El Estado Islámico acaba de efectuar la cuarta decapitación de uno de sus prisioneros (el segundo ciudadano británico) y, como en las tres ocasiones anteriores, propagó las imágenes a nivel mundial por medio de un video.
Los medios, en su afán de ganar audiencias, han reproducido repetidamente las imágenes de las cuatro decapitaciones, tal vez sin entender cuál es su responsabilidad al informar sobre los actos violentos producidos por el terrorismo.
A este respecto, Mauricio Mescholaum, internacionalista experto en terrorismo, analista y catedrático de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, explica en qué consiste el terrorismo y lo que significa hacer periodismo de paz en su contexto.
¿Qué es el terrorismo?
Mescholaum lo conceptualiza como una categoría específica de violencia que no implica que esta sea excesiva. Al terrorismo, dice, lo define su mecánica: utilizar el ataque o la amenaza violenta en contra de un individuo o grupo —ya sea civil o político, no combatiente—, como instrumento para transmitir un mensaje a audiencias mucho más amplias, las cuales son su verdadero objetivo.
En ellas apuesta a alterar su conducta, opinión o actitud sobre determinados temas, y así generar presiones que lleguen a los actores políticos o económicos encargados de tomar decisiones de primer orden. De esta manera, el terrorismo no es el acto violento en sí, sino el acto comunicativo que utiliza la violencia como vehículo para atemorizar.
Principales targets
El Estado Islámico, explica Mescholaum, busca aterrorizar a poblaciones, soldados y gobiernos de forma cotidiana, constante y sistemática. Para lograr los efectos que desea, publicita sus asesinatos a través de cuentas de YouTube, Twitter y Facebook, donde se viralizan en pocos minutos y de manera inevitable, porque si le cancelan una cuenta, abre otra inmediatamente.
Las decapitaciones, actos violentos, crueles y sangrientos que el Estado Islámico sube a las redes sociales, contienen, como señala el analista, una serie de símbolos y mensajes que intentaron impactar, en un primer momento, sobre la opinión y los actores políticos de Estados Unidos para tratar de disuadir a Barack Obama de atacar. Por ello, las dos primeras víctimas fueron los periodistas estadounidenses James Foley y Steven Sotloff.
El otro target ha sido la sociedad británica, que fue muy sensible a la intervención de Reino Unido, en conjunto con Estados Unidos, a Irak, lo que en determinado momento le costó el puesto al ex primer ministro Tony Blair. Por tanto, en Reino Unido existe animadversión a participar en estos movimientos, y el Estado Islámico se ha encargado de recordarlo a través de la conmoción y la sangre, con los asesinatos de los trabajadores humanitarios británicos David Haines y Alan Henning.
Estos crímenes seriados ponen en shock a una opinión pública que ya ha sido psicológicamente afectada, pero que no termina de entender qué es el Estado Islámico, de dónde viene y hacia dónde se dirige.
Periodismo de paz: responsabilidad de los medios
Los medios, señala Mescholaum, son los que detonan la masividad de la violencia en el terrorismo. Por eso, es primordial que entiendan el mecanismo con el que este funciona y se pregunten si están sirviendo como plataforma para el mensaje que los terroristas quieren dar, porque entonces tendrían que asumir la responsabilidad sobre cómo están transmitiendo dicho mensaje.
La primera interrogante es, ¿cómo llamar a este grupo: ISIS o Estado Islámico? Y es que no se trata solo de darle el nombre correcto, sino de entender que ISIS, anteriormente ISI (Estado Islámico en Irak, por sus siglas en inglés), tenía una primera meta únicamente en ese país. Al llamarse ISIS agregó Siria a sus objetivos y, finalmente, al denominarse Estado Islámico, comenzó a hacer alusión al califato global que busca crear, el cual comenzó al borrar prácticamente las fronteras entre Irak y Siria. Si entendemos esto, sabremos de qué estamos hablando.
