Un hombre de 41 años, quien pasó toda su vida en Estados Unidos y fue deportado a Irak en junio, murió el pasado martes de acuerdo con la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés).
De nombre Jimmy Aldaoud, el hombre era un ciudadano iraquí que nació en un campamento de refugiados en Grecia, pero llegó a EU cuando apenas tenía seis meses y vivía en Detroit; de acuerdo con el portal de noticias Politico.
Sus amigos relatan que Aldaoud luchó toda su vida con la depresión, esquizofrenia y un desorden bipolar, además de diabetes. Dependía del apoyo de familiares y amigos, dijeron.
Aunque nunca había vivido en Irak ni hablaba árabe, fue deportado por agentes de migración en medio de los intensos operativos y redadas del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE).
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Edward Bajoka, un abogado de inmigración cercano a la familia de Aldaoud, informó sobre su muerte en Facebook, aparentemente relacionada con la imposibilidad del hombre para obtener la insulina necesaria para tratar su diabetes.
“Descansa en paz Jimmy”, escribió Bajoka. “Tu sangre está en manos de ICE y ésta administración”.
El representante demócrata por el estado de Michigan (en donde se encuentra Detroit), Andy Levin, escribió en Twitter que Jimmy Aldaoud nunca debió haber sido enviado a Irak.
“Mis colegas republicanos y yo hemos pedido reiteradamente al poder ejecutivo que cese la deportación de personas tan vulnerables. Ahora, alguien ha muerto”, se lee en la publicación de Twitter.
My Republican colleagues and I have repeatedly called on the Executive Branch to cease deportation of such vulnerable people. Now, someone has died. We cannot wait one more day for action.
— Rep. Andy Levin (@RepAndyLevin) August 7, 2019
Según Politico, además de los latinos, la administración de Trump ha fijado como objetivo la deportación de más de 1,000 iraquíes incluyendo a los católicos caldeos, una minoría cristiana que se originó en la antigua Mesopotamia y que actualmente sufre una dura persecución y discriminación en Irak y Siria.
La familia de Aldoud pertenece a esta comunidad católica quienes tras huir de Irak, se establecieron en Michigan, donde vive una considerable comunidad caldea.
Poco tiempo antes de la confirmación de su muerte, Aldaoud habló sobre su deportación en un video sin fecha subido a Facebook. “Los agentes de inmigración me detuvieron y me dijeron que iría a Irak”, relató.
Continúa diciendo: “Nunca he estado allí. He estado en este país toda mi vida, desde que nací. Se negaron a escucharme”.
Con información de Político y Time.