Los Legionarios de Cristo buscan el perdón en medio de una severa crisis económica y moral.
“A la luz de la cruz de Cristo se encuentra un sentido a nuestro sufrimiento”… Estas palabras aplican muy bien para consolar a las víctimas de las que abusó sexualmente su autor, Marcial Maciel.
Nadie esperaba que la congregación de los Legionarios de Cristo recapacitara. En un hecho inédito e histórico, por medio de un documento difundido en su pagina de internet, los Legionarios de Cristo piden perdón por los abusos sexuales cometidos a seminaristas y menores de edad desde 1940 por su fundador, Marcial Maciel.
Pero el perdón llega tarde porque quienes sabían de su conducta pudieron denunciarlo y prefirieron callar, y porque el autor de estos abusos ya no está para ser juzgado. Murió en 2008 dejando una fortuna calculada en 20 500 millones de euros.
Como todo, para llegar a pedir perdón hubo un proceso interno, la decisión se tomó el pasado 8 de enero durante la sesión del Capítulo General Extraordinario, una asamblea de representantes que sesiona en Roma; desde ahí se abogó por “la misericordia de Dios” para Maciel y se le acusó por los abusos cometidos:
“Queremos expresar nuestro hondo pesar por el abuso de seminaristas a menores de edad, los actos inmorales con hombres y mujeres adultos, el uso arbitrario de su autoridad y de bienes, el consumo desmesurado de medicamentos adictivos y el haber presentado como propios escritos publicados por terceros”.
En esa asamblea Marcial Maciel perdió la posibilidad de seguir siendo llamado “testigo de la fe”. El perdón que buscan los Legionarios de Cristo incluye la solicitud de reconciliación con los afectados de abusos cometidos por su líder y la solidaridad con ellos.
Nada es casualidad y todo pasa por algo. Los Legionarios buscan el perdón en medio de una severa crisis económica y moral; a la pérdida de donativos se suma la salida de varios miembros de la congregación como castigo al comportamiento inmoral de su fundador, Marcial Maciel, hoy acusado por su rebaño de arbitrario, incoherente, plagiario y adicto a medicamentos.
Tampoco es casualidad que la solicitud de perdón llegue un día después de que el Comité de los Derechos del Niño de la ONU señalara al Vaticano de proteger a miembros de la Iglesia católica de cometer abusos sexuales contra menores, solicitando además la separación de la Iglesia de los responsables para someterlos a proceso legal. Ya hay varias organizaciones defensoras de víctimas de abuso interesadas en llevar a los sacerdotes ante los tribunales internacionales para que respondan por sus actos. Paradójicamente, mientras los Legionarios tratan de salir del hoyo, el papa Francisco gana popularidad y es visitado por mandatarios de Rusia, Jordania, Francia e Inglaterra.
Para demostrar que el arrepentimiento es sincero, en su comunicado la Legión de Cristo anunció que el sacerdote Eduardo Robles Gil, responsable de atender a las personas abusadas por el padre Maciel, es su nuevo líder por los próximos seis años.
Ante lo evidente, los Legionarios no pueden cerrar los ojos, los persigue el desprestigio, sacerdotes y hermanos han abandonado la congregación por decenas y sus cuentas bancarias se adelgazaron al grado de que se han visto obligados a solicitar préstamos bancarios.
El daño no es menor si consideramos que la Congregación de los Legionarios de Cristo tiene presencia en 22 países a través de escuelas privadas y organizaciones de caridad. Por ahora solo siete de los abusados por Maciel han sido indemnizados con sumas de entre los 10 000 y 20 000 euros, pero faltan más, la congregación aceptó que hay más denuncias en contra de 35 sacerdotes Legionarios de Cristo.
El daño está hecho.
Pablo Reinah es periodista, premio nacional de periodismo 2001. Actualmente colabora en UNO TV como reportero y conductor. Twitter: @PabloReinah