En una región que escala cada vez más los contagios de coronavirus, Uruguay se ha convertido en una excepción. Su curva de contagios está aplanada, la letalidad es baja y las personas que tienen la enfermedad son cada vez menos.
A pesar de su cercanía con Brasil, el país latinoamericano con mayor número de contagios y muertes, Uruguay ha logrado controlar la propagación del coronavirus.
Según la página EndCoronavirus, del Instituto de Sistemas Complejos de Nueva Inglaterra en Massachussetts, Estados Unidos, Uruguay es uno de los 43 países del mundo y el único de Sudamérica que le “está ganando” al virus.
Éstas son las claves del éxito del país:
Rapidez de reacción
Entre las razones del éxito, está la rapidez de reacción.
Uruguay detectó sus primeros cuatro casos de coronavirus el 13 de marzo y el mismo día el gobierno declaró emergencia sanitaria, con suspensión de clases y espectáculos públicos y cierre de fronteras en las horas posteriores, entre otras medidas.
En febrero se comenzó a trabajar en los primeros test para detectar el virus, algo que se logró “rápidamente, en calidad y cantidad suficiente”, de acuerdo con Henry Cohen, médico coordinador del grupo de científicos asesor del gobierno.
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Disciplina de la población
Mientras en otras partes del mundo se tuvo que imponer un confinamiento obligatorio, que en varios casos incluía multas si se violaba la cuarentena, en Uruguay se llamó a un confinamiento voluntario de la población.
La gente acató la orden obedientemente por lo que el sistema sanitario no se saturó ni colapsó.
El 29 de marzo por ejemplo, la actividad en lugares de recreación como cafés, teatros y centros comerciales se había reducido en un 75%, y en parques, plazas y playas, en 79%, de acuerdo con un reporte de Google Mobility.
Características naturales
Otro factor importante es la característica demográfica del país, con una baja densidad de población (3,4 millones de habitantes) y sin grandes urbes.
Gracias a esto, las características de Uruguay permiten tener “un distanciamiento físico natural” que evita el contagio, según una declaración del representante de la OMS/OPS, Giovanni Escalante, a la agencia Efe.
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Reanudación de actividades
Con un total de 27 muertes y 932 contagios desde mediados de marzo, entre ellos solo 83 casos activos, también Uruguay se convirtió esta semana en el primero de la región en reanudar las clases presenciales en todos los niveles de enseñanza.
Desde abril se retomó la industria de la construcción y en junio se activó el comercio en general y la autorización de espectáculos públicos sin aglomeraciones.
Estos días, en el principal balneario de Punta del Este, destino vacacional por excelencia, expatriados se cruzan con residentes ocasionales que escapan al encierro en Buenos Aires.
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A pesar de esto, y en congruencia con la OMS ante un eventual rebrote, las autoridades uruguayas no se atreven a cantar victoria dentro de la “nueva normalidad”.
Gracias a sus prontas y eficientes medidas, el país ha sido ejemplo de control del coronavirus y fue el único país de América Latina incluido en la lista de países a los que la Unión Europea reabrirá sus fronteras en julio.
Pero las fronteras permanecen cerradas, dijo el ahora excanciller, Ernesto Talvi, quien aclaró que se avanza en una “coordinación y una reciprocidad para que haya una apertura bilateral” con la UE.
Golpe económico
Sin embargo, la economía uruguaya, al igual que la del resto del mundo, resintió el golpe económico causado por la pandemia.
Hay 200,000 trabajadores en paro y se proyecta una caída de alrededor del 3% del PBI este año. Un impacto leve, comparado al pronóstico del FMI de -9,4% para América Latina.
Con información de Efe y AFP.