Y, aunque para Mescholaum no parece factible extender dicho califato, el internacionalista aclara que eso no quiere decir que se pueda terminar rápidamente con el grupo terrorista, porque tiene muchas características que lo harán permanecer. Su verdadera amenaza consiste en que los islamistas alrededor del mundo lo conciben como un ente eficaz que es capaz de fundar un califato y ejercer funciones de gobierno, al mismo tiempo que amenaza a los gobiernos laicos y árabes, por lo que consideran que vale la pena portar su bandera, lo cual ya se ha hecho visible en Argelia y Palestina, y tendría mayores repercusiones si surgieran grupos en Europa o Asia que compartieran su ideología, nombre y bandera.
Los medios, dice el catedrático, deben entender estos antecedentes y tratar de aprovechar sus espacios para explicar el mecanismo del terrorismo sin autocensurarse, pero con el compromiso de complementar su información al no hablar exclusivamente de la violencia o la sangre, sino del conflicto que hay detrás, y dar a conocer cómo surgió este grupo y por qué tiene adeptos en diferentes regiones del mundo.
Es decir, los medios deben enfocarse en contribuir a la construcción de condiciones de paz, bajo el entendido de que esta incluye la ausencia de violencia, así como también la ausencia de miedo a la violencia, por lo que deberán de buscar alternativas para no ocultar o negar los actos violentos, pero hablar de ellos sin retransmitirlos o reproducirlos. El objetivo debe ser que las audiencias comiencen a pensar de forma alternativa y paralela, que no tengan la noción de que no hay soluciones, sino de decirles cuáles podrían ser.
En ese sentido, es importante mencionar que, para Mauricio Mescholaum, la estrategia elegida por Barack Obama para perpetrar ataques aéreos en Siria, los cuales comenzaron el 22 de septiembre pasado, no tiene condiciones para trascender, pues de entrada, no cuenta con respaldo financiero. Además, los ataques aéreos solo pueden aspirar a contener al Estado Islámico, pero no a terminar con sus operaciones.
Al día de hoy se reporta que el grupo islámico sigue intentando entrar a Turquía y también ganar más territorio en Irak. Esas circunstancias obligan a Obama a aliarse con milicias locales, lo cual significa otro problema: aliarse con uno significa enemistarse con los demás.
Sin embargo, que los organismo autorizados retomaran las iniciativas de paz para Siria que fracasaron en enero de 2014, sí sería muy útil porque, de haber continuado con ellas, el Estado Islámico no estaría en la posición en la que hoy se encuentra, ya que el área de oportunidad que encontró para llegar a Siria fue la guerra civil en esta región.
¿Por qué este conflicto le atañe a México?
Está de más decir que internet y las redes sociales han acercado las situaciones, de cualquier tipo, que ocurren en lugares lejanos a cualquier otra parte del mundo.
Lo que importa es que las decapitaciones no se quedan en la conmoción que causan, sino que, especifica Mescholaum, impactan financieramente los flujos de intercambios monetarios a nivel internacional, lo cual moldea la política exterior de Estados Unidos y el debate al interior del Congreso, y toca un tema que afecta a México directamente: la migración.
Además, en Estados Unidos existe la percepción de que la frontera con México es insegura, lo que podría llevar a pensar que el Estado Islámico puede colarse por ahí, por lo que se hace necesario explicar a las audiencias los verdaderos riesgos y los que son inexistentes en lo relacionado con este conflicto.
Al mismo tiempo, aunque México aparece en la lista de 62 países que son aliados de Estados Unidos en este conflicto en cuanto a respaldo político y testimonial (no asistencia militar o humanitaria), nuestro país deberá seguir interesado en mantener y propagar sus principios de política exterior según establece la Constitución, los cuales son no intervención, solución pacífica de las controversias y no proliferación del uso de las armas.
Mientras tanto, los medios de comunicación, nacionales e internacionales, deberán seguir esforzándose para ser más propositivos y ofrecer un contexto sobre este conflicto a sus audiencias, para que puedan entenderlo en todas sus dimensiones y alcances.