Un equipo de investigadores ha descubierto información nueva y fascinante de un antiguo asentamiento en las alturas de los Andes peruanos, el cual antecede al famoso sitio incaico de Machu Picchu.
Albert Lin, explorador National Geographic -en colaboración con los arqueólogos Adán Choqque Arce y Thomas Hardy-, utilizó una revolucionaria tecnología conocida como LiDAR (siglas en. Inglés de Detección y Alcance de la Luz) para descubrir toda la extensión de la ciudad, la cual fue habitada por los incas y los pueblos que les precedieron (a menudo denominados “preincaicos”).
El asentamiento yace en una zona arqueológica conocida como Wat’a -que significa “isla” en la lengua indígena local- y está ubicado a una altitud de 3,962 metros, lo que equivale a unos 1,525 metros más arriba que Machu Picchu, considerada la expresión máxima de la antigua civilización inca.
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“El acceso es muy difícil”, explicó Lin, en entrevista con Newsweek. “Tienes que subir casi cuatro mil metros hasta llegar a un paisaje eminentemente despejado y, ya que no hay muchos árboles allí, el sol no deja de quemarte durante todo el trayecto”.
“Una vez que llegas al lugar encuentras una vista es grandiosa. Las montañas circundantes son realmente espléndidas. Y el asentamiento mismo, en la cima de la montaña, ofrece una clara perspectiva de los diferentes valles dispuestos a lo largo de la ruta comercial; tal vez incluso del sitio que un día habría de convertirse en Machu Picchu”.
El asentamiento de Wat’a ya había sido explorado con métodos arqueológicos convencionales, los cuales sacaron a la luz evidencias de tumbas, plazas ceremoniales, áreas residenciales y una gran muralla circundante.
No obstante, el estudio con LiDAR -el primero que utiliza esta tecnología en dicho lugar- ayudó a los arqueólogos a identificar muchas otras características hasta ahora desconocidas.
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En esencia, LiDAR permitió que el equipo “viera a través” de la densa maleza y los abundantes cactos que pueblan la cumbre. La tecnología recurre a instrumentos instalados en aviones -en este caso, drones- que envían al suelo cientos de miles de pulsos láser por segundo. Los datos producidos se usan para crear detallados mapas tridimensionales que detallan la topografía de la zona, además de cualquier estructura artificial antigua que sea imperceptible a simple vista.
Entre sus hallazgos, el equipo de exploradores pudo identificar el diseño en terrazas característico de los incas, así como estructuras circulares a menudo relacionadas con los pueblos preincaicos.
“De golpe, eliminamos toda la vegetación y la montaña se transformó en una especie de terraza, semejante a la de Machu Picchu. También observamos otras terrazas que suben hasta la cumbre, si bien a una escala mucho más reducida y con menos detalles”, agregó Lin. “El sitio te da la sensación de que los preincaicos, y los propios incas… movieron montañas”.
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Igual que otros sitios peruanos, Wat’a es muy interesante porque los incas edificaron la ciudad sobre un asentamiento preincaico anterior. Los investigadores señalan también que el sitio pudo ser una suerte de plantilla para Machu Picchu, construida a mediados del siglo XV.
“El lugar es muy inspirador, ya que puedes imaginarlo como una etapa evolutiva que condujo finalmente a Machu Picchu”, concluyó Lin.
El programa “Ciudades perdidas con Albert Lin” se transmite por el canal National Geographic.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek