En 1982, la isla de Puerto Rico recibió a Encarnita García de Jesús. Treinta y siete años después, ese nombre quedaría en el pasado para dar paso al de Kany García. Cantautora merecedora de tres premios Grammy Latino, compositora de grandes estrellas como Jennifer López, Chayanne, Ha-Ash y Tego Calderón, Kany lanza ahora su quinto disco, Yo soy, un retrato íntimo e introspectivo que desnuda su alma y explora nuevas narrativas de su propia música.
Sonidos urbanos, tintes españoles y hasta reggae habitan este nuevo material, el cual se adorna con las colaboraciones de Melendi y con su paisano Residente con el que da origen a una canción que apuesta por la equidad de sexo.
A propósito del disco y su próxima presentación en nuestro país, el 4 de abril en el Teatro Metropólitan, Newsweek México conversó con la cantante puertorriqueña.
—Kany, si tu disco fuera un menú, ¿qué vamos a encontrar?, ¿qué texturas y aromas tiene?
—Pues va a ser un restaurante internacional, primero con un platito Thai exquisito con curry, después un aperitivo, unos taquitos al pastor con piña y cilantro, tenemos que tener un plato principal español, una paella, y un postre rallado con coco, que es muy puertorriqueño.
—”Banana papaya”, tu colaboración con Residente.
—Desde hace muchos años tenemos una admiración mutua, siempre he querido hacer una colaboración con él. Con “Banana papaya” quise hacer una canción con equidad de género, y qué mejor que con un hombre que es extremadamente feminista, que lucha por la igualdad de género y está muy consciente de que hay que hablar de ello. Por eso me parecía bonito hacer esta canción con un hombre y no con una mujer, un hombre que es crudo y directo al hablar.
—¿Hombres y mujeres somos iguales?
—La libertad y la equidad es una necesidad hoy en día. Los hombres y mujeres somos iguales, obviamente somos iguales, pero vivimos en una sociedad que nos ha impuesto que nosotras tenemos que luchar por nuestros derechos y no tener que darlos por hecho como el caso de los varones.
—¿Kany García es feminista?
—Sí, cien por ciento. Con todo lo que eso equivale y con los prejuicios que tiene la gente con esa palabra, pues piensan que el concepto de feminismo es odiar a los hombres o que son mujeres que no les gusta maquillarse. Pero no, yo creo que el feminismo es pelear por los derechos humanos y, en este caso, los de la mujer.
—¿Soy yo, tu quinto disco, descifra quién es Kany?
—Tengo la capacidad de ser muchas cosas, es un disco donde le canto tanto al amor como a las temáticas sociales. Uno va evolucionando, una Kany que se maquilla y otra en tenis, en todas soy la misma.
—¿Cuándo fue la última vez que miraste a alguien y perdiste el control, como dice tu canción “Arriésgate a intentarlo”?
—No voy a negar que cuando conocí a Joaquín Sabina nos miramos a los ojos y estaba muy nerviosa por estar con alguien a quien admiro, después de un concierto suyo fuimos a casa de un amigo a cantar. Me dejo afectar mucho por las miradas y me dicen mucho.
—¿La última vez que bailaste un blues?
—En Puerto Rico, estábamos un grupo de amigos bailando en esos lugares que no son para nada de baile, y como pasa en la canción que habla de cómo cuesta ser tú mismo y bailar porque sientes señalamientos. Siento que bailar un blues es eso, ser lo que uno es y retar al qué dirán.
—¿Qué genera en ti la era de Trump?
—Una tristeza grande, somos la colonia más vieja, todavía se siente la necesidad de pelear. Ha sido un año de un despertar, la gente vivía un poquito dormida. Vamos a seguir viendo un presidente que no va a colaborar con nosotros.
—Bajo el contexto migrante, ¿te consideras a ti misma como migrante?
—Me considero migrante 100 por ciento, te das cuenta de que el pasaporte no te hace gringo, no podemos abandonar nuestra cultura y lo que somos.