La violencia que se vive de forma cotidiana refleja los tipos de desigualdad de los que son víctimas las personas en los círculos sociales de los que forma parte, y son esas violencias las que se ven reflejadas en la literatura negra o criminal que se produce en México.
De acuerdo con el escritor mexicano Joserra Ortiz, los autores que se dedican a la novela negra viven con una preocupación por dar a entender en sus obras que la violencia se ejerce para mantener los estados de desigualdad, desde la familia hasta el Estado.
“Las sociedades se forman verticalmente por dinámicas de violencia de la micro a la macro; están imposibilitadas de alcanzar la paz y es un estado al que nunca vamos a alcanzar. Sin embargo, a sabiendas de eso, debería ser nuestra intención como entes sociales tratar de buscarla”, expresó el escritor en el segundo día de actividades del 3er Encuentro de Novela Negra en la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA).
Para Joserra Ortiz, la literatura criminal es la que representa, imita o recrea la violencia para que el lector pueda reconocerla, algo complicado para las personas porque la han naturalizado. Fuera de los libros, señala, las violencias tienen una estructura piramidal.
“En la punta tenemos la violencia simbólica y podemos observar que se sostiene de una violencia estructural, que es la que sostiene a la sociedad para que funcione tal como es. Esta, está a la vez sostenida por una violencia cultural, que para nosotros es imperceptible en el tiempo porque así ha sido fundada”, indicó.
Los escritores de este género, opinó, deben reconocer que “estamos condenados a vivir en sociedades desiguales, desde la familia hasta el gobierno de un estado o nación, de otra manera no podríamos vivir socialmente”.
Por lo tanto, si ese es el destino y la violencia es la manera en que se mantiene esa desigualdad según se representa en estas novelas, el lector se encuentra ante una categoría de textos en un rango muy amplio.