CASI una cuarta parte de la población mundial no tendrá acceso a una vacuna contra el COVID-19 antes de 2022, según una reciente investigación publicada en el Reino Unido.
Expertos de la Escuela Bloomberg de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, Estados Unidos, dijeron que los países con ingresos altos ya se han asegurado miles de millones de dosis, pero la incertidumbre sobre el acceso será en países con ingresos medios y bajos.
En un artículo para la British Medical Journal (BMJ), dijeron que de las 48 vacunas contra el COVID-19 aprobadas actualmente o en desarrollo, 13 fabricantes han firmado acuerdos para por lo menos 7,480 millones de dosis.
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“Los países con ingresos altos, incluido el bloque de la Unión Europea, han reservado el 51 por ciento de estas dosis, o alrededor de 3,850 millones de dosis, aunque estas suman solo el 13.7 por ciento de la población mundial”, explicaron los investigadores. “De los 13 fabricantes, solo seis les han vendido a países con ingresos bajos o medios”. Comentaron que estos seis incluyen a AstraZeneca/Universidad de Oxford y Novavax.
Los expertos advirtieron que, incluso si los fabricantes cumplen con sus metas de producción, la gente en países más pobres podría enfrentar una larga espera.
“Para finales de 2021, podría quedar potencialmente hasta 40 por ciento de los cuadros de vacunas contra el COVID-19 de los fabricantes principales para los países con ingresos bajos y medios; menos si los países con ingresos altos aumentan las compras existentes, más si estos países comparten las que han conseguido”, expresaron.
“Incluso si estos fabricantes principales alcanzaran exitosamente su capacidad máxima de producción proyectada, casi una cuarta parte de la población mundial no tendría acceso a una vacuna por lo menos antes de 2022”.
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La incertidumbre por el acceso mundial a las vacunas se deriva no solo del hecho de que todavía esté en prueba, sino de una “falta de los gobiernos y fabricantes de vacunas de ser más transparentes y responsables sobre estos acuerdos, desde un precio justo hasta una distribución equitativa”, añadieron los expertos.
El Reino Unido se ha unido a la iniciativa Covax, la cual busca mejorar el acceso equitativo a pruebas, tratamientos y vacunas para el COVID-19. Oxford-AstraZeneca dijo que busca proveer 64 por ciento de sus dosis a personas de naciones en desarrollo. Está siendo desarrollada con un criterio sin fines de lucro, lo cual la convierte en la opción más barata y sencilla, ya que puede almacenarse a temperatura de frigorífico.
Según los investigadores de Johns Hopkins, la Covax ha hecho compras iniciales de 300 millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca/Universidad de Oxford, además de 200 millones de dosis adicionales ya sea de AstraZeneca/Universidad de Oxford o Novavax, todas con un precio máximo de tres dólares por dosis.
PAÍSES RICOS, ASEGURADOS
Pero esto suma apenas una cuarta parte de los por lo menos 2,000 millones de dosis que busca Covax para finales de 2021, dejándoles con 75 por ciento faltante, dijeron.
“Este estudio da un resumen de cómo los países con ingresos altos han asegurado las provisiones futuras de vacunas contra el COVID-19, pero que el acceso para el resto del mundo es incierto”, comentaron los investigadores. “Los gobiernos y fabricantes podrían dar garantías muy necesarias de la distribución equitativa de vacunas contra el COVID-19 a través de una mayor transparencia y responsabilidad sobre estos acuerdos”.
Esto sucede después de que una coalición de grupos defensores de los derechos humanos acusó a las naciones ricas de “acaparar” dosis de la vacuna contra el COVID-19 a expensas de los más pobres del mundo.
La Alianza Popular por la Vacuna, conformada por Amnistía Internacional, Frontline AIDS, Global Justice Now y Oxfam, dijo que casi 70 de los países con más bajos ingresos solo serán capaces de vacunar a una de cada 10 personas el próximo año, mientras que los países ricos han comprado dosis suficientes para vacunar a todas sus poblaciones casi tres veces para finales de 2021, si se aprueban todas las vacunas actualmente en ensayos clínicos.
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Esta les pide a todas las corporaciones farmacéuticas que trabajan en vacunas contra el COVID-19 que compartan abiertamente su tecnología y propiedad intelectual para que se puedan fabricar miles de millones de dosis y estén disponibles para cualquiera que las necesite a través del equipo de acceso a la tecnología contra el COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud.
Un segundo estudio en la BMJ calcula que 3,700 millones de adultos en todo el mundo están dispuestos a ponerse una vacuna contra el COVID-19. El gobierno británico dijo que más de 137,000 personas en el Reino Unido recibieron la primera dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech en la primera semana de su programa de vacunación.
La vacuna de Pfizer/BioNTech es la primera que fue autorizada para su uso por el regulador de medicinas del Reino Unido, la Agencia Reguladora de Medicinas y Productos de Cuidado Sanitario (MHRA). Los pacientes requieren dos dosis de la vacuna —con 21 días de separación— para que la vacuna sea del todo efectiva.
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Mientras tanto, la contraloría británica, la Oficina Nacional de Auditoría (NAO), ha calculado que vacunar al Reino Unido contra el COVID-19 les costará a los contribuyentes 15,000 millones de dólares.
Esto responde a la compra y fabricación de vacunas contra el COVID-19 para el Reino Unido, así como para las acciones mundiales para hallar una vacuna, expresó la NAO.
El Reino Unido ha ordenado 100 millones de dosis de la vacuna de Oxford-AstraZeneca, así como 40 millones de la de Pfizer, siete millones de la de Moderna, 60 millones de la de Valneva SE, y 60 millones de las inyecciones de Novavax Inc.
METODOLOGÍA DEL ESTUDIO Y NOTAS
Los investigadores usaron información disponible públicamente sobre las vacunas contra el COVID-19 que se habían anunciado para el 15 de noviembre de 2020, para analizar cuáles países han reservado vacunas, cuáles fabricantes se han comprometido a proveer estas vacunas, y el destino potencial de las dosis de vacunas.
El estudio se enfoca en compromisos de compra previos a la comercialización como parte de acuerdos o contratos para vacunas contra el COVID-19 hechos antes de la aprobación reguladora de estos productos con base en que se complete la fase III del ensayo clínico. N
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek