El tigre del Himalaya, que vive por lo regular en la mediana y baja montaña, está aventurándose cada vez más a vivir en las alturas, casi a 4,000 metros, bajo el efecto de la presión humana y el cambio climático, según investigadores.
Aparatos fotográficos automáticos colocados en Sikkim, en el Himalaya indio, han suministrado “muchas imágenes” de esos felinos a alturas que llegan hasta 3,966 metros, reveló Wildlife Institute of India (WII), institución de estudio de la vida salvaje.
Contrariamente a la pantera de las nieves, que vive de manera natural en las grandes alturas, los tigres de Bengala prefieren en principio los bosques en los fondos de los valles del macizo, destaca Qamar Qureishi, responsable de investigación en WII.
“El que suban a las montañas prueba que están bajo presión”, subraya el biólogo.
Ya se habían avistado tigres a más de 4,000 metros en Nepal y Bután, otros dos países de la región himalaya. Sin embargo, este nuevo resultado muestra una aceleración del fenómeno en India, donde los anteriores récords se establecieron en 3,602 metros en 2019 y 3,640 metros hace un año, dice Anurag Danda, director de la rama india de la oenegé WWF.
LA POBLACIÓN DEL TIGRE DEL HIMALAYA CAYÓ EN 2006
Para Pooja Pant, investigador de WII, las principales causas de esta evolución son con toda probabilidad el “cambio climático y el crecimiento de la presión humana”.
Pranabesh Sanyal, experto en tigres basado en Calcuta, señala que “las temperaturas en las grandes alturas incrementaron más rápido que aquellas por debajo de 2,000 metros en las últimas dos décadas”, ofreciendo la posibilidad de un “nuevo hábitat” para el tigre.
La especie se enfrenta también a la evolución de su población, indica Qureishi. Estimada en unos 40,000 individuos en el momento de la independencia en 1947, la población de tigres del país cayó a 1,411 en 2006, antes de superar 3,000 gracias a los programas de protección.
En medio siglo, India triplicó los espacios protegidos, llevándolos a 76,000 kilómetros cuadrados, una superficie superior a la del vecino Sri Lanka. La mayoría de las 53 reservas naturales del país siguen siendo “pequeñas islas en un océano de explotación no sustentable de las especies”, reveló el informe indio sobre la situación del tigre.
CADA VEZ MÁS AGRESIVO CON EL HUMANO
La presión para este félido “aumenta en todas partes”, confirma Shrikant Chandola, exjefe de la administración de los bosques del Estado himalayo de Uttarakhand.
“El numero de presas disminuye y los tigres jóvenes expulsan a los tigres más viejos de los mejores territorios”, subraya el especialista.
El tigre del Himalaya se vuelve también más agresivo con los humanos. En enero, un ataque causó tres muertos y dos heridos cerca de Corbett, en Uttarakhand, estado en el norte de la India, provocando furia en la población.
El director de la reserva de tigres del Estado de Uttarakhand, Dheeraj Pandey, incrementa las campañas de prevención para evitar los accidentes. Pero “no se le puede decir a un tigre que se vaya a un lado u otro”, precisa.
Entonces cada vez más tigres se escapan hacia las alturas, como lo sugieren los trabajos del WII. Aunque no cuestiona el fenómeno, Qamar Qureishi destaca que hay un aspecto tecnológica en el incremento de las imágenes del gran felino en las grandes alturas.
“Es mucho más fácil que antes fotografiarlos, con el aumento de las trampas fotográficas, teléfonos celulares y aparatos de detección térmica”, señala. N