Por casi 50 años, la Muestra Internacional de Cine ha albergado trabajos trascendentes de directores emblemáticos como Truffaut, Fellini, Huston, Allen, Herzog, Lynch e, incluso, George Lucas, además de la obra más destacada de cineastas mexicanos clásicos como Arturo Ripstein y Felipe Cazals.
En la edición 66 se reunieron 14 filmes de los cinco continentes. Todas las obras seleccionadas son una muestra de las distintas miradas y preocupaciones de los cineastas contemporáneos, además de dar cuenta de la maestría de sus autores.
La película inaugural de la 66 Muestra fue La camarista (México, 2018), de Lila Avilés, donde seguiremos de manera voyerista a Eve, la joven trabajadora de un hotel de lujo en Ciudad de México. El filme ya ha participado, y con muy buenos resultados, en los festivales de Morelia, Toronto y La Habana.
Con un exhaustivo trabajo de investigación y restauración, Peter Jackson logra en Jamás llegarán a viejos (Reino Unido-Nueva Zelanda, 2018) un documental vivencial y envolvente a cien años del fin de la Primera Guerra Mundial. En La casa junto al mar (Francia, 2017), el director Robert Guédiguian reflexiona sobre el paso del tiempo y la vejez junto a los actores y actrices que crecieron con su filmografía. El documental de Tom Volf, María por Callas (Francia, 2018), busca resignificar la figura de la intérprete griega con una exhaustiva búsqueda de primera voz.
El paso del escritor Ryszard Kapuscinski por la Angola de la Guerra Fría es visto a través de la animación y el material de archivo en Un día más con vida (España-Polonia-Bélgica-Hungría-Alemania, 2018), dirigido por Raúl de la Fuente y Damian Nenow. Con En guerra (Francia, 2018), de Stéphane Brizé, llega en un momento crucial para los movimientos sociales de la Francia contemporánea, película que tuvo un gran paso por el Festival de Cannes en su estreno.
En Plaza París (Brasil-Portugal-Argentina, 2017), la directora brasileña Lucía Murat construye una intensa historia distópica que retrata los conflictos de un Río de Janeiro fracturado por la violencia. En Leto (Rusia-Francia, 2018), el controvertido realizador Kirill Serebrennikov retoma un evento personal para profundizar en un escenario de rock y convulsión social de los años 80 en la entonces Unión Soviética. El filme Ocho de cada diez (México, 2018), de Sergio Umansky, recoge una estadística sobre la violencia y la impunidad en nuestro país para contar una historia de justicia por propia mano.
Con su estilo minimalista y asfixiante, László Nemes regresa a Cineteca y logra advertir en Atardecer (Hungría-Francia, 2018) un momento caótico y violento que acabaría con el sueño de la vieja Europa a inicios de Siglo XX. La boda (Bélgica-Pakistán-Luxemburgo-Francia, 2016), nuevo filme de Stephan Streker, vuelve a poner sobre la mesa los choques culturales entre el mundo occidental y oriental. El segundo largometraje de Markus Schleinzer, Angelo (Luxemburgo-Austria, 2018), ofrece una perspectiva álgida del racismo de la Europa del siglo XVII.
En la película Asako I & II: Soñar o despertar (Japón-Francia, 2018), Ryûsuke Hamaguchi se inspiró en la obra literaria Netemo sametemo, de Tomoka Shibasaki, donde la joven del título se enamora de dos personas idénticas con diferente personalidad en dos momentos de su vida. Finalmente, el clásico soviético Ven y mira (URSS, 1985) de Elem Klímov, refleja las atrocidades de la ocupación nazi en Bielorrusia y vuelve a las salas de cine en una versión restaurada.
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ESTRENOS
Las tetas de mi madre
(Colombia, 2015, 81 min.) De Carlos Zapata, con Billy Heins Pardo, Santiago Heins Pardo, Joseph Rueda Acosta, Paula Correa, Héctor García, Alejandro Aguilar, Margarita María Umaña. Martín es un niño de 12 años que trabaja como repartidor de pizzas. Una noche pide permiso para usar el baño de un burdel en el que tiene una entrega. Por error, entra en una cabina de striptease en donde ve bailar a una mujer semidesnuda. Días más tarde regresa al lugar, solo que esta vez será a su madre a quien observe bailar. La ciudad de Bogotá es el escenario en el que el novel director Carlos Zapata configura su segundo largometraje. A través de simétricos encuadres, el realizador recupera el concepto del complejo de Edipo para trazar la historia de un infante que se mueve entre la confusión y la tristeza, el desapego maternal y la marginalidad que permea en Colombia.
