerdo de paz puso fin al enfrentamiento armado y propició la formación de un gobierno compartido entre lealistas y unionistas.
Pese a la relativa paz y prosperidad de las que han disfrutado los norirlandeses en los últimos años, el sectarismo y las divisiones no han desaparecido.
2. ¿Quién está detrás de las protestas?
Si bien no hay indicios claros de que las protestas estén siendo orquestadas por un grupo organizado, la violencia se ha concentrado en áreas donde bandas criminales ligadas a paramilitares lealistas tienen una influencia significativa.
Hay cada vez más pruebas de que figuras de alto rango en organizaciones como la Asociación de Defensa del Ulster y la Fuerza Voluntaria del Ulster están permitiendo que sigan los disturbios.
3. ¿Qué tiene que ver con el Brexit?
Líderes unionistas han vinculado la violencia a tensiones acumuladas por la frontera del mar de Irlanda impuesta como resultado del acuerdo del Brexit entre Reino Unido y la Unión Europea.
La nueva frontera comercial es resultado del Protocolo de Irlanda del Norte, que se introdujo para evitar la necesidad de tener una frontera física en la isla de Irlanda.
Evita la necesidad de establecer controles en la frontera irlandesa, ya que las reglas de aduanas de la UE se aplican en los puertos de Irlanda del Norte.
Los unionistas dicen que el protocolo daña el comercio y amenaza el lugar de Irlanda del Norte dentro de Reino Unido.
En marzo, el Consejo de Comunidades Lealistas, que representa a los tres principales grupos paramilitares protestantes de la región, anunció que retiraba temporalmente su respaldo al Acuerdo de Viernes Santo por inquietudes respecto al protocolo del Brexit.
El Consejo le pidió al primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, que hiciera lo mismo, aunque precisó que sigue respetando la tregua.
4. ¿Hay otros factores en juego?
Algunos líderes unionistas atribuyen la violencia a la decisión de no sancionar a líderes del partido republicano Sinn Féin -que apuesta por una Irlanda reunificada- por romper las restricciones de la pandemia para asistir al funeral de un exjefe de inteligencia del Ejército Republicano Irlandés (IRA) en junio del año pasado.
El funeral de Bobby Storey atrajo a 2,000 personas, incluida la viceministra principal Michelle O’Neill, en un momento en que estaban en vigor estrictas restricciones por la covid-19 que limitaban el número de personas que se podían congregar en público.
Algunas voces han acusado a la policía de tener un doble rasero después de que la Fiscalía dijera que no habría ninguna imputación.
La líder del Partido Unionista Democrático (DUP) y ministra principal de Irlanda del Norte, Arlene Foster, manifestó que no comparte esa visión, pero pidió la renuncia del jefe de la PSNI, Simon Byrne.
Byrne reconoce el enfado de la población, pero se ha negado a dimitir.
En un llamado a que se ponga fin a los disturbios callejeros, Byrne dijo que está “abierto al diálogo” con cualquiera que esté dispuesto a trabajar con él “para resolver los temas que enfrenta la comunidad”.
Dirigiéndose a los manifestantes, tuiteó: “Váyanse a casa antes de que alguien resulte gravemente herido. La violencia no es la respuesta”.
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