Plagas, errores y envejecimiento de las plantaciones por abandono han hecho que la producción de cacao en México caiga estrepitosamente.
INVARIABLEMENTE la historia del cacao en el mundo siempre toca en algún momento a México. No es para menos cuando existen versiones que aseguran que el cacao se originó en nuestro país y fue usado como moneda de cambio para productos de valor, algo así como el dinero que hoy conocemos.
Sin embargo —y por triste que parezca—, no es así. Después de varios estudios se comprobó que el cacao proviene del sur del continente americano, específicamente de la región amazónica.
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Esta zona abarca a Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador, Surinam, Venezuela, Guayana y Brasil, este último país con un 64 por ciento del total. Aquí no solo existe la vegetación natural de este bosque tropical, sino que lo atraviesa el río más grande del mundo que lleva el mismo nombre.
El cacao viajó y toda el área que comprendía Mesoamérica lo cultivó —y aún lo cultiva—: Guatemala, Belice, Nicaragua, Costa Rica, República Dominicana, el oeste de Honduras y el sur de México.
EL DÉFICIT DE CACAO MEXICANO
A pesar de que México es uno de los principales productores a escala mundial, su producción no se acerca a la de otros países.
Al año, México produce alrededor de 28,000 toneladas de cacao, mientras que Costa de Marfil, el primer productor de cacao a escala mundial, produce más de un millón 230,000 toneladas.
¿La razón? En México las áreas cultivadas con cacaotales tienen una productividad muy baja, es decir, la cantidad cosechada es menor que el promedio.
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600 a 700 kilos por hectárea, según Tonatiuh Acevedo, integrante de la asociación Aschoco y de Agroindustrias Unidas de Cacao.
De acuerdo con Acevedo, trabajar con agrónomos se vuelve un ejercicio fundamental para capacitar a los agricultores y enseñarles a tener un espacio de cultivo más productivo. El problema surge cuando su producto es malbaratado a empresas que lo utilizan para transformarlo en lo que conocemos como el chocolate comercial, que más que cacao contiene azúcar en su receta.
Tabasco, Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Yucatán son los estados productores de cacao mexicano, pero su ejecución ha sido inconsistente. De acuerdo con datos de la organización Cacao México, debido a plagas, errores o envejecimiento de las plantaciones por abandono, en el año 2009 la producción de cacao nacional cayó un 47 por ciento, casi a la mitad.
De acuerdo con datos de SADER, México produjo casi 27,000 toneladas en 2017, con lo que se cubrió solo el 41 por ciento de los requerimientos nacionales. Esta situación hace que importemos cacao de Ecuador, Costa de Marfil, Colombia y Ghana.
LAS ESPECIES DE CACAO
A pesar de que en México se cultivan los tres principales tipos de cacao —forastero u ordinario, trinitario y criollo—, hace énfasis en este último, cuya producción en el mundo es pequeña.
El cacao criollo conserva propiedades más finas en cuanto a olor y sabor, por lo que su precio puede ser hasta 50 por ciento más alto que el de cacao ordinario. Este cacao es el que se utiliza para hacer chocolates finos.
Sin embargo, el agricultor es por lo general quien menos ganancia ve de su trabajo. La cadena del cacao va desde que se siembra hasta que se consume, y el penúltimo eslabón es quien obtiene las mayores ganancias, es decir, quien lo comercializa.
Ana Rita García, fundadora del Museo del Chocolate (Mucho), menciona que las especies en el país son mucho más de las que conocemos, pero no se encuentran registradas. ¿Cuáles son? Las que siembran los campesinos en la parte trasera de sus terrenos y que por supuesto no se encuentran en los registros de manera oficial.
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Por otra parte, Tonatiuh Acevedo explica que cuando la capacitación a los agricultores de cacao se haga en forma y constantemente, las especies de cacao de alta calidad se podrán vender a costos más elevados.
Esta sería una manera de ayudar a la economía de familias dedicadas a la siembra y el procesamiento de cacao mexicano y evitar que las especies desconocidas corran con la mala suerte de la extinción.
Sin duda, el registro de dichas especies y la investigación para su conservación y producción podría ser un gran avance para el cacao mexicano.
A pesar de que hay pocos lugares para consumir cacao mexicano, existen pequeños distribuidores en los que podemos confiar, el secreto está en buscarlos y confiar en ellos.
NO TODO EL CHOCOLATE ES MALO
Si bien es cierto que hay distintos chocolates en el mercado en donde ya ni siquiera se utiliza cacao, solo es una mezcla de azúcar, manteca, saborizantes y colorantes artificiales, aún podemos encontrar barras hechas con producto mexicano y altos porcentajes de cacao, del 60 por ciento para arriba.
Este tipo de productos han sido nombrados superalimentos y su rasgo especial es que aportan grandes beneficios de nutrición al organismo cuando se consumen de forma constante. Aunque existen diversas opiniones de expertos que aseguran que se trata más bien de una medida de mercadotecnia para aumentar su valor, los estudios alrededor del cacao muestran un lado positivo.
Cuando consumes chocolates con alto contenido de cacao no solo obtienes energía y funciona como estimulante del sistema nervioso para mantenerte alerta, también es fuente de antioxidantes, minerales y grasas monoinsaturadas —o buenas— y tiene alrededor de 35 por ciento de fibra, por lo que da sensación de saciedad cuando lo comes.
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Erika Choperena es editora del sitio Animal Gourmet.