Parte del aire
(Francia, Francia, 103 min.) De Gaël Morel, con Sandrine Bonnaire, Mouna Fettou, Kamal El Amri, Ilian Bergala, Farida Ouchani, Nisrine Radi y Lubna Azabal. Viuda y solitaria, Edith es la inspectora de control de calidad de una fábrica textil que un día quiebra y decide trasladar sus instalaciones de Francia a Marruecos. Aunque la decisión no es apoyada por los trabajadores de la empresa, ella sí está de acuerdo, pues no tiene ningún anclaje real con su país más allá de un hijo que se ha distanciado. Con esta su sexta película, el director francés Gaël Morel va de lo general a lo particular, analizando la explotación de los obreros y la búsqueda de identidad en su protagonista.
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CARTELERA
Bruma
(México-Alemania, 2017, 84 min.) De Max Zunino, con César Ramos, Sofía Espinosa, Dieter Rita Scholl. La vida de Martina ha estado contenida constantemente. Sin embargo, al descubrir que está embarazada comienza a cuestionarse si su modus vivendi es el que desea y necesita. Así, huye de Ciudad de México y llega hasta Berlín en busca de su padre, Wim Waller, quien estuvo ausente durante toda su vida. El viaje a un mundo distinto es el motor de esta la segunda película del director mexicano-uruguayo Max Zunino, donde las experiencias cotidianas y los personajes extravagantes del Berlín contemporáneo van definiendo la verdadera personalidad de la joven protagonista a partir de un registro exento de grandilocuencia.
El culpable
(Den skyldige, Dinamarca, 2018, 85 min.) De Gustav Möller, con Jakob Cedergren, Jessica Dinnage, Johan Olsen, Omar Shargawi, Katinka Evers-Jahnsen, Jacob Lohmann. El oficial de policía Asger Holm ha sido relegado a operador del servicio de emergencias. Durante su turno recibe la misteriosa llamada de una mujer aterrorizada; de manera extraña, descubre que ha sido secuestrada. Recluido en la central de emergencias, el hombre buscará a la víctima al tiempo que se enfrenta a sus propios demonios. Inspirado en hechos reales, el director Gustav Möller configura un inquietante y minimalista thriller psicológico que se sustenta casi por completo en el sonido de llamadas telefónicas y una cámara que retrata las reacciones y la angustia del protagonista.
Ciudadano Kane
(Citizen Kane, EU, 1941, 119 min.) De Orson Welles, con Orson Welles, Joseph Cotten, Dorothy Comingore, Everett Sloane, William Alland, George Coulouris. Charles Foster Kane, magnate del periodismo, muere en su mansión. El periodista Thompson, por encomienda de su diario, comienza un reportaje sobre el occiso, entrevistando a aquellos que fueron cercanos a él. Por sus enormes innovaciones en lo referente al lenguaje cinematográfico y el uso del sonido, su compleja estructura narrativa de rupturas temporales y su ataque directo a una figura real, símbolo de la ambición y el alcance de los poderes fácticos en Estados Unidos, el debut del joven Orson Welles ha sido frecuentemente considerada como la mejor película de la historia del cine.
Rapsodia, laberintos del yo
(México, 2016, 90 min.) De Antonio del Rivero Herrera. Bajo una estructura rapsódica (compuesta por diferentes partes temáticas unidas libremente entre ellas), este documental nos lleva entre diversas historias y geografías que van de México a las naciones de la extinta Yugoslavia, para reflexionar sobre los efectos de la globalización y las representaciones culturales contemporáneas. La película presenta una larga recopilación de testimonios individuales y colectivos que, desde diferentes disciplinas artísticas, dirigen sus esfuerzos al cambio social.