Fundar una empresa es, para muchos emprendedores mexicanos, un paso hacia la independencia financiera y una vía para contribuir al desarrollo económico del país. Sin embargo, uno de los mayores obstáculos al iniciar es obtener financiamiento sin comprometer la estabilidad del negocio.
Existen diversas opciones para acceder a capital sin poner en riesgo la operación ni el crecimiento de una nueva empresa.
En los últimos años, México ha vivido un auge emprendedor impulsado por la digitalización, el fortalecimiento del ecosistema innovador y el acompañamiento de políticas públicas orientadas al desarrollo de las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs). Tan sólo en el primer semestre de 2024, se abrieron 8 mil 529 negocios de bajo impacto en la Ciudad de México, según la Secretaría de Desarrollo Económico.
En este sentido, el acceso inteligente al crédito sigue siendo un factor decisivo entre las empresas que logran consolidarse y aquellas que fracasan en sus primeros años.
Así lo considera Moisés Zamora, CEO de Max Capital quien señala que “el crédito no debe verse como un enemigo, sino como una herramienta estratégica.
Cuando se usa con inteligencia, puede acelerar el crecimiento sin comprometer la liquidez del negocio”.
¿Qué opciones de financiamiento existen para los nuevos empresarios?
Hoy en día, los emprendedores pueden acceder a distintas fuentes de financiamiento que se ajustan a sus necesidades y etapas de desarrollo. Una de las más tradicionales son los créditos bancarios para emprendedores. Este tipo de programas –comenta Zamora– permite obtener recursos con condiciones preferenciales, aunque generalmente requieren un historial crediticio favorable y evidencia clara de la viabilidad del proyecto.
Por otro lado, los programas gubernamentales siguen siendo una opción relevante. A través de mecanismos como el Fondo Nacional Emprendedor y el Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM), es posible acceder a apoyos económicos, asesorías y subsidios. Estas iniciativas, aunque limitadas en su cobertura, representan un respaldo clave para quienes están dando sus primeros pasos.
Además, la figura del ángel inversionista se ha consolidado en México como una alternativa estratégica para startups en etapa temprana. Se trata de individuos que aportan capital a cambio de una participación en la empresa. Más allá del recurso económico, suelen ofrecer acompañamiento y experiencia, lo que puede traducirse en una ventaja competitiva significativa.
No obstante, acceder a financiamiento sin poner en riesgo la operación del negocio exige una planeación financiera sólida. Para el CEO de Max Capital, “el mayor error es solicitar un crédito sin tener una proyección realista de ingresos. Lo importante es que el financiamiento se convierta en un impulso, no en una carga”.