A la memoria de Sandro Cohen y Jorge Alberto Ramírez Velasco.
HE SOÑADO con escribir este artículo desde la vez en que Donald Trump compitió por la presidencia contra Hillary Clinton; desde que, como candidato, se regodeaba adjetivándonos con los peores calificativos, desde que vino a México y trapeó el piso con el presidente Peña Nieto, desde que trató a AMLO como su gato y AMLO lo trató como al patrón; dos presidentes, dos humillaciones nacionales. Y hoy, después de la emoción de verlo caer, nada razonable se me ocurre.
Han pasado tantas cosas en un lapso tan breve de tiempo que no se por dónde empezar.
La frase en inglés, que sirve de título, era la divisa del programa El aprendiz, un reality show de la NBC conducido por Donald Trump, el magnate inmobiliario. En el programa elegía un nuevo empleado de entre una serie de aspirantes a un puesto en sus empresas. Para seleccionarlo, sometía a los candidatos a una serie de pruebas. Conforme los iba eliminando les espetaba la frase “You’re fired”, evidenciando el desprecio que sentía por el aspirante fracasado.
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Hoy el candidato era Trump y el puesto, la presidencia de Estados Unidos de América; la prueba a la que lo sometieron fue el primer término de su presidencia. Un primer término al que llegó en forma insólita; sin ninguna experiencia política, sin ocupar ningún puesto de elección popular y, por supuesto, sin una idea de lo que es la política. Su misión como líder del imperio mas grande del mundo se fue desgastando conforme perdía, en función de su falta de tacto y sus majaderías, el apoyo de sus aliados en Europa y en el mundo. Su prueba fue un mandato y fracasó en el desempeño de su mandato. El resultado: fue eliminado. De manera que le dieron una sopa de su propio chocolate. El Tío Sam, ese que le dice a los jóvenes estadounidenses: “I Want You!”, esta vez le dijo: “You’re Fired!”.
Ahora bien, esto es lo que se ve en la superficie, pero hay mucho mar de fondo. Trump solo es uno más de la ola de presidentes populistas que han invadido la actualidad política; no quiero decir con esto que antes no los hubiera. Hitler fue un ejemplo perfecto de ellos. Lo que llama la atención es la cantidad de presidentes de este corte que con políticas de corto plazo llevan, hoy en día, a sus países a la debacle.
¿Y EL PUNTO MEDIO?
Esto pareciera ser un ciclo social en el continente: en Estados Unidos, Trump; en México, AMLO; en Centroamérica, Daniel Ortega; en Sudamérica, Nicolás Maduro, Jair Bolsonaro, Alberto Fernández. Algunos de ellos, partidarios de un socialismo salvaje, que se cobija en el protocolo de Sao Paulo1; del mismo modo que Trump, al menos se mostraba partidario de un capitalismo salvaje; pero tanto el socialismo como el capitalismo, en sus versiones extremas, son inconvenientes. Lo deseable es un punto intermedio que fluctúe de acuerdo con las condiciones de la economía del país.
Dos cosas dignas de tomar en cuenta son el hecho de que del año 2000 al 2020 la cantidad de personas que son gobernados por un presidente de corte populista en el mundo ha pasado de 120 millones a 2,000 millones de acuerdo con un estudio publicado por el periódico The Guardian.
En una entrevista con Infobae, el profesor de la universidad de Múnich, Benjamin Krämer, definió el populismo como “una manera de ver y hacer política que describe a la sociedad en dos grupos: el pueblo, cuya voluntad debe ser respetada categóricamente, y una élite que ignora esa voluntad popular y oprime a la gente por lo que hay que oponérsele”.
Es una visión maniquea que pone en blanco y negro a la sociedad eliminando los matices. Los gobiernos populistas con este discurso manipulan a la gente y en el trayecto generan procesos económicos conflictivos.
El quid de este proceso es que, al darle la razón al pueblo sabio, ignora a la ciencia, al desarrollo y al capital. Sin embargo, la ciencia y el capital son vitales para el desarrollo y necesitan del pueblo tanto como el pueblo necesita de ellos; contrapuntear a los sectores trae consigo desastres sociales y económicos.
Los populistas pueden tener éxito en el corto plazo, cuando ocupan las riquezas naturales del lugar y las sobreexplotan, pero a fin de cuentas las riquezas se agotan y viene la debacle.
Los ejemplos sobran: Venezuela, Argentina, Brasil países que han sufrido una caída de sus índices de bienestar económico. Estados Unidos en la gestión de Trump parecía ser la excepción, pero eso era un espejismo, pues su déficit en función de la baja en los ingresos, debido a la reducción de impuestos que implementó, creció aceleradamente en la segunda parte de su presidencia, eso sin contar que le dio la espalda a los protocolos del calentamiento global y a la ciencia en general, llevando a Estados Unidos a una crisis de salud por la pandemia que se tradujo en una crisis económica, las cuales trató de ocultar con mentiras. Así el coronavirus ha venido a poner en su lugar al populismo.
Hoy el pueblo estadounidense ha decidido despedir a Trump. La pregunta es si el ciclo social de crecimiento del populismo ha comenzado a contraerse o si seguirá creciendo.
Por lo pronto, el Sr. Trump es historia. El mandante que es el pueblo le dijo: “Donald: You’re Fired!”.
VAGÓN DE CABÚS
El jueves pasado, Sandro Cohen, el maestro en letras hispánicas, el editor, el escritor, el poeta, se fue de entre nosotros por complicaciones debidas al COVID-19. Sandro nació el 27 de septiembre de 1953 y yo, el 25 del mismo mes y del mismo año, y en la semana de nuestro cumpleaños comíamos juntos invariablemente. Con Sandro tuve mis mejores lecciones de gramática cuando comencé a escribir para el público. Fue una ayuda invaluable para escribir mi libro sobre el tiempo.
El domingo pasado, Jorge Alberto Ramírez Velasco, el creador de la revista Horizontum, el contador, el conferencista sobre asuntos fiscales, el editor en jefe de Horizontum, también nos dejó por complicaciones de COVID-19. Jorge fue el editor de mi libro sobre el tiempo.
Ya no habrá comidas de cumpleaños compartido en septiembre con Sandro, ni desayunos con Jorge para discutir la edición de la revista o la venta de mi libro. Dos amigos invaluables, dos tipazos, dos baluartes de la cultura y las letras en nuestro país, se me han ido en menos de una semana. Habré de llorarlos por largo tiempo. Descansen en paz, Sandro y Jorge. N
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1. El Foro de Sao Paulo agrupa a los partidos de izquierda del continente americano por iniciativa del Partido de los Trabajadores de Brasil; su protocolo consta de tres etapas para instalar el comunismo en un país.
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Salvador Casanova es historiador y físico. Su vida profesional abarca la docencia, los medios de comunicación y la televisión cultural. Es autor del libro La maravillosa historia del tiempo y sus circunstancias. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.