Las 57 universidades públicas de Argentina cumplen tres semanas con sus puertas cerradas. Sus docentes y alumnos están en paro desde que comenzó el cuatrimestre escolar, porque, acusan, no cuentan con presupuesto suficiente para que puedan operar los centros educativos.
De acuerdo con el plan de estudios universitario, las clases tenían que haber comenzado el pasado 6 de agosto. Sin embargo, han tenido que tomar algunas lecciones en las calles y posponer los proyectos de investigación comprometidos para este periodo porque el recorte al presupuesto realizado por el ministerio de Educación argentino dejó sin recursos a los planteles.
Los docentes exigen al gobierno un aumento salarial del 30%, acorde con las previsiones del aumento en la inflación para finales de 2018, pero el gobierno, que ha anunciado ajustes al gasto público para sortear la crisis financiera en la que se encuentra actualmente, ha ofrecido incrementar los salarios máximo en un 15%.
La causa de los recortes en todas las áreas de gobierno responde a las medidas de austeridad emprendidas por Mauricio Macri, presidente de Argentina, para alcanzar su meta del 1.3% de déficit fijada para 2019, tras el acuerdo que alcanzó con el Fondo Monetario Internacional, de un blindaje por 50 mil millones de dólares para sostener la economía del país.
A pesar de que los sindicatos universitarios han rechazado los ofrecimientos del Ministerio de Educación, hasta ahora, éste busca llegar a un acuerdo con los docentes a cambio de un aumento al salario de 10.8% este año: en un una primera partida les dio un aumento de 5%, y en una segunda incrementó otro 5,8%, gesto que las organizaciones consideran insuficiente, por lo que mantienen un paro en las 57 universidades nacionales.
Andrés Duhour, secretario general de la Asociación de Docentes de la Universidad de Luján, explicó en entrevista con Newsweek en Español que el conflicto inició desde el pasado el mes de febrero, cuando debían renegociar los acuerdos salariales de los profesores universitarios, que se renuevan anualmente.
Sin embargo, las reuniones que sostendrían con el gobierno se retrasaron, y las pocas que tuvieron no concluyeron en acuerdos. “Ofrecieron un acuerdo salarial muy por debajo de nuestras expectativas y de la realidad que estamos viviendo con la inflación, el aumento de los combustibles, de las tarifas en servicios públicos y con el aumento del costo de la vida en general”, señaló.
Por su parte, Luciana Seminara, docente de la Universidad Nacional del Rosario, dijo a Newsweek en Español que, “si bien el presupuesto es insuficiente desde hace tiempo, porque hace falta dinero para infraestructura en las escuelas, hay algunas universidades que han tenido que cerrar porque no cuentan con suficientes recursos para funcionar”.
“Además del reclamo salarial, que es importante porque el salario de la mayoría de los profesores no les alcanza para vivir, estamos demandando más presupuesto para que las universidades puedan funcionar, punto en el que tenemos incluso el apoyo de los rectores y por supuesto, del movimiento estudiantil, que ve evidentemente afectados sus derechos”, agregó.
Debates y clases en las calles
Ante la falta de instalaciones para tomar sus clases, en El Rosario, los profesores echaron a andar una “universidad itinerante”.
Durante las tres semanas que llevan en paro, las clases se han mudado a las calles, en distintos puntos de la ciudad.
#Argentina: en 57 universidades públicas de todo el país las clases todavía no arrancaron. La situación es crítica 👉 https://t.co/CMyTXx9ERI#UniversidadesEnPeligro @UNQoficial pic.twitter.com/TJTgkeneeU
— Nodal (@InfoNodal) August 23, 2018
“Fue una medida creativa, porque a veces nos piden hacer algo diferente, y esto precisamente fue así: en distintos lugares damos clases públicas, charlas, exhibiciones de las distintas carreras sobre la forma en que producen conocimiento, desde enfermería, medicina, odontología, las carreras de arte, paneles de debate”, explicó Semirana.
Sin embargo, reconoció, “en tres semanas, no ha pasado nada. Lo que hemos visto en términos más políticos es que a este gobierno no le interesa la educación pública”.
Este tipo de acciones de protesta creativa han sido sancionados. El pasado viernes 17 de agosto, una profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires fue multada por la policía de la ciudad por dictar una clase en la calle de Puán, lo que motivó manifestaciones por parte de la comunidad universitaria.
Después de este episodio, las clases en la vía se han multiplicado.
“La lucha es una acción educativa”
“Nosotros responsabilizamos al gobierno nacional por las pérdidas que actualmente pueden tener los estudiantes”, señaló Duhour.
El docente de la Universidad de Luján aseguró que los sindicatos han sido apoyados por los estudiantes, a quienes han tratado de perjudicar lo menos posible, “porque son, por un lado, el objetivo de nuestro trabajo, y por otro, son también trabajadores científicos y docentes en formación”.
#Noesunatormentaesunplandegobierno #El22AbrazamosLaUNLaR #AGPauloFreire
No al recorte presupuestario en las Universidades Públicas de Argentina!!! pic.twitter.com/T9XbM474At
— Javier Puigdomenech (@jpuido1) August 20, 2018
Duhour explicó que los cursos de este cuatrimestre se vieron perjudicados, pero “la lucha de los docentes también es una lucha educativa, es una acción educativa hacia los estudiantes”.
Andrés dijo que pese al paro, la capacidad de los docentes y los estudiantes argentinos les permitirán superar “este pequeño obstáculo, pero lo primero es tener un salario digno”.
El Ministerio de Educación convocó a los seis sindicatos más importantes de las universidades públicas (Conadu, Conadu Histórica, FEDUN, CTERA, UDA y FAGDUT) para continuar con las negociaciones salariales, por lo que su resultado podría significar el comienzo atrasado del cuatrimestre, o que las universidades mantengan sus puertas cerradas hasta que el gobierno y las organizaciones alcancen un acuerdo.