Durante décadas, las personas con discapacidad hemos sido obligadas a adaptar nuestras vidas a un entorno que no fue pesado para nosotros. La movilidad, el acceso a la información, la comunicación y la independencia funcional han sido más una conquista constante que una garantía de derechos. Pero, por primera vez en mucho tiempo, el futuro no solo nos promete inclusión: nos está entregando herramientas concretas para vivir con dignidad. La inteligencia artificial no es una promesa lejana. Ya está aquí, y para muchos, ya está cambiando el juego.
En 2024, la Organización Mundial de la Salud estimó que más de mil millones de personas en el mundo viven con alguna forma de discapacidad, lo que representa aproximadamente el 16% de la población global (OMS, 2024). Frente a esta realidad, la tecnología basada en IA ha comenzado a derribar barreras sistémicas. Desde lectores de pantalla más inteligentes hasta asistentes conversacionales capaces de describir imágenes o interpretar lenguaje de señas, la inteligencia artificial no solo es una aliada: es una extensión de nuestra autonomía.
Los datos hablan: IA y autonomía funcional
Un informe de la UNESCO (2023) resalta que los desarrollos en IA aplicada a la discapacidad han incrementado hasta en un 40% la autonomía funcional de personas con discapacidad visual o motriz en contextos urbanos de países industrializados. Por ejemplo, dispositivos como Seeing AI de Microsoft, o Be My Eyes (que recientemente incorporó el GPT-4 con visión), permiten a personas ciegas acceder en tiempo real a descripciones de textos, imágenes o incluso interpretar colores, menús o paisajes urbanos, algo impensable hace una década.
En el caso de las personas con discapacidad auditiva, se ha visto una mejora significativa gracias a algoritmos de transcripción en tiempo real, como los que ofrece Google Live Transcribe o Ava, que permiten participar en conversaciones, conferencias o reuniones sin necesidad de intérpretes humanos.
Un ejemplo reciente que merece una mención especial son los nuevos lentes inteligentes Meta Ray-Ban de segunda generación, lanzados en 2024. A diferencia de los wearables tradicionales, estos lentes combinan cámara, micrófono y un asistente potenciado con inteligencia artificial generativa que interpreta el entorno del usuario. Para personas ciegas, esto representa una revolución.
Estas maravillas tecnológicas en multiplesdemostraciones han ido acumulando mucho interés de parte de la comunidad ciega. Ya que los lentes pueden describir lo que tienes enfrente, leer carteles a distancia, identificar productos en una tienda, reconocer rostros (con autorización previa) e incluso guiarte en un espacio nuevo con instrucciones auditivas. ¿El futuro? No. Esto ya está ocurriendo.
Además, al estar diseñados como unos lentes de sol convencionales, eliminan el estigma de los dispositivos “especiales”. Son accesibilidad y diseño integrados, lo que fortalece no solo la funcionalidad, sino también la autoestima de quien los usa. Por fin, la tecnología nos integra sin señalarnos.
Sin embargo, no todo es positivo aún. Estos lentes cuestan más de 300 dólares, sin contar la suscripción a ciertas funciones premium. La inteligencia artificial accesible debe también ser asequible. Si las barreras económicas persisten, el riesgo es que estas tecnologías beneficien solo a un sector privilegiado de las personas con discapacidad, reproduciendo desigualdades.
Gobiernos, empresas y organizaciones de la sociedad civil tienen una responsabilidad compartida: promover marcos de acceso universal a estas herramientas. Esto incluye subsidios, distribución pública, inclusión en sistemas de salud y alianzas con universidades y desarrolladores locales.
La inteligencia artificial debe dejar de verse como una innovación “futurista” para pasar a ser considerada una herramienta de justicia social. Si como sociedad adoptamos esta tecnología con ética, empatía y equidad, podríamos estar ante el momento más transformador en la historia reciente de la discapacidad. No se trata de sustituir lo humano, sino de amplificar nuestra libertad.
Porque, en el fondo, lo que la IA nos está devolviendo no es solo independencia: es la posibilidad de elegir cómo vivir nuestras vidas.
Fuentes consultadas:
Organización Mundial de la Salud. (2024). World report on disability and assistive tecnología.
UNESCO. (2023). AI and Disability: Empoderen the Marginalizad.
Microsoft. (2024). Seeing AI Usar Data and Testimonial.
Be Mi Eyes. (2024). Introducen Be My AI.
Meta. (2024). Meta Ray-Ban Smart Glasses Producto Sheet.
Google Accessibility. (2023). Live Transcribe & Sound Notifications Overview.
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Ricardo Martinez es activista por los derechos de las personas con discapacidad en Aguascalientes, vocero de la Asociación Deportiva de Ciegos y Débiles Visuales, y la primera persona ciega en presidir un colegio electoral local en América Latina.