A pesar de lo que suele afirmarse, el consumo de vitamina D no ayuda a evitar que los niños se fracturen los huesos. A decir de una investigación publicada en la revista Lancet Diabetes & Endocrinology, los suplementos no aumentan la resistencia ósea y tampoco previenen fracturas, aun cuando el niño sufra de una deficiencia de vitamina D.
En el artículo, los autores reconocen que su hallazgo contradice la opinión generalizada de que los suplementos contribuyen a la salud ósea. Dado que la vitamina D promueve la mineralización de los huesos, existe la impresión de que dicho nutriente ayuda a prevenir fracturas.
No obstante, hasta ahora nadie ha demostrado clínicamente esta hipótesis. De hecho, lo único que se sabe, a ciencia cierta, es que alrededor de uno de cada tres niños sufre, por lo menos, una fractura antes de cumplir 18 años. Y también que las fracturas infantiles pueden ocasionar discapacidad y repercutir en la calidad de vida.
“Desde hace mucho sabemos que la vitamina D es fundamental para la absorción del calcio dietético y el consiguiente depósito de calcio en los huesos (mineralización)”, dice a Newsweek el Dr. Adrian Martineau, coautor del estudio y profesor de inmunología e infecciones respiratorias en la Universidad Queen Mary de Londres, Reino Unido.
HAY UN VÍNCULO ENTRE LA VITAMINA D Y EL MAYOR RIESGO DE FRACTURAS
“Por otra parte, algunos estudios observacionales han detectado un vínculo (asociación) entre los niveles bajos de vitamina D y el mayor riesgo de fracturas en edad pediátrica. Ese hallazgo ha planteado la posibilidad de que los suplementos de vitamina D puedan desempeñar un papel importante en la reducción de fracturas en niños con bajos niveles basales de calcio”, prosigue Martineau.
“Pese a lo anterior, nadie había hecho ensayos clínicos para evaluar la causalidad entre los niveles bajos de vitamina D y la reducción del riesgo de fractura con la administración de suplementos”, puntualiza el también inmunólogo.
A fin de poner a prueba la hipótesis de que la administración de vitamina D reduce el riesgo de fracturas e incrementa la resistencia ósea, los investigadores diseñaron el ensayo aleatorio de suplementación de vitamina D más extenso jamás realizado en participantes de edad pediátrica.
Empezaron por convocar voluntarios de 18 escuelas públicas de Mongolia, país donde las condiciones climáticas propician las fracturas infantiles. Una vez reunida la población de estudio —integrada por 8,851 niños de entre 6 y 13 años; 95.5 por ciento de los cuales presentaban carencia de vitamina D—, los autores prescribieron la administración de dosis semanales de un suplemento vitamínico durante un periodo de tres años.
TENER BUENOS NIVELES DE VITAMINA D NO AUMENTA LA RESISTENCIA ÓSEA
No obstante, al concluir el ensayo clínico, el equipo halló que, si bien los voluntarios alcanzaron niveles óptimos de vitamina D, eso no había modificado el riesgo de fracturas ni aumentado la resistencia ósea (evaluada mediante ultrasonido).
Los autores reconocen que excluyeron a los niños que padecían de raquitismo porque habría sido una crueldad tratarlos con placebo. Por esa razón, sus hallazgos solo son relevantes para menores que no sufren de esa enfermedad, la cual reblandece y debilita los huesos a causa de una deficiencia extrema y prolongada de vitamina D durante la infancia.
“La exposición a la luz solar promueve la síntesis de vitamina D en la piel, pero los inviernos de Mongolia son largos y muy fríos. Debido a esto, cada año hay largos periodos en que la exposición solar no tiene la intensidad necesaria para producir la vitamina D que necesitan los niños”, explica Martineau.
“Por otra parte, la contaminación de las ciudades grandes —como Ulán Bator— reduce la intensidad de la radiación ultravioleta B que llega a la población. Y, encima, es poco frecuente que la dieta incluya suficiente pescado graso, fuente principal de la vitamina D dietética (a diferencia de otras vitaminas, la D solo se encuentra en unos pocos alimentos). Por último, cabe señalar que la deficiencia de vitamina D también es muy común en países como India, Paquistán, Bangladés y Arabia Saudita”.
LO MEJOR ES PREVENIR ACCIDENTES
El estudio aquí descrito demuestra que, al menos en Mongolia, la deficiencia de vitamina D no ocasiona fracturas infantiles. Y en ese sentido, los autores señalan que la mejor manera de minimizar el riesgo de fracturas en los niños es prevenir accidentes.
“Los objetivos principales son la prevención y las medidas que reducen el impacto traumático de los accidentes (por ejemplo, el uso de cascos y almohadillas, ropa de protección al practicar actividades como montar en bicicleta, patinar o andar en patineta), aunque también es importante modificar los patios escolares con superficies que absorban impactos”, comenta para Newsweek la Dra. Ganmaa Davaasambuu, profesora asociada de medicina y nutrición en la Escuela de Salud Pública T. H. Chan, de la Universidad de Harvard, Estados Unidos.
“Los componentes de un estilo de vida saludable incluyen hacer ejercicio, correr, trotar y disfrutar de la luz solar siempre que sea posible, ya que todos estos factores mejoran la fortaleza y el contenido mineral de los huesos, y contribuyen a reducir las caídas y las fracturas”, prosigue la también epidemióloga.
“Una dieta saludable —en específico, verduras de hoja verde y alimentos fermentados— fortalece el microbioma intestinal; es decir, las bacterias que producen vitamina K e incrementan la síntesis de vitamina K2, la cual, a su vez, dirige el calcio dietético hacia los huesos, en vez de depositarlo en las arterias y los riñones, donde el exceso de este mineral puede causar problemas”, concluye Davaasambuu. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)