Este 15 de mayo se cumple un mes de que el rey Juan Carlos fuera intervenido quirúrgicamente por cuarta vez en 24 meses, a consecuencia de una caída que sufrió cuando se encontraba de safari en Botsuana cazando elefantes.
La imagen del monarca de 74 años sonriendo y portando un rifle delante de un elefante muerto estrellado en un árbol causó revuelo entre la comunidad internacional protectora de animales por el desprecio del rey por la vida salvaje, e indignó al pueblo español por haber invertido aproximadamente 60 000 dólares en un viaje de 14 días en momentos en que el país es considerado como la nación más débil de la Eurozona.
No es la primera vez que al rey, actual presidente de honor de la WWF de España, se le descubre atentando contra la vida animal; en 2006 fue acusado de haber matado a un oso cerca de Moscú
El episodio del elefante, se suma a la investigación a la que es sometido desde 2011 el Duque de Palma, Iñaki Urdangarín —y yerno del rey Juan Carlos— por desvío de dinero; falsificación de documentos y malversación de caudales públicos, así como, el accidente que sufrió el 9 de abril pasado el mayor de los nietos del monarca, Felipe Juan Froilán, de 14 años cuando se disparó accidentalmente con una escopeta en el pie.