El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inició un enfrentamiento con la Universidad de Harvard tras la negativa de la institución a acatar sus demandas para erradicar el antisemitismo en el campus. Como respuesta, el mandatario republicano ordenó congelar 2,200 millones de dólares en fondos federales y advirtió sobre la posible eliminación de los beneficios fiscales que recibe.
Ante esta medida, Harvard afirmó que no cederá en cuanto a su autonomía ni a sus derechos constitucionales. La universidad se convierte así en una de las primeras en desafiar abiertamente las exigencias del gobierno de Trump, en un contexto en el que muchas instituciones educativas intentan encontrar el mejor modo de enfrentar una amenaza que podría afectar a gran parte de su comunidad estudiantil y laboral.
“La universidad no renunciará a su independencia ni a sus derechos constitucionales”, afirmó Harvard tras el anuncio de la congelación de fondos.
En contexto, Trump ha exigido a Harvard, situada cerca de Boston, que ponga fin a las políticas DEI (diversidad, igualdad e inclusión) y combata el antisemitismo. Como otros centros educativos en Estados Unidos, la prestigiosa universidad fue escenario de protestas estudiantiles contra la guerra de Israel en Gaza, un tema bajo el ojo púbico de la Casa Blanca desde que Trump volvió al poder en enero.
“Debería perder su estatus de exención fiscal y ser gravada como una entidad política”, escribió Trump este martes 15 de abril en su red Truth Social.
LA UNIVERSIDAD DE COLUMBIA FUE LA PRIMERA EN CAER
El Departamento de Educación anunció la congelación de 2,200 millones de dólares en subvenciones durante varios años y la rescisión de contratos plurianuales por 60 millones de dólares, alegando la “inaceptable interrupción de los estudios por las protestas y el intolerable acoso a estudiantes judíos”.
Es el último ataque contra una institución académica después de haber puesto de rodillas a la Universidad de Columbia en Nueva York que, para no perder 400 millones de fondos federales, aceptó plegarse a las exigencias de la administración del magnate republicano.
El pasado 7 de marzo el gobierno de Trump anunció la retirada millonaria, debido a la “incapacidad de la universidad para frenar el antisemitismo tras las protestas en el campus el año pasado”, que la pusieron en el foco nacional.
Entre las exigencias de Trump está controlar la admisión de estudiantes, permitir la presencia en el campus de decenas de agentes de seguridad con poderes para detener a “agitadores” y revisar la oferta de estudios regionales, en particular los relacionados con Oriente Medio e Israel.
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TRUMP ATACA A HARVARD: “NINGÚN GOBIERNO DEBE DICTAR A LAS UNIVERSIDADES PRIVADAS LO QUE PUEDEN ENSEÑAR”
El rector de Harvard, Alan Garber expuso en una carta dirigida a estudiantes y personal lo siguiente: “Ningún gobierno, independientemente de qué partido esté en el poder, debe dictar a las universidades privadas lo que pueden enseñar, a quién pueden reclutar y contratar, o qué temas pueden investigar”.
En lo anterior, se refiere a la exigencia de la administración Trump de que Harvard “audite las opiniones de estudiantes y profesores”. “Mientras la Casa Blanca intenta diezmar la educación superior estadounidense, esperamos que otras universidades se unan a la nuestra para fortificarla”, señaló.
Además de Harvard y Columbia, otros centros universitarios han sido amenazados con recortes de ayudas federales si no acatan las directrices de la administración republicana. Junto al ataque a las universidades para luchar contra el antisemitismo, la administración estadounidense también ha emprendido una cruzada para expulsar a estudiantes extranjeros que hayan participado en las protestas propalestinas, en lo que muchos ven como un intento para socavar la libertad de expresión. N