El sexo es un asunto arriesgado. Y aun así, por alguna razón, muchos organismos, entre ellos, los humanos, lo practican. Ahora, un equipo de científicos afirma que esto podría deberse, en parte, a que este proceso protege contra ciertos tipos de cáncer.
La reproducción asexual no requiere una pareja, por lo que es mucho más rápida que la reproducción sexual. También evita los posibles costos relacionados con el hecho de encontrar una pareja. Sin embargo, por su parte, la reproducción sexual es útil por varias razones: se requieren dos padres, lo que evita la transmisión de mutaciones genéticas perjudiciales, y ayuda a incrementar la resistencia contra patógenos y parásitos.
En un ensayo publicado en la revista PLOS Biology, un grupo de científicos presentó una teoría que, afirman, podría responder una pregunta planteada hace 50 años: por qué la reproducción sexual es preferida por 99 por ciento de los organismos eucariotas: es decir, aquellos cuyo núcleo está envuelto en una membrana, y que abarcan desde los seres humanos hasta los hongos.
Los científicos afirman que ese procedimiento podría detener a las que se conocen como células tramposas, o células de cáncer transmisible. Algunos animales pueden contraer tipos raros de cáncer transmisible, como los perros, los demonios de Tasmania y una especie de moluscos acuáticos llamados bivalvos. Las células tramposas ponen en riesgo al resto de la población de células al aprovecharse de la comunidad para obtener beneficios de manera egoísta.
Los organismos han evolucionado para evitar el cáncer, una enfermedad en la que las células se multiplican de manera incontrolable, con la ayuda de procesos como los que desarrolla el sistema inmunológico.
Sin embargo, para sobrevivir y reproducirse, los primeros organismos unicelulares tuvieron que combatir a las células tramposas internas, al igual que a las células infecciosas malignas provenientes del exterior. Y dado que la reproducción asexual genera organismos idénticos, esto incrementa el riesgo de que sean invadidos por cánceres transmisibles, opinan los autores.
Por su parte, la reproducción sexual disminuye las probabilidades de que un organismo no solo contraiga una infección, sino que la transmita a su prole. Los cánceres transmisibles también tienen menores probabilidades de ser compatibles con las células de su hospedero si éstas pertenecen a un organismo reproducido sexualmente. Esto podría ayudar a sistema inmunológico a seleccionar y eliminar a los invasores perjudiciales.
https://newsweekespanol.com/2019/06/cientificos-milenaria-poblacion-siberia/
Frédéric Thomas, de IRD en Francia y coautor del estudio, declaró a Newsweek: “La gran preponderancia de la reproducción sexual en el mundo natural indica indirectamente que las fuerzas selectivas detrás de la evolución del sexo deben ser fuertes y penetrantes”.
Hasta hace muy poco tiempo, explicó Thomas, los ecologistas habían pasado por alto la función que los parásitos y la microbiota (los organismos como bacterias, hongos y virus que viven en plantas y animales) podría desempeñar en la biología y la evolución de sus hospederos.
Los grandes avances de la tecnología han permitido que los científicos exploren esta relación y han hecho que sea imposible pasar por alto la función que podrían desempeñar, afirmó Thomas.
Dado que los procesos que provocan tumores en los organismos multicelulares son omnipresentes y que las posibles rutas de transmisión de los invasores son muy diversas, la evolución parece haber favorecido la reproducción sexual como una manera de procrear vástagos viables con menos obstáculos para su supervivencia, “a pesar de sus costos relacionados”, dijo Thomas.
“Hasta donde sabemos, esta situación selectiva para la evolución inicial del sexo en todo el árbol de la vida es novedosa”, declaró.
“En términos más generales, esperamos que nuestro punto de vista abra el camino para explorar la subestimada función del proceso oncogénico (la generación de un tumor) en la conformación de la biología, la ecología y la evolución de sus hospederos multicelulares”.
Señaló que la investigación podría, algún día, ayudar a encontrar defensas naturales contra el cáncer.
“Por ejemplo, si nuestra teoría es correcta, los antiguos linajes a sexuales que han persistido durante millones de generaciones, como los ácaros oribátidos, los ostrácodos darwinúlidos y los rotíferos bdelloideos , probablemente poseen mecanismos que otorgan una gran resistencia a los procesos oncogénicos”.
Esto podría ser aplicado algún día a los tratamientos contra el cáncer, dijo.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek