U na salida al cine ya no es solo ver una película: es un compromiso de cerca de tres horas, considerando el tiempo de transporte y los interminables avances. Por poner un ejemplo, la duración oficial de Nosferatu era de 2 horas y 12 minutos, pero con tráilers, anuncios y promociones, la experiencia se extiende mucho más.
LA PUBLICIDAD EN EL CINE NO TIENE FIN
En los cines siempre hay avances de otras películas, la identidad de la cadena de cine, los anuncios de automóviles y hasta publicidad de algún gobierno en turno, al menos ese es el caso en México, aunque esto no es muy distinto a lo que pasa en Estados Unidos. Esta condición de una visita cualquiera al cine ha generado tanto malestar que, en Connecticut, el senador estatal Martin Looney propuso un proyecto de ley que obligaría a los cines a revelar con exactitud la duración de los tráilers.
“Si quieren llegar temprano para ver los avances, pueden hacerlo. Pero si solo quieren ver la película, deberían poder llegar justo a tiempo”, declaró Looney al diario Register Citizen.
UNA PROPUESTA CON RIESGO PARA LOS CINES
Aunque la idea suena atractiva para muchos cinéfilos, en la práctica, podría ser desastrosa para los cines. La publicidad antes de la película es una fuente crucial de ingresos para las salas.
Según la agencia Blue Line Media, un anuncio de 30 segundos durante cuatro semanas podría generar entre 2,000 y 3,000 dólares o más por sala en Estados Unidos.
“Anunciar la hora exacta de inicio de la película tendría un impacto negativo directo en nuestra estabilidad financiera, en un entorno ya desafiante”, detalló Peter H. Gistelinck, director ejecutivo del cine independiente Avon Theatre, explicó la importancia de la publicidad.
LOS TRÁILERS NO ES TIEMPO MUERTO
Los tráilers no solo son comerciales; son un momento clave del ritual de ir al cine. Durante ellos, puedes:
✔️ Comentar y reírte con amigos
✔️ Coquetear con una cita
✔️ Preparar tus botanas(sin miradas asesinas)
✔️ Responder un último mensaje o revisar el correo
✔️ Entrar o salir sin interrumpir la función
En cuanto empieza la película, todo esto queda prohibido, pero en los tráilers es parte del ambiente social.
¿LOS TRÁILERS SON UN ABUSO?
Looney define los avances como “una pérdida de tiempo”, pero en realidad, nos ayudan a desconectarnos del mundo exterior y sumergirnos en la experiencia cinematográfica.
Si las personas supieran la hora exacta en que inicia la película, muchos llegarían justo cuando empieza la primera escena. Esto generaría filas más largas en las concesiones, interrupciones en los primeros minutos de la proyección y un mayor caos en la sala.
El cine es más que la película en sí: es el conjunto de experiencias que la rodean. Y los tráilers, aunque parezcan molestos, son parte de esa magia. N