El mundo es muy distinto al de hace apenas cinco años. Aunque entonces ya avanzábamos a paso firme hacia la digitalización, la pandemia del covid-19 aceleró el ritmo de forma exponencial y nos vimos obligados a llevar todas nuestras interacciones al terreno virtual.
Aunque la emergencia sanitaria concluyó, la transformación digital sigue. Hoy difícilmente empezamos el día sin conectarnos a las redes sociales, enviar y ver correos, consultar información digital, interactuar con cosas conectadas, hacer búsquedas en internet y otras actividades donde la tecnología es protagonista. ¿El resultado? Una creciente cantidad de datos circulando por todo tipo de redes, a todas horas.
Para tener una idea, comparemos el análisis que presentó Domo en 2019 en relación con la cantidad de datos que se generan en el mundo cada minuto, con su informe más reciente, de 2023: en este lustro, las búsquedas en Google pasaron de 4.4 millones a 6.3 millones, y de 188 millones de correos enviados cada 60 segundos en 2019, a 241 millones en ese mismo lapso.
Según los resultados de 2023, producimos individualmente 102 MB de datos promedio por minuto, y los cibercriminales liberan 2 ataques DDoS (ataque de denegación de servicio) cada segundo, 30 al minuto. No sé qué me impresiona más, si el ritmo al que crecen los datos o al que lo hacen las vulnerabilidades.
HOY EL RIESGO DE QUE NUESTRA INFORMACIÓN SEA VULNERADA ES TREMENDAMENTE MAYOR
Justo ahora que dependemos más que nunca de las opciones digitales y de los datos que circulan entre plataformas, redes, nubes y sistemas, el riesgo de que nuestra información sea robada o vulnerada es tremendamente mayor, con ataques de ingeniería social más difíciles de detectar, pues los delincuentes emplean técnicas cada vez más sofisticadas, valiéndose de innovaciones como la inteligencia artificial, o bien, ransomware y otro tipo de malware que continúa perfeccionándose y explotando nuevas superficies de ataque.
Según el Informe de Tendencias de Protección de Datos 2024 de Veeam, 74 por ciento de las organizaciones en América reconocen que sufren un vacío de protección para sus datos, y en 2023, tres cuartas partes (77 por ciento) fueron víctimas de uno o más ataques.
Esto nos afecta a todos, como consumidores que somos de una u otra forma: cuando hackers atacan bancos, comercios, restaurantes, aseguradoras y demás negocios, o bien, instituciones públicas de servicio al ciudadano, nuestros datos personales quedan expuestos, aumentando el riesgo de padecer extorsiones, robos de identidad y muchos otros peligros.
El reporte agrega que un altísimo 92 por ciento de las empresas del continente tienen planeado aumentar su presupuesto de protección de datos este año, además de que siguen innovando con tecnologías inteligentes y mejores prácticas. También es crucial que nosotros tomemos medidas, puesto que seguirá siendo inminente la exposición a la que se enfrentan nuestros datos a diario, y la responsabilidad de protegerlos es, en primer lugar, de cada uno de nosotros.
¿CÓMO PODEMOS LOGRAR LA PROTECCIÓN DE NUESTROS DATOS?
Si bien nada nos exime del riesgo, lo primero es reconocer el escenario complejo en el que estamos, y responder consecuentemente, comprendiendo que desde nuestro rol como usuarios digitales es mucho lo que podemos hacer.
Algunas acciones cruciales son: asegurarnos de tener contraseñas complejas, únicas para cada red social o plataforma que usemos, y cambiarlas a menudo; evitar las redes wifi abiertas; contar con diferentes cuentas de correo y usarlas discrecionalmente (guardando, por ejemplo, una solo para el log-in a las apps bancarias),
Asimismo, configurar los ajustes de privacidad en las redes sociales y evitar compartir información comprometedora (sea nuestra o de conocidos); aprovechar, cada que sea posible, la autenticación multifactor; no subir información personal o datos críticos a nubes públicas.
Y, finalmente, adoptar la Regla 3-2-1-1-0 de respaldo, que consiste en contar con tres respaldos de los datos, que los más críticos se encuentren en dos o más tipos distintos de almacenamiento, donde al menos una de las copias esté fuera de sitio (offsite) y una fuera de línea (offline), y cuidando que haya cero errores.
De esta forma estaremos dando pasos de gigante en lo que a la protección de nuestros datos se refiere. N
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Mauricio González es vicepresidente para América Latina en Veeam. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.