La reciente amenaza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer un arancel del 30% a las importaciones mexicanas ha encendido las alarmas en ambos lados de la frontera. De concretarse, esta medida impactaría directamente a sectores clave de la economía mexicana, que mantiene una relación comercial profundamente interdependiente con su vecino del norte.
UN COMERCIO DE MÁS DE 850,000 MILLONES DE DÓLARES
Según datos de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) y de la Secretaría de Economía de México, Estados Unidos es el principal socio comercial de México, con un intercambio bilateral que superó los 850,000 millones de dólares en 2023. Solo en ese año, México exportó bienes a Estados Unidos por más de 475,000 millones, consolidándose como su mayor proveedor externo, por encima de China y Canadá.
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HECHO EN MÉXICO: LOS PRINCIPALES PRODUCTOS EXPORTADOS
Los productos más exportados por México a Estados Unidos representan industrias de alto valor agregado y son fundamentales para la economía mexicana. Entre los más importantes se encuentran:
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Vehículos automotores y autopartes
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Representan alrededor del 25% del total exportado a Estados Unidos, según el Banco de México y la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
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Empresas como General Motors, Ford y Volkswagen ensamblan en México y exportan directamente al mercado estadounidense.
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Equipos electrónicos y computadoras
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Incluyen pantallas planas, laptops, servidores, telecomunicaciones y partes electrónicas.
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México es uno de los principales fabricantes de dispositivos electrónicos en América del Norte, particularmente en estados como Jalisco y Chihuahua.
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Maquinaria y equipo industrial
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Motores, turbinas, generadores, maquinaria agrícola y de construcción.
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Estos productos, manufacturados principalmente en el Bajío, abastecen sectores clave de la industria estadounidense.
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Productos agroalimentarios
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Tomates, aguacates, berries, tequila y cerveza, entre otros.
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México es el mayor exportador mundial de aguacate y un actor dominante en frutas y vegetales frescos durante todo el año en Estados Unidos, según datos del USDA.
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Petróleo crudo y derivados
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México es uno de los principales proveedores de crudo para refinerías en Texas y Luisiana.
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Aunque el volumen ha disminuido respecto a años anteriores, sigue siendo un componente relevante en la balanza comercial energética.
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Dispositivos médicos y farmacéuticos
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Catéteres, prótesis, jeringas y material quirúrgico fabricado en la frontera norte, como en Chihuahua y Baja California.
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Baja California se ha consolidado como un hub estratégico en esta industria, con fuerte orientación al mercado estadounidense.
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RIESGO ECONÓMICO BINACIONAL
Imponer un arancel del 30% podría encarecer drásticamente estos productos, afectar las cadenas de suministro que cruzan varias veces la frontera durante el proceso de producción y perjudicar a millones de empleos en ambos países.
Según un análisis del Wilson Center, más del 40% del contenido de los productos que México exporta a Estados Unidos es de origen estadounidense, lo que significa que gravarlos también dañaría a empresas norteamericanas.
El Peterson Institute for International Economics advirtió que una medida de esta magnitud provocaría una contracción del PIB mexicano de entre 1.5% y 2.5% en un año, además de disrupciones logísticas en sectores como la automoción y la agroindustria.
REACCIÓN DE MÉXICO
La Secretaría de Economía de México calificó la propuesta de aranceles como “un trato injusto que afectaría seriamente la estabilidad económica de la región” y anunció que ya se exploran “alternativas para proteger empleos y empresas a ambos lados de la frontera”.
En paralelo, analistas como Luis de la Calle, exsubsecretario de Comercio, han señalado que una medida de esta naturaleza violaría los principios del T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá), vigente desde 2020, lo cual podría escalar hacia una disputa comercial formal bajo sus mecanismos de resolución de controversias.
¿QUÉ SIGUE?
Aunque aún no está claro si los aranceles se implementarán o serán utilizados como medida de presión política previa al 1 de agosto, el impacto potencial es enorme, considerando que casi el 80% de las exportaciones mexicanas tienen como destino Estados Unidos.
La comunidad empresarial mexicana, encabezada por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), ha hecho un llamado urgente al diálogo y a la diplomacia económica, advirtiendo que un nuevo frente en la guerra comercial solo provocaría incertidumbre, inflación y menor crecimiento económico para ambos países.
La cuenta regresiva hacia el 1 de agosto comienza, y con ella, la tensión comercial entre México y Estados Unidos alcanza uno de sus momentos más críticos en décadas. N