Un equipo de científicos trató ratones viejos con una enzima obtenida de la sangre de congéneres más jóvenes, y afirma que prolongó hasta en 16 por ciento la vida de los animales, además de conferirles un aspecto más juvenil.
A decir de los autores del estudio, publicado el 13 de junio en la revista Cell Metabolism, la administración de la enzima que circula en la sangre de los ratones jóvenes parece haber ralentizado los procesos inherentes al envejecimiento en ratones de más edad.
La investigación se centró en una molécula llamada nicotinamida adenina dinucleótido (NAD), la cual se encuentra en todas las células vivas y tiene la propiedad de regenerar energía. Estudios previos han demostrado que NAD disminuye a medida que envejecemos, y que otra enzima metabólica, conocida como nicotinamida fosforribosiltransferasa extracelular (eNAMPT), es de gran importancia para la producción de NAD.
Los científicos utilizaron un modelo experimental con ratones y hallaron que las concentraciones de eNAMPT en el tejido adiposo (de donde se libera) caían hasta 33 por ciento cuando los roedores alcanzaban la edad de seis meses, a un nivel de 74 por ciento. Así mismo, observaron que los animales que mantenían niveles eNAMPT más elevados tenían una sobrevida más larga.
Por lo anterior, decidieron averiguar si la administración de la enzima sanguínea eNAMPT retrasaba el envejecimiento y prolongaba la expectativa de vida de los ratones más viejos al estimular la producción de NAD.
Y resulta que, después del tratamiento con eNAMPT, los roedores mostraron mejoras en todo el organismo.
Por ejemplo, aumentó su producción de insulina y mejoró la función de las células de los ojos que responden a la luz. De igual manera, mejoró la calidad del sueño y los roedores pudieron correr más tiempo en las ruedas para ejercitarse. Por otra parte, cuando los animales realizaban pruebas de memoria, sus funciones cognitivas parecían más acentuadas.
La enzima eNAMPT viaja por todo el cuerpo en unas partículas llamadas vesículas extracelulares. Para su estudio, los científicos seleccionaron ratones jóvenes y de edad mediana, con edades que oscilaban entre 4 y 12 meses, y extrajeron vesículas extracelulares que contenían eNAMPT para introducirlas en ratones viejos de 26 meses de edad. Repitieron este procedimiento una vez por semana, y encontraron que los animales tratados vivían más tiempo que los ratones viejos del grupo de control, a los que administraban solución salina.
En una declaración, el Dr. Shin-ichiro Imai, profesor de biología del desarrollo en la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, y autor principal de la investigación, comentó: “Hemos encontrado una vía completamente nueva hacia el envejecimiento saludable”.
“Nos sorprendieron las drásticas diferencias entre los ratones viejos a los que administramos eNAMPT obtenida de ratones jóvenes, y los ratones viejos del grupo de control que solo recibieron solución salina”, agregó Imai.
“Hablamos de ratones viejos que no tenían modificaciones genéticas especiales y que, tratados con eNAMPT, exhibieron un comportamiento semejante al de los ratones jóvenes en la rueda de ejercicio, así como en términos de patrones de sueño y aspecto físico (por ejemplo, pelaje más abundante y brillante)”.
El científico prosiguió: “Es notable que podamos tomar eNAMPT de la sangre de ratones jóvenes y que, al administrarla a ratones más viejos, estos muestren mejoras significativas de salud, incluidas mayor actividad física y mejor calidad de sueño”.
A pesar de lo anterior, Imai previno que no se ha determinado si la administración de eNAMPT tendría el mismo efecto en humanos.
“Sin embargo, [nuestro estudio] apunta a que es necesario hacer investigaciones más minuciosas con eNAMPT, a fin de establecer si es posible utilizarla como un marcador biológico del envejecimiento”, concluyó Imai.
Hace un par de años, un equipo de científicos trató ratones con un tipo de NAD y halló que esto restablecía la actividad de otra enzima, y que los ratones rejuvenecían. Los investigadores publicaron sus resultados el 24 de marzo de 2017, en la revista Science.
En un artículo independiente, publicado el pasado 19 febrero en la revista Nature Communications, otro grupo de científicos recurrió a una estrategia diferente para estudiar el envejecimiento. Los investigadores descubrieron que Angelica keiskei koidzumi -planta conocida en japonés como ashitaba, y utilizada comúnmente en la medicina tradicional asiática- contiene un compuesto que podría retrasar este proceso.
Los autores de dicho estudio identificaron que ashitaba produce un flavonoide llamado 4,4′-dimetoxicalcona (DMC), el cual describen como un “compuesto natural con propiedades de antienvejecimiento”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek