El Covid-19 cambió la vida de todos. La vida del Dr. Méndez* transitaba entre la pasión por su trabajo en un hospital con algunos hobbies que desde hace tiempo le ayudan a sobrellevarlo, como tomar fotografías o pintar.
Desde aquel lejano marzo, cuando se confirmó el primer caso de Covid en Aguascalientes, eso cambió para el médico, lo que ha sido un vaivén de sentimientos y emociones, desde la impotencia por no poder convivir con su hijo, hasta el enojo y la molestia de saber que su trabajo es en vano ante las filas de pacientes hospitalizados que siguen creciendo en el estado.
Un llamado tajante a las personas que se aferran a vivir en la “antigua normalidad”, a pesar de los sacrificios del personal médico que sigue haciéndole frente al enemigo invisible:
– ¿En este momento, cuáles son sus sentimientos como personal médico que se encuentra laborando en la contingencia del Covid-19?
No hay nada de apoyo de la institución y los gobernantes. La gente es irresponsable y no coopera con lo básico para cuidarse. Como siempre, si se muere es culpa del médico y si se sana es gracias a Dios. No están tomando responsabilidad de sus decisiones y actos.
– ¿De qué forma ha impactado el Covid-19 en su vida diaria?
He tenido que aislarme de mi hijo, ya no he podido viajar, pintar o salir a tomar fotografías, pues no tengo tiempo libre, es trabajar y trabajar con tantos casos más.
¿Qué actividades cotidianas ha tenido que modificar?
Tengo que cambiar mi ropa y usar Hazmat (equipo de protección de materiales peligrosos). Llegando a casa quitarme toda la ropa y a la lavadora, mientras yo me baño.
– ¿Tiene contacto con su familia?
Intento tener contacto con mi hijo, pero no es como antes, hablo con mis padres a diario.
– ¿Ha tenido estrés, agotamiento, ansiedad o depresión durante los meses de la contingencia? ¿Cómo ha sobrellevado esos episodios?
Sí he tenido agotamiento. Cuando puedo salgo a ver el cielo, a caminar o dibujar.
– ¿Ha recurrido a atención psicológica especializada o a algún tipo de terapia?
Para mí la psicología es una pseudociencia. ¡No gracias!
– ¿Cómo es su día a día? Platíquenos su jornada laboral.
A las 5:00 a.m. debo ponerme la máscara protectora y el filtro N95. Después reúno a internos y residentes, actualizar órdenes y hablar con las familias. Posteriormente siguen más procedimientos y consultas, ya después me doy tiempo para poder comer algo. Luego me toca escribir notas y al día siguiente todo se repite.
– ¿Cómo se encuentra la capacidad hospitalaria donde usted labora? ¿Hay camas y personal suficientes?
Estamos llenos; estamos al límite de camas, equipo y personal.
– ¿Ha padecido el Covid-19 en algún momento, o alguna persona de su entorno más próximo (familiares, amigos…)?
No, afortunadamente no.
– Descríbanos lo primero que usted observa al llegar al hospital, ¿cómo se ven las instalaciones?, ¿descríbanos el rostro del personal médico?
El hospital está vacío, excepto enfermos y personal; tenemos salas y pasillos vacíos pues no hay visitas ni familiares.
– ¿Qué mensaje envía a las personas que en este momento han dejado de acatar las medidas sanitarias o que definitivamente ya no creen en el virus?
Que gracias a la irresponsabilidad de algunas personas estamos al tope. En esos casos no busquen atención médica, ustedes lo pidieron y se lo buscaron. Los pocos recursos que hay son para la gente responsable e inocente que ustedes han enfermado con su egoísmo.
* Nombre asignado para preservar la identidad y privacidad del entrevistado.