Enfermeros, médicos, personal de limpieza e incluso estudiantes extranjeros: el miedo a una contaminación por ébola comenzó a provocar en Madrid un principio de psicosis, llevando a algunos a negarse a trabajar y a otros a simplemente regresar a sus países.
“Hay preocupación porque se ha visto que hay fallos en el sistema de protección del personal”, confiaba a la AFP la portavoz del sindicato de técnicos de enfermería SAE, Paloma Parrilla, delante del hospital Carlos III de Madrid donde estaba ingresada la técnica sanitaria con ébola, Teresa Romero, primera infectada fuera de África.
“Hay personas que se están negando a trabajar y hay gente que ni viene a trabajar. Es lógico porque somos humanos”, añade, mientras el hospital rechaza confirmar esta información.
En primera línea, Charly Manuel Torres, enfermero del equipo que trata a Romero explicaba el jueves la creciente inquietud: “Estamos muy estresados, sobre todo porque nuestras familias nos dicen: ‘¿Seguro que todo va bien? ¿Seguro que no os vais a contagiar? Lávate bien'”.
“Por trabajar en el Carlos III no puedes ir a ningún sitio. No invitan a tus hijos a los cumpleaños y esto es duro”, lamenta Elena Moral, una portavoz del sindicato de funcionarios CSI-F.
– Pánico por redes sociales –
Entre el personal encargado de la limpieza de los centros hospitalarios también hay miedo, afirma Roberto Tornamira, secretario general del sector servicios del sindicato UGT, uno de los principales del país.
“Aún no se ha unificado un protocolo de actuación en todos los hospitales. En Madrid, cada hospital sigue un protocolo distinto”, denuncia.
“Cualquier persona que entra en una habitación tiene que respetar las mismas consignas”, reclama.
En el hospital de Alcorcón, que ofreció los primeros tratamientos a Romero el lunes, el personal encargado de limpiar su habitación “llevaban la frente al descubierto”, prosigue, por lo que “la inspección del trabajo paralizó la limpieza” del centro exigiendo un mejor protección.