Sin duda, el lenguaje que brota de las redes sociales es impulsor de cambios, más que los retóricamente anunciados por los políticos. En el uso del lenguaje se ponen a prueba los idiomas. Se confrontan con modos, formas, tiempos, circunstancias, vicios, economías… de lenguaje; el lenguaje no está en riesgo, el riesgo es perderlo en los violentos e instantáneos cambios. Los lenguajes son entes vivos que se adecuan a los usos y escenarios, voces y diálogos, de las sociedades. Con el desarrollo de las tecnologías de le información y la comunicación se operan evoluciones, no solo cambios, las palabras se adaptan a sus significados y sus significantes. Cuando las lenguas permanecen inmutables mueren, inutilizan su función de contenidos y comunicaciones. Los paradigmas han cambiado, en antaño se hablaba por teléfono mucho tiempo, en hogaño se escribe mucho. El nuevo modelo de comunicación es una avenida que une las calles de la oralidad y la escritoridad. Lo veo con optimismo, se trata de un renacimiento que recurre a las palabras, sus reglas, combinaciones, alcances semánticos, sus adecuaciones a las circunstancias, posibilita el uso de las palabras en una nueva expresión, desde luego, una forma distinta de organizar el discurso.
El tema de la vida compartida y sus formas de comunicación no es un tema de responsabilidad unitaria, es colectiva, todos tenemos responsabilidad. El uso de los lenguajes en sus formatos idiomáticos crean valores morales y sus impulsos impactan en las virtudes; la identidad, por ejemplo, crea sentidos eficientes en las sociedades, integran su sentido comunitario. La síntesis de lenguaje no significa pocas palabras en la capacidad de caracteres, sino crear la motivación de las lecturas, las creatividades de lo interesante por breve, impulsa la seducción de generar impactos a la cultura creando conversatorios en pantallas.
Los medios de comunicación masiva hacen el escenario de que lo público sea ante el público, que la comunicación sea fuente de información sin fronteras. La intermediación de las tecnologías actúa en la escena del lenguaje. Los medios, sus nichos, sus desarrollos, su programación informática, precipitan contradicciones, marginalidad de los medios para que las personas adquieran supremacía como emisores de los mensajes, se unen la prescripción de los medios y la prescripción de los emisores, sujetos que no son ni medios ni periodistas. Hoy hay personas que tienen muchos seguidores y se van convirtiendo en prescriptores. El “influencer” desarrolla capacidades inexploradas, talentos, capacidades, impulsos, de comunicar, abonan credibilidad y confianza en el manejo de sus juicios. Estos nuevos líderes son eje de la escena, participan en atmósferas abiertas de la cyber-cultura. El reto es pues saber escribir, usar de manera correcta el lenguaje, insisto, sus significados y sus significantes, no hay otra manera de actuar en el cyber espacio y en las cyber pantallas. Es el movimiento revolucionarios más sentidos de la historia, los ideológicos demostraron que no tuvieron consistencias debido a que entronizaron una idea hasta convertirla en teología inescrutable. Las formas de comunicación por vía de escritura desarrollan el empoderamiento de los espacios públicos a los cuales les quita su orden simultáneo para crear espacio público cibernético. Al desarrollar y mostrar la escritura emerge un sentido autocrítico desde la exigencia de las verdades en un diálogo más con más recursos.
Esta revolución se sintetiza en un cambio que va del monólogo al diálogo. Pasaron de moda los escuchas, se crea la necesidad de participar y para ello se debe hablar de manera verbal o escrita, la comunicación realiza un modelo a 360 grados, podemos revisar una idea local desde las pantallas de la globalidad para encontrar los nuevos rostros del diálogo. La responsabilidad social nos demanda, creación, diseño, estructura, métodos… de la pedagogía de la velocidad de la luz. Las palabras adquieren un empoderamiento en su histrionía y en sus alcances, el ente vivo nos alerta que los signos, las palabras, las reglas, se transforman en instantes. Se deberá defender el lenguaje y sus cambios. Las redes sociales demandan estudio, capacitación, sentido crítico de la síntesis. Lo instantáneo posibilitó la brevedad, crisol del ingenio. Renace la reflexión y la redacción de las ideas con nuevos formatos tendientes a la síntesis e ideales ilocucionarios que alcancen concesos amplios. La frase comunica y unifica cuando es buena; desinforma y divide cuando tiene males intenciones.
Consumimos mucha información, las redes sociales nos demanda adecuar el lenguaje, crear estrategias del diálogo, plantear y replantear las perspectivas como prioridades. Crear el discurso con estilo personal de tal suerte que se puedan identificarse los interlocutores válidos. No perdamos de vista que en las redes sociales la comunicación es más cercana y personal. Promover, entretener, divertir, educar, vender, comunicar…, requiere una pedagogía de las tecnologías de comunicación e información, de redes sociales, que enseñe las plataformas cibernéticas más reconocidas. El lenguaje es el misterio del bien.