La inflación manda en el mundo, sin lugar a dudas. Los precios del petróleo, ante la guerra Israel-Hamás, habían podido ser controlados. Todos esperaban que hubiese una estabilidad en los mercados con la no intervención directa de Irán y no complicarse el paso por el estrecho Ormuz. Pero las cosas han cambiado y el mundo ha caído nuevamente en la incertidumbre.
El problema, que podría durar meses y que influye ya no solo en la industria del petróleo, sino que afecta de igual forma a la industria en general por el envío de mercancías por el estrecho de Bab al-Mandab, frente a las costas de Yemen, podría crear una afectación directa a los costos de los productos a los cuales los consumidores finales tienen acceso.
Los países asiáticos dependen de este estrecho para tener mercancías, petróleo crudo y petrolíferos. Pero, ante los continuos ataques a embarcaciones por parte los hutíes, se están incrementando los tiempos de entrega. Este desfase creará una disminución del consumo de las personas al no poder tener cubiertas las necesidades del mercado en tiempo y forma. Ello subirá los costos y dará lugar a un incremento de la inflación en esta región, pero luego sería trasladada a otros países.
En el caso de que la inflación incrementara y un gran número de barcos dejara de pasar a través del canal de Suez al mar Rojo y de este poder llegar a Asia, el costo del dinero no bajaría y muchos proyectos de inversión que podrían llegar a diferentes países podrían detenerse. Como lo anunció TESLA recientemente, esperará a los resultados de la confianza del consumidor ante tasas de interés altas en su principal mercado, que es Estados Unidos, dejando a plantas como la de México en espera de mejores condiciones para el costo del dinero.
¿EL CONSUMIDOR PODRÁ PAGAR LAS CONSECUENCIAS DE LOS MOVIMIENTOS GLOBALES?
Ello debido a que, al hacer una inversión a una tasa de interés alta, esta debe ser trasladada al consumidor final para poder recuperar el dinero del apalancamiento en conjunto con el interés contratado para la obra. La pregunta es: ¿el consumidor podrá pagar?
Eso también afectaría a países que tiene que pedir prestado para poder cerrar el déficit presupuestal. Y ahora que muchos países están por cambiar de administradores sea ha observado un incremento mayor en el gasto, lo que amplía la diferencia entre el ingreso y egreso programado (déficit). Tal es el caso de México, que tendrá un déficit de 1.7 billones de pesos.
Ante esta situación, y frente al vencimiento de deudas para contratar nuevas, el gran tabú a resolver será a qué tasa de intereses serán contratadas. Colocar deuda y decir que eres atractivo no significa para la confianza que das, sino por los rendimientos que darás al final del vencimiento pactado. La única forma de asegurar la confianza es tener suficientes reservas de dinero en una nación. Pero la pregunta es: ¿cuánto tiempo un país podrá soportar tanto estrés presupuestal ligado a la deuda?
Hoy todo el mundo está inmerso en la política social dentro de cada nación, y el mundo no está confiado ante los cambios en las formas de administrar que los países están o podrán realizar.
No debemos descuidar lo acontecido en el mar Rojo y la posible inflación que podrá incrementarse entre 2 y 3 por ciento por el rebote que tuvieron entre octubre y noviembre algunos países, entre los que está México.
LA INFLACIÓN QUE VIENE DEL MAR
Lo anterior está soportado por el aumento a las tarifas de transporte de contenedores que utilizaban el canal de Suez para transitar hacia Asia. Hoy muchas de las embarcaciones están siendo desviadas por el Cabo de Buena Esperanza, lo que trae como consecuencia el incremento de costos y tiempos.
Los barcos que mueven petrolíferos y petróleo crudo aumentaron el costo a 1 y 1.5 dólares el barril movido, y esto incrementaría el costo de los combustibles y la inflación no subyacente, que en muchas naciones era controlada.
Además del incremento del costo, habrá un aumento en el tiempo de entrega de por lo menos 20 días. Este fenómeno, en el corto plazo, afectará a la oferta en los mercados de los países al no poder cubrir la demanda que los consumidores exigen.
La conclusión: el bloqueo parcial del mar Rojo hasta el momento se puede convertir en un enorme dolor de cabeza inflacionario para el transporte de mercancías globales que afectará a muchas economías. Si este se prolonga durante 2024 ocasionará, en el corto plazo, cierta incertidumbre en el mundo.
Ante la avalancha récord de elecciones de este año en diferentes países para elegir presidente, habrá certezas y dudas sobre los ganadores en el sentido de cómo sería su política pública respecto a las finanzas. Ante esto, surge la duda de cómo los bancos centrales podrían ayudar para controlar la inflación frente a los cambios macroeconómicos que afecten a los países en cuestión y ante la poca movilidad que se ofrece hoy día para bajar las tasas de intereses por los cambios geopolíticos actuales. N
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.