Francisco Martín Moreno “en X” ofrece un modelo pedagógico para un riguroso examen que nos permita tomar la mejor decisión de nuestro voto el próximo domingo 2 de junio. Son 10 reactivos que detonan autonomía y libertad. Conteste ¿SÍ o NO?
USTED:
“¿Pondría en riego el régimen democrático?”
“¿Acepta la neutralización del Poder Judicial?”
“¿Está de acuerdo con que se militarice oficialmente el país?”
“¿Pone a disposición del crimen organizado el territorio nacional?”
“¿Vota a favor de que se genere una deuda impagable?”
“¿Está de acuerdo en que la impunidad y la corrupción dejen de ser delito?”
“¿Concede que se apilen cadáveres en todas las ciudades?”
“¿Cree adecuado que ponga en peligro la vida de las próximas generaciones?”
“¿Otorga que la salud y la educación sea solo un recuerdo?”
“¿Concede que México sea un Estado fallido?”
Si contestó NO a todos los reactivos, ha evaluado que el oficialismo tuvo su oportunidad y no cumplió con la Patria, pletórica de ciudades habitadas por personas, personas que integran pueblos.
La democracia no es patrimonio unipersonal, es de todas y todos, pero no pertenece a nadie. ¡No perdamos la brújula ciudadana ni electoral!, el problema no tanto son las “obras faraónicas”, la grande contrariedad es que la nación “se nos va como agua entre los dedos”. Hay promesas incumplidas. No existe puerto donde llegar sin valores, sin virtudes, sin educación, con un mitómano sistema de salud “como Dinamarca”. El indicador más claro es que se acabó el diálogo. Impera la impunidad, el despotismo del poder, el resentimiento social y psicológico de la narrativa de alborada. No podemos transitar nuestros caminos con seguridad, se franquiciaron al crimen organizado las carreteras; no tenemos un desarrollo cultural a la altura de la creatividad e ingenio de la mexicanidad. No podemos hacer comercio con libertad. La empresa está secuestrada por tributos y delincuencia. No tenemos derecho a la historia colectiva, su contenido se dicta desde una ideología que asesina las ideas. Hoy los delincuentes tienen más prerrogativas que el “pueblo bueno”.
El Informe Mundial 2024 de Human Rights Watch, muestra descubrimientos concretos relacionados con México. Los delitos violetos son uno de los indicadores más altos del mundo. Igual que los escenarios sangrientos e irresponsable sobre violencia de género, ataques contra periodistas y defensores de derechos humanos, desapariciones, ejecuciones extrajudiciales, ¡son alarmantes! Se arenga sobre comportamientos democráticos y sin embargo las instituciones de procuración e impartición de justicia no responden a la rendición de cuentas por crímenes violentos y violaciones de derechos humanos. Cierto, la ciudadanía no denuncia los delitos entonces las investigaciones resueltas son escasas, la ciudadanía no responde a esta necesidad democrática dado que las amenazas y sus consecuentes son una realidad dolorosa. La pobreza extrema se mantiene en el mismo nivel. La realidad es cruel nos dice que los servicios de salud no atienden a las personas que en más de un quinquenio ha crecido exponencialmente. La “criptonita” de nuestra SuperSociedades no depende de las remesas de los mexicanos en el extranjero, han hecho de éstas una narrativa falsa.
El costo económico de la violencia en México tiene un costo altísimo que enferma todo presupuesto. Solo “el año 2020 se estimó en 4.71 billones de pesos. Este costo se distribuyó en un 18% para el gasto público y la protección privada, mientras que el 82% se asignó a homicidios, delitos violentos, delincuencia organizada y miedo a persecución”. [https://www.unotv.com/negocios/indice-de-paz-en-mexico-2021-violencia-costo-4-71-billones-de-pesos-para-mexicanos/] El retorcimiento territorial en el trasiego de las drogas por diferentes comandos especializados violentos es ahora el epicentro de toda la violencia y la deformación cultural.
La macroeconomía nos ilumina cómo avaluar si nuestra Patria goza de salud. Nos dice que NO, que el discurso contiene la mentira vestida de verdad con “otros datos”, narrativa que hace más difícil atender el desafío. En esas confusiones no se puede construir un buen edificio de políticas públicas para el desarrollo sostenible que merecemos las y los mexicanos.
El Fondo de Pensiones para el Bienestar ha creado agudas discusiones, empero, las alteraciones a la ley no explican de qué forma se utilizará el dinero para beneficio de los trabajadores. Solo queda muy claro que las Afores devolverán los fondos de aquellos trabajadores que no han tramitado su jubilación y tienen más de 70 años. La controversia es la ausencia de claridad y transparencia.
La reforma a la Ley de Amnistía da al jefe del ejecutivo federal la facultad de “amnistía directa” lo mismo a procesados que a sentenciados como “protegidos” por soplones. Se compromete el acceso a la justicia y a la protección de los derechos humanos. Con las deformaciones a la ley de Amparo quedamos en un desamparo lamentable para personas e instituciones.
Estamos al final del tiempo, evalúe propuestas y compromisos de las candidaturas y decida con libertad, ¡no hay lugar para equivocaciones!