Según el Índice Global de Brecha de Género del Foro Económico Mundial (WEF) 2024, entre 2006 y 2023 el avance en términos de igualdad de género pasó de 64.3 a 68.5, en una escala de 0 a 100. Evidentemente, ha sido un proceso lento y sorprende que, a este ritmo, tomaría cerca de 134 años cerrar por completo esta brecha en el mundo.
Dentro de los aspectos evaluados por el WEF para este Índice se encontró que persisten las brechas de género en la formación y desarrollo de habilidades digitales y analíticas, y, por consiguiente, en las oportunidades asociadas con la transformación tecnológica en el ámbito laboral, ya que la cantidad de mujeres en carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) sigue siendo baja, a pesar de que a nivel mundial ha registrado un ligero aumento de 24 a 27 por ciento entre 2016 y 2024.
Pero ¿cómo se puede aportar desde la tecnología para seguir cerrando estas brechas y creando oportunidades reales para la participación y formación de más mujeres, niñas y población que históricamente no ha sido atendida?
DEBE TRABAJARSE DESDE LA BASE: LA EDUCACIÓN
En México, durante los últimos años ha aumentado el interés por apoyar la formación de los jóvenes al actualizarse y ampliarse la oferta de programas en carreras STEM. También se han generado más oportunidades laborales, aprovechando que el país actualmente cuenta con un porcentaje alto de población entre los 18 y 29 años.
Sin embargo, según reveló la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), la tasa de participación laboral de mujeres es de 46 por ciento, pero de este porcentaje tan solo 25 por ciento se está desempeñando en empleos de tecnología.
Con esto en mente, para impulsar un verdadero cambio es importante garantizar el acceso a internet de calidad en todas las regiones, así como el diseño de aplicaciones y dispositivos accesibles para personas con diversas necesidades y promover políticas que reduzcan las brechas digitales.
Lo anterior, sumado a que se debe trabajar desde la base: la educación. Con un enfoque adecuado, esta puede ser una gran aliada para fomentar el interés por la ciencia y la tecnología desde edades tempranas. Se ha demostrado que facilitar el acceso a aplicaciones interactivas, plataformas de aprendizaje en línea y herramientas de programación en el entorno escolar despierta la curiosidad y ayuda a romper con estereotipos desde la infancia.
LA TECNOLOGÍA TIENE EL POTENCIAL DE CONSTRUIR UNA SOCIEDAD MÁS INCLUSIVA
En paralelo, considero fundamental visibilizar a quienes están liderando en el sector tecnología y en la ciencia, ya que sus historias de éxito y progreso pueden ser inspiración para las nuevas generaciones.
Por último, no olvidemos la responsabilidad y las oportunidades que tenemos para aportar desde las empresas a esta tarea, continuando con el desarrollo de cada vez más políticas de contratación y retención de talento que favorezcan la diversidad y la equidad de género. Por medio de programas de mentoría, capacitación para el liderazgo y la creación de espacios de trabajo seguros.
En conclusión, la tecnología tiene un potencial transformador para construir una sociedad más equitativa e inclusiva. Pero este ideal solo se alcanzará plenamente si se trabaja con el objetivo de reducir y eliminar las barreras que excluyen a parte de la población.
Mi invitación es a que cada día aportemos a que la tecnología sea más una herramienta inclusiva y de desarrollo para nuestra sociedad y no un reflejo de las desigualdades que persisten del pasado. N
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Juan Carlos Montero Vilchis es jefe de Tecnología Digital en NTT Data México. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.