El ingeniero Lourens Boot utiliza un material textil de alta tecnología para imitar el ciclo del agua y generar nuevas fuentes de agua limpia para la agricultura y el consumo humano.
Para honrar el quincuagésimo aniversario del alunizaje de los astronautas de la NASA, Newsweek hace un homenaje a los pioneros de la ciencia y la tecnología y destaca sus proyectos a largo plazo y la forma en que esperan cambiar el mundo.
Lourens Boot es cofundador y director ejecutivo de Sponsh, una empresa de los Países Bajos que tiene el objetivo de generar agua a partir de uno de los recursos que más abundan en el mundo: el aire que nos rodea.
Finalista en el reto de Energía Sustentable de la Iniciativa Mohammed bin Rashid para la Prosperidad Global, Sponsh desea resolver los apremiantes problemas de escasez de agua en el mundo.
—¿Cuál es su objetivo?
—Nuestro objetivo es proporcionar agua que esté al alcance de cualquier persona en el mundo.
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—¿Cuál es el gran problema que pretende resolver?
—Todos sabemos que el agua es la fuente de la vida. Sin agua todo se detiene. Pero también sabemos que cada año se vuelve más y más escasa. Queremos hacer frente a este problema generando agua a partir de una reserva no aprovechada: el aire que nos rodea.
—¿Cómo funciona?
—Utilizamos un material textil recubierto. Este tiene pequeños filamentos a una escala nano. Cuando se enfría, los filamentos se levantan y absorben moléculas de H2O del aire. Conforme aumenta la temperatura, los filamentos vuelven a formar espirales y liberan el agua. Al utilizar los ciclos del día y de la noche, así como los cambios de temperatura, el material textil se hincha repetidamente con agua, y después la libera. Es posible colocar el material alrededor de un árbol o de una planta, o en un muro, y simplemente dejar que la naturaleza haga lo suyo. El material absorbe agua del aire y luego la libera de nuevo.
—¿Cómo se le ocurrió poner en marcha esta idea?
—Acampaba con mi familia en la costa portuguesa en 2017, y el clima era muy, muy seco. Todos los granjeros se quejaban de que no había agua y de que sus cosechas estaban mal. Pero todas las mañanas, todo nuestro equipo estaba completamente mojado. Investigué un poco y encontré a la doctora Catarina Esteves, que había desarrollado un material textil sensible a la temperatura que imita la manera en que la naturaleza recolecta el agua y hace que sea utilizable para los seres humanos. La llamé y unimos fuerzas para poner en marcha una empresa y hacerla crecer.
—Muchas personas han tratado de resolver el problema del acceso al agua limpia. ¿En qué se diferencia su método?
—La accesibilidad es importante. Muchas soluciones exigen grandes inversiones, lo que hace que los obstáculos sean demasiado grandes. Supongamos que usted tiene una pequeña granja. Con este producto usted podría adquirir un metro cuadrado, o 10, o 10,000 metros cuadrados, con base en sus necesidades y sus recursos. Es extremadamente escalable.
—¿Qué tan cerca se encuentra del éxito?
—Ocho años de investigación dieron como resultado un centímetro cuadrado de material de laboratorio muy promisorio. Durante el año pasado desarrollamos un proceso mucho más simple, y ahora tenemos alrededor de 100 centímetros cuadrados. Quizá no sea suficiente para regar un árbol, pero sí para una planta de jardín. Estamos haciéndolo crecer aún más, y después haremos prototipos y mejoraremos el material. Espero realizar nuestra primera prueba piloto el año próximo.
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—¿De dónde proviene su inspiración personal?
—Yo trabajaba en una gran empresa petrolera antes de cambiarme a CleanTech. En el ámbito espiritual, pienso que todo está conectado de una u otra forma. Todo es un enorme sistema. Yo ganaba mucho dinero y tenía mucho potencial a futuro, pero pensé que, en realidad, eso no era bueno. ¿Voy a pasar el resto de mi vida extrayendo más petróleo y gas de la tierra cuando sé que no es bueno para el mundo? Así que renuncié. Todo el mundo pensó que era un idiota. Simplemente no podía motivarme a mí mismo. Quiero utilizar mi energía, mi tiempo y mis recursos para trabajar en cosas positivas.
—¿Cómo se imagina que será el mundo en 20 años si usted tiene éxito?
—Tenemos la visión de un mundo en el que el agua sea económicamente accesible y que esté disponible para todas las personas en todo el mundo. Todos, personas, plantas y animales, tendrían suficiente agua para beber. Todos podrían cultivar sus alimentos en cualquier parte del mundo.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek