Mi nombre es Tania Hernández soy feminista y no, no me veo pintando, dañando o destruyendo un monumento histórico, sé perfecto su valor social, estético y cultural, nunca he agredido a nadie ni destruido nada tangible, ni incendiando, ni aventado bombas…
¿Por qué?
Porque vivo en el PRIVILEGIO, soy del sector de las privilegiadas. Soy privilegiada porque tuve acceso a educación superior, vivo en una zona segura, donde hay calles pavimentadas, escuelas, bancos, centros comerciales, calles donde dos hombres pueden besarse o dos mujeres tomarse de la mano, donde siempre hay cuando menos un policía cerca, donde hay iluminación pública. Yo no vivo en la periferia en una colonia olvidada o en una zona rural alejada de todo, donde ni centros de salud hay.
Soy de esas mujeres que tienen la suerte, el “privilegio” de solo haber sufrido esa violencia que nos parece “normal”… ya saben, ganar menos que mis compañeros hombres o ser callada o interrumpida porque soy mujer, tal vez una nalgada en la calle, un insulto vulgar mientras camino a mi casa, que un tipo se masturbe junto a mí en el transporte, un compañero o maestro que no pueda quitar la vista de mi escote… ¿Ya saben no? Eso que es “normal”, lo que nos pasa a todas…
Yo soy privilegiada porque mi abuelo no me empezó a tocar cuando tenía 5 años, mi padre no me violó, mi hermano no me vendió a sus amigos, mi vecino no secuestró, violó y torturó a mi hija, a mi hermana no la mató su marido, la desolló y la quemó, mi exnovio no me desfiguró la cara con ácido.
Yo soy privilegiada porque jamás he tenido que sufrir un gobierno indolente que no ha hecho caso a mis denuncias, que no ha hecho su trabajo, que me ha re victimizado, que no me ha otorgado justicia.
Yo soy privilegiada porque jamás mi familia, mis amigos, la sociedad; me han llamado loca, puta, desquiciada, desequilibrada; por ser víctima de un hombre o por exigir mis derechos.
Yo soy privilegiada pero el privilegio no me hace inmune, comprendo que cualquier día puedo ser yo, mi privilegio no me hace ciega para no ver qué mañana puede ser mi amiga o mi hermana o mi hija, mi privilegio NO ME DA EL DERECHO de criticar y descalificar a las que lo quieren quemar todo; porque si fuera yo, si me pasará a mí, también quisiera quemarlo todo, también quisiera romperlo todo.
Ellas, esas anarquistas, violentas como las llamas; ellas, SÍ ME REPRESENTAN. Sé que también lo hacen por mí, para que pueda seguir con mis privilegios; más importante, para que pueda algún día acceder a todos los derechos que no tengo. Y por ellas estoy dispuesta a seguir luchando, a mi forma, desde mi plataforma pero luchando, no hay lucha pasiva, comprendan que hay que salir, gritar, actuar.
Que la violencia solo genera más violencia. Muy bien, ya lo comprendiste. La violencia que las mujeres hemos sufrido por tanto tiempo es la que nos ha obligado a actuar de esta forma que tú llamas violenta, y lo hacemos para que nunca más ni hombres ni mujeres tengan que sufrir esa violencia que se ha invisibilizado.
Cómo dicen por ahí “Que el privilegio no te nuble la empatía”.
Tomado de redes sociales